Un nuevo estudio indica que las personas con disforia de género que reciben la denominada terapia hormonal sustitutiva de «afirmación de género» son significativamente más propensas a sufrir infartos, ataques cardíacos y coágulos sanguíneos.
La terapia hormonal sustitutiva suele consistir en que los pacientes con disforia de género tomen testosterona o estrógenos. En los últimos años ha ido ganando popularidad entre los adolescentes y adultos jóvenes estadounidenses que se identifican como transgénero y desean que su cuerpo se parezca más al género que prefieren.
Se sabe que tanto la testosterona como el estrógeno tienen efectos muy variados en el organismo, como el aumento de la actividad coagulante de la sangre. Esto ha suscitado la preocupación de que la administración de sustitutos hormonales pueda aumentar el riesgo de accidentes cardiacos graves.
En el último estudio que arroja luz sobre estas preocupaciones, los investigadores del Mercy Catholic Medical Center de Darby, Pensilvania, informaron que los pacientes que habían tomado sustitutos hormonales tenían casi siete veces más probabilidades de sufrir un ictus isquémico —obstrucción de un vaso que suministra sangre al cerebro— que los que nunca habían recibido el tratamiento.
En comparación con sus homólogos no tratados con hormonas, los pacientes tratadas con hormonas también tenían casi seis veces más probabilidades de sufrir un infarto de miocardio, el tipo más grave de ataque al corazón. También presentaban un riesgo casi cinco veces mayor de embolia pulmonar, una obstrucción en una arteria del pulmón.
El Dr. Ibrahim Ahmed, autor principal del estudio y residente del Mercy, dijo que quienes deseen someterse a una «transición» deben ser conscientes de que la terapia no es una «empresa exenta de riesgos».
«Se trata de riesgos y beneficios», dijo Ahmed en un comunicado de prensa. «Empezar la transición es una gran parte de la vida de una persona… pero la terapia hormonal sustitutiva también tiene muchos efectos secundarios: no es una empresa exenta de riesgos».
En lo que describieron como el mayor estudio hasta la fecha que investiga los riesgos cardiovasculares de la terapia de afirmación de género en la población transgénero, los investigadores examinaron retrospectivamente las tasas de eventos cardiovasculares en más de 21,000 personas con disforia de género de una base de datos nacional de registros hospitalarios, de los cuales 1675 habían utilizado la terapia de reemplazo hormonal.
Los investigadores descubrieron que los pacientes que tomaban sustitutivos hormonales presentaban tasas más elevadas de trastorno por consumo de sustancias e hipotiroidismo. No hallaron pruebas de que la terapia hormonal sustitutiva se asociara a mayores tasas de mortalidad o a mayores tasas de fibrilación auricular, diabetes, hipertensión, ictus hemorrágico o insuficiencia cardiaca. «El estudio de los antecedentes médicos y familiares de una persona debería formar parte del protocolo de cribado incluso antes de iniciar la terapia hormonal sustitutiva», afirma Ahmed. «También es importante que las personas que se planteen esta terapia sean conscientes de todos los riesgos».
Los investigadores señalaron, sin embargo, que el estudio solo tuvo en cuenta si el paciente había utilizado o no algún tipo de terapia hormonal sustitutiva. No evaluaron cómo afectaban a los riesgos factores como la duración del tratamiento, la edad de los pacientes en la que se inició el tratamiento o el tipo de terapia hormonal utilizada, lo que, según dijeron, informaría mejor las decisiones clínicas.
El estudio, titulado «Resultados cardiovasculares en pacientes con disforia de género sometidas a terapia hormonal sustitutiva», se presentará el 5 de marzo en la Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología en Nueva Orleans.
Se calcula que 1.6 millones de estadounidenses de 13 años o más se identifican como transgénero, según un análisis de junio de 2022 de la Facultad de Derecho de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). El análisis se basa en datos de encuestas de salud de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos de 2017 a 2020.
Según el informe de la UCLA, alrededor del 1.4 por ciento de los jóvenes de 13 a 17 años y el 1.3 por ciento de los jóvenes de 18 a 24 años se identifican como transgénero. En conjunto, esas cifras se traducen en una población de aproximadamente 700,000 estadounidenses. Un informe anterior de la UCLA (pdf) mostraba que esas cifras se situaban en el 0.7 por ciento en 2017, cuando el gobierno federal comenzó a informar sobre ellas.
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