El Gobierno de Burkina Faso atribuyó hoy a «terroristas» el ataque perpetrado este lunes en el este del país contra un convoy, que ha costado la vida a dos periodistas españoles y a un ciudadano irlandés secuestrados tras el suceso.
«Por ahora, la identidad de los secuestradores no ha sido claramente establecida», afirmó el ministro de Comunicación y portavoz del Ejecutivo, Ousséni Tamboura, quien subrayó que el balance del ataque es «tres heridos y cuatro desaparecidos, incluidos los tres expatriados y un burkinés».
«Sin embargo, las imágenes de los cuerpos sin vida de tres expatriados aún no identificados formalmente están circulando en las redes sociales», precisó el ministro en un comunicado.
Desde Madrid, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, lamentó la muerte de los dos reporteros españoles en su cuenta de la red social Twitter.
«Se confirma la peor de las noticias. Todo el cariño para los familiares y allegados de David Beriain y Roberto Fraile, asesinados en Burkina Faso», afirmó Sánchez, en alusión a los dos compatriotas asesinados, que tenían 44 y 47 años, respectivamente.
«Y nuestro reconocimiento a quienes, como ellos, realizan a diario un periodismo valiente y esencial desde las zonas de conflicto», añadió el mandatario español.
El Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) condenó los asesinatos y exigió una investigación del suceso.
«Las autoridades de Burkina Faso deben investigar de manera exhaustiva y transparente los asesinatos de los periodistas David Beriain y Roberto Fraile y asegurarse de que los responsables sean encontrados y llevados ante la justicia», dijo la coordinadora del programa de África del CPJ, Angela Quintal.
El alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, también reprobó hoy el asesinato de los periodistas españoles y del ciudadano irlandés, del que ha trascendido muy poco y se pensaba en un principio que podía ser periodista.
Sin embargo, se trata, al parecer, de un conservacionista que viajaba en el convoy, según informaron medios de Irlanda.
Ousséni señaló que el ataque ocurrió este lunes alrededor de las 09:00 hora local (misma GMT), cuando individuos armados se dirigieron hacia un «convoy mixto» formado por efectivos de las Fuerzas de Defensa y Seguridad (FDS) de Burkina Faso y ciudadanos extranjeros en el eje Fada N’Gourma-Pama, en la Región del Este.
«Terroristas que abrieron fuego»
«El incidente -dijo el portavoz burkinés- tuvo lugar precisamente a la altura de la reserva de Pama, donde los elementos del convoy iban en un vehículo y en motoclicletas. Los expatriados eran tres, de nacionalidades española e irlandesa».
El ministro agregó que, «según las primeras informaciones disponibles, durante su excursión el equipo se encontró con una posición ocupada por terroristas que abrieron fuego».
Según medios locales, individuos armados emboscaron a una patrulla de efectivos burkineses contra la caza furtiva en la zona de Pama, capital de la provincia de Kompienga, en la que iban empotrados los periodistas españoles.
«Los secuestradores lograron llevarse equipo militar», confirmó a Efe una fuente del Ejército burkinés que pidió el anonimato, al remarcar que «están en marcha operaciones de búsqueda».
Los atacantes están escondidos en un bosque de la zona, muy repleta de vida salvaje que atrae a los cazadores, según la misma fuente militar, que no facilitó más detalles.
Fuentes de seguridad revelaron al diario local Infowakat que los agresores también se llevaron doce motocicletas, un dron y transmisores y receptores de frecuencia.
Aunque se desconoce, de momento, la autoría de este acto violento, Burkina Faso sufre ataques yihadistas desde abril de 2015, cuando miembros de un grupo afiliado a Al Qaeda secuestraron a un guardia de seguridad rumano en una mina de manganeso en Tambao, en el norte del país, que aún sigue desaparecido.
La región más afectada por la inseguridad es la del Sahel, situada en el norte y que comparte frontera con Mali y Níger, aunque la inseguridad se ha ido expandiendo a provincias limítrofes, y desde el verano de 2018 afecta también al este del país.
Los actos terroristas se atribuyen con frecuencia al grupo local burkinés Ansarul Islam, a la coalición yihadista del Sahel Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (GSIM) y al Estado Islámico en el Gran Sáhara (EIGS), que atacan también en Mali y Níger.
Como consecuencia de la violencia, Burkina Faso sufre la crisis de desplazados que más rápidamente crece en el mundo, con más de un millón de personas fuera de sus hogares (más de uno por cada 20 habitantes).
Burkina Faso forma parte del G5 Sahel, una coalición militar regional integrada también por Mali, Níger, Mauritania y Chad, y cuya misión es combatir contra los yihadistas en esa región africana.
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