Opinión
TikTok está en plena carrera, expandiéndose hacia el sector de la música, las compras en Internet, los motores de búsqueda, los centros de distribución y los almacenes para rivalizar no sólo con Instagram, Facebook y Google, sino eventualmente con Spotify, Apple Music y Amazon. A TikTok, y al régimen chino que la controla, le gustaría ser la «app para todo» de Estados Unidos, una idea en la que también piensa Elon Musk.
Las malas ideas vienen de dos en dos, y así como TikTok y Musk buscan controlar tu teléfono y tus compras, también promueven el creciente control de Beijing sobre Taiwán. El régimen tiene una poderosa influencia sobre Musk y TikTok porque ambos tienen estrechos vínculos comerciales con China.
El 7 de octubre, el Financial Times publicó una entrevista con Musk en la que aboga por convertir a Taiwán en una “zona administrativa especial” de China, como Hong Kong. El gobierno de Taiwán no estaba complacido y respondió que la libertad “no está a la venta”.
TikTok es propiedad de Bytedance, que tiene su sede en Beijing. Si Musk fuera dueño de Twitter, ese lugar de libertad de expresión moderada podría converger y eventualmente ser eclipsado por TikTok a través del mismo tipo de presión que llevó a Musk a doblegarse ante la presión china en Taiwán.
No podemos confiar en que un multimillonario vinculado a China sea dueño de nuestra libertad de expresión. Tampoco podemos fiarnos de lo que diariamente entregan los algoritmos de TikTok. La evidencia muestra que, en temas controvertidos, esa App brinda información errónea a sus usuarios, orientándolos hacía los intereses de Beijing, en la parte superior de sus feeds.
Podemos esperar que los nuevos algoritmos de contenido y ventas de TikTok proporcionen medios y productos asépticos, sin que sea fácil acceder a la música que pide que «Liberen a Turkistán Oriental» o a las camisetas con estampados que dicen: «Acaben el Genocidio». Spotify y Amazon podrían convertirse en una cosa del pasado, sustituidos por un algoritmo que nos da eslóganes del Partido Comunista Chino (PCCh) y la «sabiduría» de Xi Jinping cada tres canciones.
Para colmo de males, se descubrió que TikTok capturaba la mayoría de las donaciones a algunas causas benéficas financiadas en su plataforma. Una investigación encontró que TikTok se quedó con hasta el 70 por ciento de las donaciones a «refugiados sirios desesperados y mendigos». ¿Imagínese si GoFundMe desapareciera, para ser reemplazado por un botón de donación de TikTok que desvía el 70 por ciento de todas las buenas intenciones?
Sin embargo, muchos en Estados Unidos y sus aliados no ven la amenaza de las principales empresas de redes sociales controladas por Beijing. El año pasado, la administración Biden rescindió la prohibición a TikTok del expresidente Donald Trump.
El jefe del servicio de espionaje británico, Jeremy Fleming, del GCHQ, dijo el 11 de octubre que no veía ningún problema en que los niños usaran TikTok y les animaba a hacerlo. Su única advertencia fue la preocupación por el uso de cualquier dato en los dispositivos de los adolescentes. Es de suponer que eso incluye a las empresas occidentales de redes sociales que también utilizan datos.
Los espías no deberían ser más ingenuos que sus jefes en la Casa Blanca o en el número 10 de Downing Street.
Fleming parece haber pintado todas las redes sociales con el mismo pincel indulgente. Pero su jefe, el primer ministro británico, fue más inteligente al pedir una “represión” inequívoca contra empresas como TikTok.
Una empresa privada en una democracia de mercado que usa datos y compras de adolescentes es mucho menos peligrosa que una empresa controlada, en última instancia, por una dictadura totalitaria y genocida que busca la hegemonía global, incluso mediante el uso de las redes sociales, adoptadas en masa por adolescentes inocentes en Occidente.
Si Beijing no permite Google y Twitter en China, definitivamente no deberíamos permitir TikTok en Estados Unidos. La falta de reciprocidad es una de las muchas razones para prohibir la aplicación.
La última evidencia de la expansión de TikTok son los movimientos para registrar la marca «TikTok Music» en Estados Unidos, aparentemente para competir con Spotify y Apple Music. TikTok también está en LinkedIn buscando contratar especialistas en cadena de suministro para «centros de cumplimiento» y almacenes, al estilo de Amazon, para la entrega de productos.
Al igual que Amazon, TikTok podría eventualmente ingresar al negocio de entrega física a las puertas de los clientes, para competir con UPS, FedEx y el venerable Servicio Postal de EE.UU.
Imagínese si las tendencias actuales continúan y nuestro USPS es desplazado por una alternativa más barata de China. ¿Hasta dónde llevarán los librecambistas sin paliativos su ideología autodestructiva antes de que se den cuenta de que no deben depender del enemigo para bienes estratégicos como las comunicaciones y los servicios básicos de entrega?
Lamentablemente, la administración Biden y algunos aliados están dormidos ante el cambio. Deberían liderar el camino para eliminar todas las aplicaciones de China de los dispositivos de EE.UU., como lo está haciendo India. Debe ponérsele fin al tipo de propiedad intelectual y robo de datos personales que permite TikTok.
En lugar de una dura defensa de las redes sociales y el comercio electrónico de Estados Unidos, lo que escuchamos de Washington sobre el tema de la toma gradual de todo lo digital de Estados Unidos por parte de China es casi un susurro.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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