Opinión
Un jurado federal en Boston tardó menos de tres horas en emitir veredictos de culpabilidad en los seis cargos de delitos graves contra Charles Lieber, expresidente del Departamento de Química y Biología Química de la Universidad de Harvard.
Lieber, «uno de los principales químicos de investigación del país» según el New York Times, le mintió al FBI sobre su participación en el Programa de los Mil Talentos de Beijing, no pagó impuestos sobre la renta relacionado con el dinero de fuentes chinas y no informó de su cuenta bancaria china al Servicio de Impuestos Internos.
El caso contra el académico de Harvard es muy sólido. Sin embargo, los miembros de la élite académica de Estados Unidos están indignados porque el Departamento de Justicia procesó a Lieber y muchos están haciendo campaña contra los resultados judiciales.
El régimen de China ha comprado la comunidad académica de Estados Unidos y la ha vuelto contra Estados Unidos.
«La condena a Lieber es una muy buena noticia», le dice a Gatestone Kerry Gershaneck, autor de «Guerra política: Estrategias para combatir el plan de China sobre ‘ganar sin luchar'» y profesor en Taiwán. «Este caso es solo la punta del iceberg en términos de lo que debe hacer el gobierno de Estados Unidos para penetrar y enjuiciar la cooptación de China de la academia estadounidense».
La justicia no persiguió a Lieber por espionaje o robo de propiedad intelectual. En cambio, le impuso cargos relativamente menores para obtener condenas. Sin embargo, no se equivoquen: Las actividades de Lieber fueron profundamente perjudiciales para Estados Unidos. El profesor de Harvard reclutó talento estadounidense para trabajar en China. En 2011, Lieber acordó convertirse en un «científico estratégico» en la Universidad de Tecnología de Wuhan y, en consecuencia, formar parte del Programa de los Mil Talentos, una iniciativa que buscaba atraer especialistas extranjeros a Beijing.
“Mientras trabajaba en la nómina del Partido Comunista, Lieber estaba en una posición perfecta para detectar y evaluar a los estudiantes y profesores cuya potencial vulnerabilidad facilitaría su reclutamiento a China”, dice Gershaneck.
Beijing recompensó generosamente a Lieber por sus esfuerzos: Le entregaba USD 50,000 al mes, entre otros pagos.
Como Charles Burton, una vez profesor en la Universidad de Brock y ahora un destacado experto en la infiltración de China en Canadá, le dice a Gatestone: “Los científicos de todo el mundo, identificados como líderes en áreas de investigación avanzada que son prioridades estratégicas, son el objetivo de un grupo bien financiado que juega con su vanidad, ingenuidad y codicia”.
China aparentemente apeló no solo a la codicia de Lieber sino también a su vanidad. Antes de ser condenado, el científico, ahora deshonrado, le dijo al FBI que colaboraba con China para aumentar sus posibilidades de obtener el apoyo de China para ganar un Premio Nobel.
Por desgracia, los aliados de China en Estados Unidos culpan al proyecto judicial denominado “Iniciativa China” del Departamento de Justicia, creado en 2018, de la condena de Lieber. Acusan a esta iniciativa judicial de tener un «perfil racial», de llevar a cabo una «persecución selectiva» y de «extralimitar a la fiscalía».
“La razón por la que personas como Lieber mienten es porque tienen miedo”, le dijo al New York Times Peter Zeidenberg, abogado de Washington, D.C. que representa a investigadores académicos investigados por sus vínculos con China. «Es muy triste. Tienen miedo de responder con sinceridad: «¿Eres miembro del programa de talentos?» Estoy seguro de que, durante el Temor Rojo, la gente decía que no era miembro del Partido Comunista».
Una explicación más probable para que Lieber mintiera a las autoridades federales es que sabía que lo que estaba haciendo estaba mal, que sabía que estaba tomando dinero para dañar a Estados Unidos. El Partido Comunista Chino (PCCh) lleva décadas robando el conocimiento científico, el Know how de las empresas y toda propiedad intelectual valiosa. Lieber sabía que él era parte de esos esfuerzos chinos.
Solo el robo de propiedad intelectual por parte de China afecta a Estados Unidos con una suma de quizás USD 500,000 millones al año, según John Ratcliffe, exdirector de inteligencia nacional. Los esfuerzos de Lieber facilitaron la pérdida de tecnología valiosa además de esta asombrosa suma.
“Durante más de 70 años, el Partido Comunista Chino ha invertido un esfuerzo extraordinario en infiltrarse y apropiarse de la academia estadounidense”, dice Gershaneck. «La infiltración y la subversión académicas son elementos vitales de la guerra política del Partido Comunista contra EE.UU., y para este fin su Frente Unido y las organizaciones de inteligencia apuntan agresivamente a las universidades, académicos individuales, grupos de expertos e incluso profesores y estudiantes de K-12 en EE.UU.»
El esfuerzo ha tenido éxito. Me han dicho que hay «miles» de profesores en la nómina de Beijing que están en las universidades de California.
China está a punto de esforzarse aún más para hacerse cargo de las instituciones extranjeras de educación superior. “El gobernante chino Xi Jinping, en un importante discurso en septiembre, enfatizó que es una prioridad del régimen atraer profesionales extranjeros para transferir conocimientos científicos de vanguardia a China. Dijo que esto es crucial para la autosuficiencia tecnológica y nacional de China y el rejuvenecimiento nacional”, dice Burton, el académico canadiense que ahora trabaja en el Instituto Macdonald-Laurier con sede en Ottawa.
Xi se toma en serio lo de atraer a talentos como Lieber. En su discurso de septiembre, Xi dijo que «agotaría todos los medios» para reclutar extranjeros. China, dijo Xi, está «más ansiosa que en cualquier otro periodo de su historia» por el talento profesional.
Pronunció sus palabras en una conferencia de dos días sobre la atracción de talentos extranjeros, la tercera reunión a nivel nacional sobre el desarrollo de tecnología.
En septiembre, el dictador chino estableció un calendario de dos décadas para convertir a China en el líder mundial en ciencia y tecnología. Además, habló de la lucha en el «principal campo de batalla económico» del mundo.
El régimen de China cree que la competencia por el talento es una guerra. En esa guerra, el ejército de China tiene acceso a toda la tecnología en instituciones y empresas chinas nominalmente civiles, y el ejército chino planea usar esta tecnología para desarrollar los medios para matar estadounidenses por cientos de millones.
En la guerra oficial de China contra Estados Unidos, el People’s Daily en mayo de 2019 declaró una «guerra popular» contra Estados Unidos, los estadounidenses que trabajan para Beijing, cualquiera que sea su intención, son esencialmente traidores. Lieber, un traidor, ha infligido un daño incalculable a Estados Unidos.
No obstante, es probable que Lieber reciba una sentencia de prisión inferior a seis meses.
Las opiniones expresadas en este artículo son opiniones del autor y no reflejan necesariamente las opiniones de The Epoch Times.
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