Tras 8 años de tortura en una cárcel china, una profesora jubilada vuelve a ser condenada por su fe

Wei Shuyuan fue sentenciada a tres años de prisión por practicar Falun Gong, una práctica espiritual brutalmente perseguida por el PCCh desde 1999

Por Sophia Lam
25 de noviembre de 2024 10:47 AM Actualizado: 25 de noviembre de 2024 10:47 AM

Una maestra china retirada que sufrió más de ocho años de brutalidad bajo detención por su fe en Falun Gong, fue sentenciada nuevamente a tres años de prisión por practicar esta disciplina de meditación.

La última sentencia contra Wei Shuyuan fue confirmada por Minghui, un sitio web que documenta la persecución de Falun Gong, en un informe del 21 de noviembre. Esto ocurrió más de un año después de su arresto el 14 de agosto de 2023, cuando fue detenida mientras hacía compras en su ciudad natal de Xuchang, ubicada en el centro de China.

A pesar de ser liberada bajo fianza al día siguiente debido a un diagnóstico de anemia severa, Wei enfrentó un acoso implacable en los meses posteriores.

Fue sometida a exámenes físicos al menos tres veces —procedimientos, que su delicado estado de salud le impidió realizar en repetidas ocasiones, lo que explicó que fuera rechazada por los centros de detención locales. Eso cambió el 24 de junio, cuando la policía irrumpió en su hogar y arrastró a la mujer de 61 años al Centro de Detención de la Ciudad de Xuchang.

Los detalles de su tiempo allí siguen envueltos en velo de misterio, pero cuando su abogado finalmente logró visitarla el 11 de noviembre, Wei se encontraba en silla de ruedas y hospitalizada, según Minghui.

No fue la primera vez que Wei estuvo encarcelada por su fe. En los últimos 25 años, Wei fue llevada a prisión en dos ocasiones anteriores. En total, pasó más de ocho años tras las rejas debido a su negativa para renunciar a su creencia en Falun Gong.

Falun Gong es una práctica espiritual tradicional que combina meditación con enseñanzas morales centradas en los principios de Verdad, Benevolencia, Tolerancia. La práctica ganó popularidad en China en la década de 1990, con estimaciones oficiales que indicaban que al menos 70 millones de personas la practicaban para finales de la década.

Al ver la popularidad de Falun Gong como una amenaza, el entonces líder del Partido Comunista Chino (PCCh), Jiang Zemin, comenzó a perseguir esta práctica espiritual en 1999, dirigiendo todas las fuerzas del Partido y del Estado para erradicarla. Como resultado, millones de practicantes fueron sometidos desde entonces a detenciones en cárceles, centros de lavado de cerebro y campos de trabajo, donde fueron víctimas de abusos y torturas.

De una mujer saludable a estar confinada en silla de ruedas

Wei, quien fue maestra en la Escuela No. 2 de la Base Petrolera en la ciudad de Hami, Xinjiang, vio su vida trastornada en 2005 cuando la policía la sacó de su oficina. En 2006, en un juicio a puerta cerrada, fue sentenciada a cinco años en la Prisión Femenina de Xinjiang, una pena que posteriormente se extendió por 20 meses en 2010.

En el momento de su liberación en 2012, Wei pasó de ser una mujer sana a una persona que depende de una silla de ruedas, según una denuncia penal que presentó en 2015 en China contra el exjefe del PCCh por su papel en la orden de persecución.

En la denuncia, Wei hizo un breve relato de lo que experimentó en los centros de detención chinos, incluidos puñetazos y patadas, levantamientos y golpes contra el suelo, bofetadas, diversos métodos de tortura con esposas, descargas con bastones eléctricos y ser arrastrada por las escaleras con las manos. «Todas las partes de mi cuerpo que tocaban las escaleras estaban heridas», escribió en la denuncia legal.

Otras torturas a las que fue sometida incluyeron temperaturas bajo cero, calor abrasador, hambre, pellizcos, exposición al sol, tener la boca cerrada con cinta adhesiva, privación del sueño y del uso del baño.

Las autoridades penitenciarias también la pusieron en régimen de aislamiento varias veces y, en una ocasión, estuvo encerrada en una celda pequeña durante un año.

«En la celda de aislamiento, la calefacción era eléctrica y la temperatura era extremadamente alta. Con las manos esposadas a la pared, me obligaron a agacharme en el suelo y me salieron ampollas en las nalgas por el calor», escribió. Sus pies quedaron paralizados como resultado de la tortura a la que fue sometida por la policía de la prisión.

La persecución se intensificó

En 2023, las cortes de China condenaron a 755 personas a prisión u otras formas de detención por practicar Falun Gong, casi siete veces más que el año anterior, según los datos recopilados por Minghui. Muchos de los condenados recibieron largas sentencias.

Después de 24 años, la persecución a Falun Gong continúa como una prioridad para los agentes del régimen comunista, incluidos la policía, los fiscales y los jueces en más de una docena de provincias, según un análisis de documentos oficiales realizado por el Centro de Información de Falun Dafa (FDIC).

La FDIC documentó al menos 5000 muertes de practicantes de Falun Gong en todo el país debido a la persecución en curso hasta finales de 2023. Dada la dificultad de obtener información relacionada desde China, se cree que el número real de muertes es mucho mayor.

Los practicantes de Falun Gong detenidos son vulnerables a la sustracción forzada de órganos, según las conclusiones de una corte popular independiente en 2019. La corte de Londres concluyó que la sustracción forzada de órganos ha existido en China durante años «a una escala significativa» y que los asesinatos para abastecer a la industria de trasplantes está en curso.

La represión a Falun Gong en China provocó la condena de Estados Unidos.

El 25 de junio, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó la Ley de Protección de Falun Gong (H.R. 4132), de carácter bipartidista, para sancionar a las personas implicadas en la sustracción forzada de órganos.

El 20 de julio de 2024, 25.º aniversario del día en que el PCCh comenzó su persecución a Falun Gong, el Departamento de Estado de Estados Unidos instó al PCCh a «cesar su campaña represiva y liberar a todos los que fueron encarcelados por sus creencias».


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