Un nuevo estudio halla riesgos a largo plazo asociados a los tratamientos habituales del cáncer de próstata.
La investigación, publicada el jueves en JAMA Oncology, analizó los datos de casi 52,000 hombres. Según los resultados, aquellos que se sometieron a prostatectomía, es decir a la extirpación total o parcial de la próstata, se enfrentaron a un riesgo de complicaciones urinarias y sexuales más de siete veces superior al de los hombres no tratados a lo largo de 12 años.
Estas complicaciones incluyen infección urinaria, pérdida del control de la vejiga, disfunción eréctil y estrechamiento de la uretra o del cuello de la vejiga.
Los pacientes sometidos a radioterapia también vieron casi triplicado el riesgo de sufrir estos efectos secundarios, así como la probabilidad de desarrollar cáncer de vejiga.
Extirpar la próstata multiplica por 6 el riesgo de complicaciones
Los resultados indicaron que los hombres sometidos a prostatectomía presentaban un riesgo de sufrir al menos una complicación seis veces superior a la de los participantes no tratados. Los tratados con radioterapia tenían a los 12 años, un riesgo de sufrir aproximadamente tres veces mayores complicaciones.
«Este estudio lanza un importante guante a todos los médicos para que den a los pacientes esta información antes incluso de iniciar el proceso de extracción de una prueba de PSA (antígeno prostático específico)», afirmó en un comunicado de prensa el Dr. Ian M. Thompson Jr., autor principal, del Sistema de Salud Christus Santa Rosa y del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio.
Joseph Unger, autor principal y profesor asociado del Centro de Investigación Oncológica Fred Hutchinson de Seattle, subrayó que los estudios anteriores tenían muestras de pequeño tamaño, un seguimiento limitado o carecían de un grupo de control válido, deficiencias que este nuevo análisis rico en datos pretende subsanar.
El análisis, realizado por la Red de Investigación Oncológica SWOG, señala la importancia de que los pacientes estén bien informados sobre los riesgos antes de someterse a una prueba de PSA, que mide los niveles sanguíneos del antígeno prostático específico, escribieron los investigadores.
Balance entre los riesgos y los beneficios del tratamiento
Según SWOG, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE.UU. aconseja a los aproximadamente 30 millones de hombres estadounidenses de entre 55 y 69 años que hablen con sus médicos sobre la prueba del PSA. Los investigadores señalan que para tomar decisiones informadas sobre el tratamiento es necesario conocer a fondo tanto los posibles riesgos como los beneficios asociados al cribado y a los procedimientos posteriores, que pueden incluir biopsias y diversos tratamientos si se diagnostica un cáncer de próstata.
Una dificultad a la hora de evaluar los riesgos de efectos adversos del tratamiento se deriva de la mayor incidencia de problemas como la disfunción eréctil, que se correlacionan con el envejecimiento, señalan los investigadores. Para determinar con exactitud los niveles de riesgo sería necesario comparar a los hombres tratados con hombres de edad similar no tratados de la población general.
Mayores riesgos asociados al tratamiento quirúrgico
El estudio también comparó a los hombres que optaron por la vigilancia activa en lugar del tratamiento inmediato tras un diagnóstico de cáncer de próstata con aquellos sin diagnóstico para evaluar la incidencia de posibles complicaciones relacionadas con el tratamiento, como la incontinencia urinaria, la disfunción eréctil y el cáncer de vejiga.
Dados los beneficios inciertos del tratamiento del cáncer de próstata para muchos pacientes, los investigadores subrayaron la importancia de asesorar a los pacientes sobre las opciones de cribado y tratamiento, y abogaron por incluir información cuantitativa sobre los riesgos y beneficios de los tratamientos del cáncer de próstata en las directrices nacionales de cribado y tratamiento del cáncer.
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