El derrumbe el pasado sábado de parte del vertedero de Kiteezi, a las afueras de Kampala, ha causado la muerte de al menos 30 personas, cuyos cuerpos se han recuperado, mientras que otras 39 permanecen desaparecidas, informaron este miércoles las autoridades locales.
La Policía Metropolitana de Kampala espera que el balance de fallecidos aumente, pues ya el domingo su portavoz, Patrick Onyango, admitió que no contaba con encontrar más personas vivas bajo los escombros.
«De los 39 (desaparecidos), 35 son miembros de la comunidad o residentes, y cuatro, trabajadores procedentes de varios lugares», detalló este miércoles Onyango en declaraciones a la prensa local.
Además, 120 personas que tuvieron que abandonar sus hogares por el derrumbe se encuentran refugiadas temporalmente en una carpa situada en un colegio cercano.
Las investigaciones preliminares de la Policía revelan que unas 33 casas fueron sepultadas por la basura tras un deslizamiento de tierra en el vertedero, aunque la cifra puede variar.
Por otro lado, 18 personas fueron rescatadas tras el accidente, dijo el martes la primera ministra de Uganda, Robinah Nabbanja, según el periódico local ‘Daily Monitor’.
«Estamos estudiando planes para reubicar a las personas afectadas. También tenemos proyectos a medio plazo para estabilizar el vertedero de Kiteezi para que no ocurra otra tragedia», afirmó.
El vertedero sufrió la mañana del sábado un «fallo estructural en la masa de residuos» que provocó el derrumbe de una sección, explicó la Autoridad de la Capital Kampala (KCCA), encargada de su gestión, en un comunicado difundido pocas horas después del suceso.
El derrumbe sucedió después de varias semanas de intensas lluvias, que provocaron un deslizamiento de tierra.
El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, anunció una ayuda económica de cinco millones de chelines ugandeses (unos 1355 dólares o 1230 euros) para la familia de cada fallecido y de un millón de chelines (unos 270 dólares o 245 euros) para cada herido.
Ya el pasado enero, el alcalde de Kampala, Erias Lukwago, había avisado del peligro que suponía este basurero y de que podría ocurrir un desastre, según el ‘Daily Monitor’.
Desde 1996, el vertedero de Kiteezi, de más de 14.5 hectáreas de superficie, es al que va a parar toda la basura de los cinco distritos de la capital ugandesa.
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