El expresidente Donald Trump advirtió que la economía de Estados Unidos se encamina a un desastre mayor que la recesión. Sus comentarios se produjeron poco antes de que las estadísticas del gobierno mostraran una cifra negativa del PIB por segundo trimestre consecutivo, lo cual en regla general es una definición de recesión.
«Hacia dónde vamos ahora podría ser un lugar muy malo», dijo Trump en un mitin en Arizona la semana pasada. «Tenemos que poner esto en orden, tenemos que poner este país en marcha o vamos a tener un problema serio».
El expresidente señaló el colapso de los salarios reales de los estadounidenses, la tasa de participación en la fuerza laboral deprimida a nivel histórico y el impulso demócrata al Green New Deal (Nuevo Pacto Verde), del que advierte, aplastará el crecimiento económico.
«No es recesión. Recesión es una palabra bonita. Vamos a tener un problema mucho mayor que la recesión. Tendremos una Depresión», dijo el expresidente.
Las declaraciones de Trump se produjeron varios días antes de que la Oficina de Análisis Económico (BEA) publicara los datos que muestran que el PIB real de Estados Unidos cayó en el segundo trimestre un 0,9% anualizado tras contraerse un 1.6% en el primero.
Dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo del PIB son una definición común de recesión, aunque las recesiones en Estados Unidos son declaradas oficialmente por un comité de economistas de la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER) utilizando una definición más amplia que la regla de los dos trimestres.
Vance Ginn, economista jefe de la Fundación de Políticas Públicas de Texas, dijo en una entrevista a NTD, medio de noticias hermano de The Epoch Times, que, aunque oficialmente es el NBER el que declara la recesión, la regla de los dos trimestres es «normalmente como se da por regla general».
«Creo que esta, en la que estamos ahora, es definitivamente una recesión por estas malas políticas», añadió Ginn, culpando a una serie de «políticas progresistas» que salen de la Casa Blanca y de la Cámara controlada por los demócratas.
Vientos de estanflación
Trump también apuntó en sus declaraciones al manejo de la economía por parte del presidente Joe Biden, al culparlo de la creciente inflación.
«Biden creó la peor inflación en 47 años. Estamos en el 9.1%, pero la cifra real es mucho, mucho más alta que eso», dijo Trump.
Aunque el expresidente no proporcionó su propia estimación de la verdadera tasa de inflación, un indicador alternativo de la inflación del IPC desarrollado por el economista John Williams, calculado según la misma metodología utilizada por el gobierno de Estados Unidos en la década de 1980, sitúa la cifra en el 17.3%, siendo la más alta en 75 años.
Trump también dijo que la inflación persistentemente alta, combinada con una desaceleración económica, ha puesto al país «al borde de una devastadora» racha de estanflación, que es una combinación de aceleración de los precios y desaceleración del crecimiento económico.
La inflación «es cada vez más alta», dijo Trump, y añadió que «está costando a las familias casi 6000 dólares al año, más que cualquier aumento de impuestos que se haya propuesto, aparte de la que quieren proponer ahora».
En el primer mes completo de Trump en el cargo como presidente, en febrero de 2017, el indicador principal de la inflación, el Índice de Precios al Consumidor (IPC), se situó en el 2.8% en términos anuales. Aunque la medida del IPC fluctuó durante su mandato, el máximo que alcanzó fue el 2.9% en julio de 2018, mientras que en su último mes de mandato, enero de 2021, se cerró con una inflación del 1.4%.
Bajo el mandato de Biden, la inflación subió constantemente, disparándose a una cifra del 9.1 por ciento interanual en junio de 2022, un número no visto en más de 40 años.
Guerra contra la energía estadounidense
El aumento de los precios de la energía fue uno de los factores clave que contribuyeron a la inflación, representando alrededor de la mitad de la cifra de inflación general, de acuerdo a la Oficina de Estadísticas Laborales.
En sus críticas a las políticas de Biden, Trump destacó lo que denominó «la guerra de Biden contra la energía estadounidense» y la culpó de hacer subir los precios de la gasolina.
Desde que asumió el cargo, Biden tomó una serie de medidas ejecutivas dirigidas a la industria petrolera, entre ellas rescindir el permiso para el oleoducto Keystone XL, detener los nuevos arrendamientos de perforación de petróleo y gas en tierras y aguas federales y poner fin a los subsidios a los combustibles fósiles por parte de algunas agencias.
El precio de la gasolina es aproximadamente el doble de lo que era cuando Biden asumió el cargo y el presidente lo atribuye a varios factores, como la falta de capacidad de refinado, la guerra en Ucrania y la codicia de las empresas.
Biden ordenó la liberación de las reservas de petróleo de la reserva estratégica nacional, pidió a las refinerías de EE. UU. que aumentaran la producción y presionó a la OPEP para que bombeara más crudo, en un intento por bajar los precios en el surtidor de gasolina.
En su discurso, Trump dijo que esto equivalía a “rogar” a otros países que bombearan más petróleo en lugar de tratar de aumentar la producción nacional.
“Tenemos más oro líquido bajo nuestros pies que cualquier otro país del mundo. Somos una nación consumida por el Nuevo Pacto Verde de la izquierda radical, pero todos saben que el Nuevo Pacto Verde conducirá a nuestra destrucción”.
“Hace apenas dos años, éramos energéticamente independientes. Incluso éramos dominantes en energía. Estados Unidos es ahora un mendigo de energía”.
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