El presidente Donald Trump lanzó una nueva política de su administración en el partido anual de fútbol Ejército-Marina el 14 de diciembre, que despeja el camino para que los atletas de las academias militares de EE.UU. sean elegibles para practicar deportes profesionales después de su graduación.
Los cambios retrasarían las obligaciones de servicio activo de los atletas de la academia que están considerando una carrera en el deporte profesional. Trump dijo que estaba dando a los atletas con potencial profesional la oportunidad de «hacer una fortuna y después de que todos hayan terminado con su carrera profesional, irán y servirán, y todos estarán encantados».
En cuanto al entrenador del ejército Jeff Monken, el Presidente bromeó diciendo que «probablemente eso no le da al entrenador ninguna razón para perder otro partido».
Los comentarios de Trump en el partido anual de fútbol americano siguen a los cambios hechos por el secretario de Defensa Mark Esper, quien en noviembre firmó un memorando que detalla las nuevas pautas que permiten a los atletas de las academias militares iniciar directamente una carrera deportiva profesional después de su graduación.
Los atletas que quieran ser profesionales deben primero obtener la aprobación del jefe del Pentágono, de acuerdo con el memorando, que fue obtenido por The Associated Press. Los atletas también deben cumplir con sus obligaciones militares eventualmente, o pagar el costo de su educación, según las nuevas directrices.
Si es aprobado por el Secretario de Defensa, el atleta debe estar de acuerdo en regresar a las fuerzas armadas y cumplir con su compromiso, que generalmente es de cinco años. Mientras juegue como profesional, la renuncia del atleta será revisada anualmente.
Si los atletas no aprueban los estándares médicos requeridos cuando llegue el momento de reincorporarse a las fuerzas armadas, se les «animará» a servir en un puesto civil dentro del departamento durante no menos de cinco años, o estarán sujetos al reembolso de sus gastos escolares, según el memorando de Esper.
Trump hizo un viaje de un día a Filadelfia por segundo año consecutivo para el histórico partido. Es el décimo Comandante en Jefe que asiste a la competición. Este año, estuvo acompañado por Esper y el Jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley.
El Presidente ha sido un firme partidario de los militares, promoviendo aumentos en el gasto de defensa y triunfos en el extranjero, como el asesinato en octubre del líder del ISIS Abu Bakr al-Baghdadi en Siria.
El secretario de Estado Mike Pompeo afirmó en un discurso pronunciado el 14 de noviembre que Estados Unidos continuará luchando contra el grupo terrorista ISIS, señalando que están vigilando el espacio que ocupaba anteriormente el califato «como un halcón». Llamó a la batalla «una prueba de la civilización contra la barbarie».
David Robinson, que alcanzó la fama jugando baloncesto en el equipo de baloncesto masculino de la Academia Naval, fue elegible para el draft de la NBA de 1987, cuando fue seleccionado por los San Antonio Spurs con la primera elección general. Robinson, sin embargo, tuvo que esperar dos años porque tenía que cumplir con su obligación de servicio activo en la Marina.
Robinson pasó toda su carrera en San Antonio, donde dirigió a su equipo en dos campeonatos de la NBA. También hizo historia al convertirse en el primer jugador de baloncesto masculino en jugar en tres equipos de baloncesto de Estados Unidos en los Juegos Olímpicos.
La mayor historia de éxito de un miembro de una academia militar en la Liga Nacional de Fútbol Americano es la de Roger Staubach, quien pasó de ganar como quarterback el Trofeo Heisman con la Marina al Salón de la Fama como miembro de los Cowboys de Dallas. Antes de unirse a los Cowboys, pasó cuatro años sirviendo en las fuerzas armadas, incluyendo un período de servicio en Vietnam.
The Associated Press contribuyó a este artículo.
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