El presidente Donald Trump dijo que Suecia está «pagando mucho» por no haber cerrado el país, como lo ha hecho gran parte del resto del mundo, en medio de la pandemia de COVID-19.
Trump, en un tweet crítico del jueves, citó la diferencia en el conteo de muertes entre Suecia, resistente a los cierres, y sus vecinos, que han impuesto fuertes restricciones a los ciudadanos en un intento de detener la propagación de COVID-19, la enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
«A pesar de los informes que indican lo contrario, Suecia está pagando mucho por su decisión de no cerrar. Hasta hoy, 2462 personas han muerto allí, un número mucho mayor que los países vecinos de Noruega (207), Finlandia (206) o Dinamarca (443)», escribió el presidente, añadiendo, «¡Estados Unidos tomó la decisión correcta!»
A medida que el virus se propagó, Dinamarca y Noruega cerraron rápidamente las fronteras y cerraron las escuelas, mientras que Finlandia se movió para restringir los centros urbanos y cerró la mayoría de sus escuelas.
Suecia, por el contrario, se centró en aislar y tratar a los enfermos en lugar de cerrar sectores de la sociedad.
A diferencia de la mayoría de los países europeos, Suecia ha permitido que la mayoría de las escuelas y empresas permanezcan abiertas, incluso cuando su tasa de mortalidad en la pandemia ha sido mayor que la de sus vecinos nórdicos.
La disparidad con sus vecinos ha provocado críticas feroces por parte de algunos, entre ellos científicos suecos y líderes extranjeros, ya que los países analizan el enfoque de Suecia en su intento de abrir sociedades cerradas y economías que sufren.
Aún así, mientras que a primera vista es poco lo que se ha cerrado en Suecia, la mayoría de la gente ha seguido voluntariamente las peticiones de distancia social, con una encuesta citada por la BBC que indica que 9 de cada 10 suecos dicen que se mantienen al menos a un metro de distancia de otras personas al menos durante algún período de tiempo. Esto es un aumento de 7 de cada 10 del mes anterior.
Además, se han prohibido las reuniones de más de 50 personas, las escuelas secundarias y las universidades se han trasladado para enseñar en línea y se ha dicho a la gente que no haga viajes innecesarios, todas medidas de bajo perfil en comparación con otros países europeos y Estados Unidos.
«Es importante tener una política que pueda sostenerse durante un período más largo, lo que significa quedarse en casa si se está enfermo, ese es nuestro mensaje», dijo el epidemiólogo jefe de la Agencia de Salud de Suecia, Anders Tegnell.
«Encerrar a la gente en casa no funcionará a largo plazo», dijo. «Tarde o temprano la gente va a salir de todos modos».
«En la mayor parte de Suecia, alrededor de Estocolmo, hemos llegado a una planicie (en nuevos casos) y ya estamos viendo el efecto de la inmunidad colectiva y en unas pocas semanas veremos aún más los efectos de eso. Y en el resto del país, la situación es estable», dijo Tegnell a la CNBC la semana pasada.
Tegnell culpó de un reciente pico en las muertes por COVID-19, a la propagación del virus en los hogares de ancianos.
«Desafortunadamente la tasa de mortalidad es alta debido a la introducción (del virus) en las residencias de ancianos y estamos investigando la causa de eso», dijo a CNBC.
Pero como las muertes en el país escandinavo han aumentado, su estrategia ha sido objeto de críticas. El tweet de Trump hizo eco del impulso de una carta abierta emitida por 2300 académicos el mes pasado, pidiendo a las autoridades suecas que reconsideraran sus políticas laxas.
«No tenemos elección, tenemos que cerrar Estocolmo ahora mismo», dijo Cecilia Soderberg-Naucler, profesora de Patogénesis Microbiana en el Instituto Karolinska, y una de las firmantes de la carta.
«Debemos establecer un control sobre la situación, no podemos dirigirnos a una situación en la que se produzca un caos total. Nadie ha probado esta ruta, así que ¿por qué deberíamos probarla primero en Suecia, sin consentimiento informado?», Soderberg-Naucler añadió.
El total de casos de infección por COVID-19 en Suecia es de 21,092 al 30 de abril, según datos de Worldometers, mientras que en Noruega es de 7738, en Finlandia de 4995 y en Dinamarca de 9158. En términos del número de infecciones por cada millón de habitantes, el recuento de Suecia es de 2088 al 30 de abril, mientras que el de Noruega es de 1427, el de Finlandia es de 902, y el de Dinamarca es de 1581.
En comparación, el total de casos de infección por COVID-19 en Estados Unidos es de 1,068,562, mientras que por cada millón de habitantes es de 3228.
Aunque el enfoque de Suecia ha provocado escepticismo, alrededor de tres cuartas partes de los suecos han expresado una confianza alta o muy alta en la Agencia de Salud Pública, según mostró una encuesta de Novus este mes.
«Creo en nuestra estrategia y creo que las autoridades no pueden hacer que nos quedemos en casa», dijo el artista de tatuajes Zashay Rissanen Tastas, quien entintó la cara de Tegnell en el brazo de un cliente como tributo al popular epidemiólogo.
«Si mantenemos nuestra distancia, probablemente todo irá bien», añadió Tastas.
Trump también reconoció que los llamados a un distanciamiento voluntario en Suecia parecían tener efecto.
«La gente en Suecia, no está corriendo y estrechándose las manos y abrazándose y besándose», dijo Trump en una reunión con líderes empresariales en la Casa Blanca el miércoles.
El primer ministro «no tiene que decir en Suecia, ‘quédate en tu casa'», dijo Trump.
«La gente se queda allí automáticamente», añadió.
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