El presidente Donald Trump culpó al «estado profundo» o a otros dentro de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) por el retraso en la disponibilidad de la vacuna del virus del PCCh (Partido Comunista Chino) antes del 3 de noviembre, el día de la elecciones generales de 2020.
«El estado profundo, o quien sea, en la FDA está haciendo muy difícil para las compañías farmaceúticas conseguir gente para probar las vacunas y la terapéutica», escribió en un posteo de Twitter el sábado por la mañana. «Obviamente, están esperando retrasar la respuesta hasta después del 3 de noviembre. ¡Debemos enfocarnos en la velocidad y salvar vidas!».
«Estado profundo» es un término utilizado para describir un gobierno en la sombra que trabaja con los medios de comunicación y otras fuerzas oscuras detrás de todo para avanzar en sus intereses.
No está claro a quién se refería el presidente en su publicación. Trump etiquetó a Stephen Hahn, el comisionado de la FDA, en su tuit. Trump nominó a Hahn, entonces jefe médico del Centro de Cáncer M.D. Anderson de la Universidad de Texas, para ser el líder de la FDA en noviembre de 2019. El Senado confirmó su nominación un mes después.
La FDA no respondió a un correo electrónico solicitando comentarios.
«Déjame asegurarte que no omitiremos procedimientos», dijo. «Todas nuestra decisiones continuarán basándose en la buena ciencia y en los mismo cuidadosos procesos de deliberación que siempre hemos usado al revisar los productos médicos».
El virus del PCCh también conocido como nuevo coronavirus, causa la enfermedad COVID-19 y se originó de la ciudad china de Wuhan, ha infectado a más de 23 millones de personas y cobrado la vida de más de 796,000 fuera de China, de acuerdo con los datos gubernamentales recolectados por Johns Hopkins University.
El régimen chino afirmó que solo hay 89,642 infecciones y 4710 muertes dentro de China, una cifra muy dudosa.
Se ha reportado ampliamente que el régimen chino encubrió el brote y se negó a compartir información con otros países.
En Estados Unidos, se ha informado de que más de 5.6 millones de personas infectadas y más de 175,000 muertos a causa de la enfermedad. Se ha convertido en un asunto altamente político antes de las elecciones presidenciales de 2020.
El nominado presidencial demócrata Joe Biden utiliza frecuentemente el número de muertos de COVID-19 para atacar la presidencia de Trump. Mientras tanto, el actual presidente está tratando de equilibrar entre el control de la pandemia y el mantenimiento de la salud económica. Trump puso la disponibilidad de la vacuna como una de las principales prioridades de su administración.
Actualmente, tres vacunas están en la etapa final de las pruebas clínicas.
Bajo las órdenes de la Casa Blanca, las agencias federales de salud y el Departamento de Defensa están llevando a cabo un plan llamado Operación Velocidad Warp para entregar 300 millones de dosis de vacunas en un tiempo reducido. El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) declaró el miércoles que la FDA no tiene la autoridad para regular las pruebas desarrolladas en laboratorio para cualquier condición incluyendo el COVID-19, a diferencia de los procedimientos en medio de la pandemia de H1N1 en 2009 y el brote de Zika en 2015 y 2016.
Se espera que más de 100 millones de dosis de una vacuna estén disponibles antes de que termine el año y 500 millones de dosis listas poco después, dijo Trump durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca el 14 de agosto.
Anthony Fauci, el director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas (NIAID, por sus siglas en inglés) dijo en julio que es «precavidamente optimista» con respecto a que una vacuna está disponible a finales de este año. Mientras la disponibilidad de una gran cantidad de dosis tendrá que esperar hasta principios de 2021.
«Es probable que a principios del próximo año tengamos decenas de millones de dosis disponibles… a medida que entremos al 2021, varios meses después, se dispondrá de una vacuna que estará ampliamente disponible para la gente en Estados Unidos», dijo durante una entrevista con el Washington Post.
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