El líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell (R-Ky.), y el subjefe del gabinete de la Casa Blanca, Dan Scavino, hablaron con el presidente Donald Trump por teléfono el sábado mientras el mandatario seguía con su trabajo pese a estar luchando contra el COVID-19 en un centro médico de Maryland.
McConnell escribió en Twitter a las 4:21 p.m. que acababa de terminar otra llamada telefónica con el presidente.
Trump le preguntó sobre el proceso de nominación de la jueza Amy Coney Barrett, a quien nominó para la Corte Suprema el fin de semana anterior, habló sobre la economía y la pandemia de COVID-19.
«Suena bien y dice que se siente bien», dijo McConnell.
«Hablamos de cuestiones de la gente: la lucha contra la pandemia, la confirmación de la jueza Barrett y el fortalecimiento de la economía para las familias estadounidenses», agregó y pidió a la gente que mantuviera en sus oraciones tanto al presidente como a la primera dama, Melania Trump.
Trump siguió trabajando después de su diagnóstico desde la suite presidencial en el Centro Médico Nacional Militar Walter Reed en Maryland, donde se encuentra desde el viernes, dijeron funcionarios de la Casa Blanca.
Scavino declaró el sábado por la noche que habló por teléfono con Trump durante 15 minutos.
«Feliz de compartir que está muy bien. Era el mismo Donald Trump que siempre he conocido, la llamada no fue diferente a las demás. Él es un guerrero y está enfocado como un láser. Sigan enviándole oraciones. Va a superar esto, ¡sin lugar a duda!», escribió Scavino en las redes sociales.
Poco antes de la llamada, Trump publicó un vídeo en el que le dijo al público estadounidense que «no se sentía muy bien» cuando llegó al Walter Reed. «Me siento mucho mejor ahora», añadió.
El presidente no tenía fiebre ni necesitó oxígeno suplementario, dijo su médico, Sean Conley, a los periodistas fuera del centro médico, que está a unas 15 millas de la Casa Blanca.
Trump, de 74 años, y su esposa, de 50, dieron positivo en la prueba de COVID-19 el jueves, según funcionarios del gobierno. La primera dama permanece en la Casa Blanca con síntomas leves.
«La primera dama está muy bien. Gracias por preguntar. No tiene indicaciones de hospitalización ni de terapia avanzada. Está convaleciente en casa», dijo Conley en respuesta a una pregunta en la rueda de prensa del 3 de octubre.
Trump trabajará desde las oficinas presidenciales en el Walter Reed «durante los próximos días», dijo el viernes la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, mientras el presidente volaba hacia el centro de salud de Bethesda.
Conley dijo en un memorándum del sábado que Trump «pasó la mayor parte de la tarde trabajando».
Trump habló el viernes por teléfono con McConnell, con el presidente del Comité Judicial del Senado Lindsey Graham (R-S.C.), con el líder de la minoría de la Cámara de Representantes Kevin McCarthy (R-Calif.) y con el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows.
El punto de discusión más compartido pareció ser la nominación de Barrett, la jueza federal que reemplazaría a la fallecida jueza Ruth Bader Ginsburg en la Corte Suprema.
Al menos ocho asistentes a la ceremonia de nominación de Barrett el 27 de septiembre en la Casa Blanca dieron positivo al test de COVID-19 —la enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino)— pero el Senado está procediendo con los planes de tener una audiencia con ella a mediados de octubre, con miras a un voto de confirmación final antes de las elecciones del 3 de noviembre.
McConnell dijo en declaraciones previas que él y Trump hablaron de trabajo en la primera llamada telefónica, «especialmente lo impresionados que están los Senadores con las cualificaciones de la jueza Barrett».
«A toda máquina con el proceso justo, completo y oportuno que se merecen la nominada, la Corte y el país», escribió el republicano.
Los miembros del Congreso que hablaron con Trump dijeron que estaba de buen humor y agradecido por todas las oraciones y el apoyo que había recibido.
Trump permanece en el Walter Reed al menos hasta el domingo. Se le administró una segunda dosis de remdesivir, una droga antiviral que mostró cierto éxito contra el COVID-19, dijo Conley en el último memorándum.
«Aunque todavía no está fuera de peligro, el equipo sigue siendo cautelosamente optimista», escribió.
«El plan para mañana es continuar la observación entre las dosis de remdesivir, monitorear de cerca su estado clínico y apoyar completamente su cumplimiento de los deberes presidenciales».
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