El presidente Donald Trump planea hablar en un mitin en Washington el 6 de enero.
Hay previstos varios grandes eventos en el Capitolio de la nación para protestar en apoyo de Trump y contra lo que muchos de sus partidarios creen que fueron unas elecciones robadas.
Trump planea hablar en una «Manifestación para salvar a América» en la Elipse a las 11 a.m.
«¡GRANDES MULTITUDES!», escribió el presidente en un tuit.
Los organizadores de las manifestaciones prevén una asistencia de hasta 1.5 millones de personas. Las puertas para el evento en la Elipse, un parque de 52 acres al sur de la Casa Blanca, se abrieron esta mañana.
La manifestación «Salvar a América» es auspiciada por «Mujeres por América Primero». El grupo dice que apoya una «Agenda de América Primero».
Amy Kremer, una de las organizadoras, dijo en un tuit el martes que el evento será «la mayor manifestación de la historia».
Trump dijo que la gente que converge en Washington «no quiere presenciar una victoria electoral robada por los envalentonados demócratas de la izquierda radical», y añadió, «nuestro país ya ha tenido suficiente, no lo soportarán más».
Trump y su equipo, junto con algunos otros republicanos, dicen que los resultados de las elecciones en estados pendulares clave fueron certificados injustamente, dando la victoria al candidato presidencial demócrata Joe Biden. Señalan las acusaciones y pruebas de fraude electoral, y argumentan que los resultados deben ser descertificados.
Biden y muchos demócratas, junto con algunos republicanos, dicen que las elecciones terminaron y que Biden ganó.
El Congreso se reunirá el miércoles en Washington, cerca de la manifestación, para contar los votos del Colegio Electoral. De acuerdo con el sistema, los votantes emiten votos para las listas de electores, aunque en realidad marcan casillas para los candidatos presidenciales. El partido del candidato que obtiene la mayoría de los votos en un estado tiene sus propios electores, que emiten una boleta para ese candidato y la envían a Washington. La sesión conjunta es para contar dichos votos.
Siete estados enviaron los llamados electores alternativos, o dos boletas diferentes, una para Biden y otra para Trump, a pesar de que Biden fue el ganador certificado de los siete estados.
«Es nuestro deber con el pueblo de Michigan y con la Constitución de EE. UU. enviar otra lista de electores si las elecciones generan controversia o disputa, y claramente así es», dijo Meshawn Maddock, republicana de Michigan y electora nacional independiente, en un comunicado el mes pasado.
Los republicanos ahora se centran en dos posibles vías para conseguir la victoria durante la sesión conjunta del Congreso. Uno es objetar los votos electorales de los estados en disputa, lo que desencadenará un debate y un voto en cada cámara. Debido a que las objeciones requieren la mayoría de los votos, no se espera que salgan adelante. Los demócratas controlan la Cámara de Representantes y en el Senado los líderes republicanos han criticado la opción de objetar. Veintisiete senadores republicanos se han opuesto a este plan.
La segunda vía pasa por el vicepresidente Mike Pence, quien presidirá la sesión como presidente del Senado. Pence puede rechazar los votos electorales de los estados donde se produjo el fraude, según dicen los defensores de esta teoría. Pence no ha indicado si está de acuerdo con esa línea de razonamiento. La presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi (D-Calif.) y otros críticos dicen que Pence tiene un papel más limitado.
Pelosi dijo a sus colegas en una carta el martes que la victoria de Biden «será reconocida» cuando el Congreso se reúna.
«Mañana se trata de garantizar la confianza en nuestro sistema democrático. Como miembros del Congreso, todos tenemos la responsabilidad de mantener el principio: el pueblo es soberano y tiene el poder de elegir a sus líderes a través de las urnas», añadió.
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