Cuando el expresidente Donald Trump publicó un vídeo de campaña en el que esbozaba planes para impulsar la industria automovilística el pasado jueves, aprovechó la oportunidad para cortejar a la Unión de Trabajadores de la Automoción (UAW), que se ha destacado por retener su apoyo al presidente Joe Biden mientras continúan las negociaciones contractuales con la amenaza de una nueva huelga.
Aunque el llamado de Trump podría haber interesado a algunos trabajadores de base, desde luego no habría influido en la dirección del sindicato.
«Yo creo que ellos se sienten envalentonados», dijo Mark Mix, de la dirección sindical. Como presidente de la National Right to Work Foundation, Mix ha seguido de cerca las negociaciones laborales a lo largo de los años, y el tono que han adquirido este año es inusual.
Los sindicatos suelen votar para autorizar una huelga antes de las negociaciones, solo para tenerla como moneda de cambio en la mesa de negociación, pero el lenguaje que los líderes sindicales han estado utilizando este verano se ha vuelto «militante», dijo el Sr. Mix.
Los Teamsters, que acaban de llegar hoy a un acuerdo con UPS, se levantaron de la mesa en dos ocasiones y anunciaron su intención, no solo su autorización, de hacer una huelga de dimensiones históricas más de un mes antes de la conclusión del contrato. Sean M. O’Brien, el recién elegido presidente, acudió a CNN antes de las negociaciones del martes para decir de sus tácticas: «nosotros trazamos estrategias, nos organizamos, ahora es tempo de pulverizar». O’Brien había pedido a la Casa Blanca que no interviniera si se declaraban en huelga.
La UAW, que comenzó las negociaciones con los tres grandes fabricantes de automóviles la semana pasada, ya que el contrato actual expira el 14 de septiembre, también hizo mucho ruido sobre su voluntad de ir a la huelga antes incluso de que comenzaran las conversaciones.
«Aquí hay un nuevo ambiente. Estos responsables sindicales se sienten con poder», afirma Mix. «Yo creo que una de las razones por las que esto es un hecho y por las que estamos viendo más de este ruido de sables es porque la administración Biden(…) básicamente ha creado un entorno en el que los responsables sindicales piensan que el Departamento de Trabajo, el Departamento de Justicia y el Consejo Nacional de Relaciones Laborales —que son los tres organismos que estarían implicados e interesados en la violencia, la intimidación o la violación de los derechos individuales de los trabajadores— están controlados por la administración Biden».
«Los responsables sindicales se sienten envalentonados por esta Casa Blanca y esta administración para hacer básicamente lo que haga falta con tal de conseguir lo que exigen».
En el vídeo del jueves, el Sr. Trump criticó las políticas del presidente Biden que afectan a la industria automotriz, haciendo referencia a los vehículos eléctricos no vendidos «apilados en lotes de automóviles» por miles.
«Ellos están destruyendo absolutamente su negocio», dijo el Sr. Trump sobre los subsidios del gobierno para los vehículos eléctricos a expensas del mercado. «Por eso voy a poner fin a estas atrocidades del Green New Deal (Gran Pacto Verde) el primer día».
El expresidente promocionó su historial en materia de comercio, incluida la renegociación del TLCAN, y cómo eso benefició a la industria automovilística. «Yo salvé la industria del automóvil una vez, y ahora la salvaré de nuevo».
Ese mismo día, Biden visitó un astillero en Filadelfia para hablar de «Bidenomics» y empleos de «energía limpia».
«Muchos de mis amigos de los sindicatos lo saben: Cuando yo pienso en clima, pienso en empleo, y yo pienso en empleos sindicales», afirmó Biden. «Hoy aquí, trabajadores de nueve sindicatos diferentes van a empezar a construir un buque llamado Acadia. Va a colocar rocas pesadas en la base de los proyectos eólicos marinos para estabilizarlos cuando los coloquen, y van a protegerlos contra la erosión».
¿Dónde están los empleos sindicales?
Los expertos afirman que, si bien la administración Biden beneficia a los dirigentes sindicales y es favorable a la sindicación, tiene un historial desigual en lo que respecta a los trabajadores de base.
El Sr. Mix se refirió a la cancelación del proyecto del oleoducto Keystone XL, que iba a generar decenas de miles de puestos de trabajo sindicales. También indicó que la administración había avivado el fuego de posibles huelgas en otras maneras, incluyendo con sus políticas de la era de la pandemia. Los cheques de estímulo y el desempleo no dieron a muchos motivos para trabajar, por lo que UPS tuvo que subir los salarios para aumentar su plantilla.
«Todos los que trabajaban para UPS y estaban en servicio activo decían: ‘Un momento, ¿cómo puede alguien que acaba de empezar hoy ganar lo mismo que yo? Así que eso provocó la demanda de estos aumentos salariales, en particular para los trabajadores a tiempo parcial», dijo el Sr. Mix.
Algunos de los puestos de trabajo de la UAW podrían estar desapareciendo debido al impulso del presidente a los vehículos eléctricos, señaló F. Vincent Vernuccio, investigador principal del Centro Mackinac de Políticas Públicas y director de política laboral del Centro entre 2012 y 2017.
El Sr. Vernuccio indicó un informe reciente que calcula que los nuevos objetivos de los vehículos eléctricos podrían eliminar 117,000 puestos de trabajo en el sector manufacturero.
«Lo estamos viendo reflejado en los puestos de trabajo que se desplazan hacia el sur, a los estados con derecho a trabajar», dijo el investigador, refiriéndose a los estados que consideran ilegal la sindicación forzada. Los empleados que quieren cruzar la línea del piquete y trabajar cuando los sindicatos han convocado una huelga tienen que hacerlo legalmente, de lo contrario se enfrentan a multas u otras medidas disciplinarias por parte de los sindicatos». Él afirma que los grandes sindicatos industrializados suelen tener contratos únicos que benefician a algunos trabajadores, pero no a todos, por lo que el impulso de la administración a la sindicalización donde antes no la había es negativo. En su lugar, aboga por la flexibilidad temporal de los trabajadores, sindicalizados o no.
En cuanto a los puestos de trabajo que quedan, Mix dijo que podría estar seguro de que los dirigentes sindicales están exigiendo a la administración Biden que garantice que serán puestos de trabajo sindicados.
«Eso es lo que piden ahora: más privilegios y más poder», afirmó el Sr. Mix.
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