El expresidente Donald Trump presentó una moción para desestimar un caso penal iniciado en su contra por el fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg.
Sus abogados argumentaron que el caso es una interferencia electoral, señalando el hecho de que un gran jurado se reunió solo unas semanas después de que el presidente Trump anunciara el otoño pasado que se postularía para el cargo una vez más.
La imputación finalmente se produjo seis años después del presunto delito, señalan los abogados, y casi cinco años después de que el Sr. Bragg comenzara a investigar.
«La demora ha perjudicado al presidente Trump, interfirió con su campaña presidencial en curso y violó sus derechos al debido proceso», escribieron los abogados.
«No hubo evidencia ante el gran jurado de que el presidente Trump tuviera la intención de estafar a nadie con dinero o propiedades a través de entradas supuestamente falsificadas».
Caso Manhattan
En marzo, el presidente Trump fue imputado por primera vez de 34 delitos graves por presunta falsificación de registros comerciales.
El caso surgió de las acusaciones hechas por Michael Cohen, quien una vez fue abogado personal del presidente Trump antes de volverse públicamente contra él en 2019, cuando testificó ante el Congreso sobre supuestas conexiones entre la Organización Trump y Rusia. Posteriormente, fue condenado por perjurio, un punto que los abogados del presidente Trump plantearon ante la corte para refutar el testimonio de Cohen.
El Sr. Cohen habló públicamente sobre cómo la actriz adulta Stephanie Clifford, también conocida como Stormy Daniels, amenazó con hacer público, justo antes de las elecciones presidenciales de 2016, afirmaciones de que había tenido una aventura con el favorito republicano una década antes. Cohen hizo un pago de 130,000 dólares para mantener su silencio a Clifford, que, según dijo, era en nombre de su jefe. El presidente Trump negó haber tenido la aventura.
El caso del fiscal Bragg contra el expresidente alega que él falsificó facturas comerciales para ocultar cómo se realizaron los pagos a Cohen, con fondos corporativos.
El equipo legal del presidente Trump dice que la imputación lo acusa de falsificar registros personales para pagarle a Cohen con fondos personales, y que el Sr. Bragg nunca presentó evidencia de que el presidente Trump sabía que los registros financieros eran falsos.
«El estatuto de registros comerciales de Nueva York nunca se ha aplicado de esta manera», se lee en el documento.
«Interferencia electoral»
El presidente Trump enfrenta un total de 91 cargos penales en cuatro casos separados en su contra. Además del caso que el Sr. Bragg está procesando, él se enfrenta a cargos de conspiración por su impugnación de los resultados de las elecciones de 2020, en casos federales y estatales, así como de presunta manipulación indebida de documentos clasificados en otro caso federal.
Sus abogados argumentan que el Sr. Bragg ha mostrado una «mano desigual» al procesar al expresidente, pero no al investigar las acusaciones de que la campaña presidencial de Hillary Clinton, de 2016, utilizó fondos de campaña para alimentar afirmaciones falsas de que el presidente Trump estaba en connivencia con Rusia para influir en las elecciones de 2016 en su favor.
Públicamente, el presidente Trump denunció las cuatro acusaciones como «interferencia electoral» cada vez que ha hablado de ellas. El exmandatario sostiene que no ha hecho nada malo en los cuatro casos, que según él fueron presentados contra él por sus oponentes políticos, citando el hecho de que los cargos solo surgieron después de que anunció que se presentaría a las elecciones.
Además de los cuatro casos penales, se está llevando a cabo un juicio civil en su contra, presentado por la fiscal general de Nueva York, Letitia James. Ella lo acusa de defraudar al estado al inflar su patrimonio neto en la demanda multimillonaria.
Desde el lunes al miércoles, el expresidente hizo una comparecencia ante la corte sin precedentes y habló extensamente con la prensa, afirmando su inocencia y acusando a sus fiscales de «fraude» al presentar la demanda en su contra.
El caso de Nueva York que comenzó el 2 de octubre, es solo el primero de lo que promete ser una apretada agenda judicial para el presidente Trump en medio de su campaña presidencial de 2024.
El 15 de enero de 2024, Iowa inicia el caucus de nominación presidencial del Partido Republicano. Ese mismo día comienza el juicio sobre una demanda civil contra el presidente Trump por parte de la escritora E. Jean Carroll, quien alega difamación.
El 4 de marzo, un día antes de que más de una docena de estados inicien sus primarias republicanas en el «súper martes», el presidente Trump irá a juicio en una corte federal, acusado de intentar ilegalmente anular los resultados de las elecciones de 2020. El fiscal del condado de Fulton que presentó un caso similar contra él en una corte estatal, también había solicitado previamente una fecha para el 4 de marzo, que aún podría programarse para el mismo mes.
En Florida, el presidente Trump enfrenta 40 cargos por delitos graves después de que el FBI allanó su propiedad en Mar-a-Lago, y está previsto que vaya a juicio en mayo.
¿Casos «malos»?
El presidente Trump no es el único que afirma que estos casos son «interferencia electoral».
El abogado Alan Dershowitz, un demócrata que representó al presidente Trump cuando fue acusado, es un profesor emérito de la Facultad de Derecho de Harvard que ha estudiado los casos politizados contra el 45º presidente.
El Sr. Dershowitz ha predicho que el presidente Trump será condenado, probablemente incluso antes de las elecciones, pero que estos casos «malos» serán rápidamente anulados en apelación. El abogado criticó los casos por considerarlos malinterpretados y motivados políticamente, y dijo que el de Manhattan es el peor de todos.
«Ni siquiera vale la pena discutir el caso de Nueva York. Intelectualmente, no vale ni un minuto de tiempo. Es la peor acusación que he visto en 60 años de práctica del derecho, y prácticamente todo el mundo lo admite ahora», dijo el abogado.
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