El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidió más de 800 millones de dólares al Congreso para establecer hasta 13 centros de cuarentena para indocumentados detenidos en la frontera con México, dentro de un paquete de casi 46,000 millones de dólares para responder a la crisis del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como nuevo coronavirus.
The Epoch Times se refiere al nuevo coronavirus, que causa la enfermedad COVID-19, como el virus del PCCh porque el encubrimiento y la mala gestión del Partido Comunista Chino permitieron que el virus se propagara por toda China y provocara una pandemia mundial.
En una carta enviada al Congreso a última hora del martes y proporcionada este miércoles a EFE por la Casa Blanca, el Gobierno de Trump solicita a los legisladores que le concedan 45,800 millones de dólares más para ayudar a las agencias federales a afrontar los «costes imprevistos» derivados de la pandemia.
Esa cantidad se sumaría al paquete de estímulo fiscal de cerca de 1 billón de dólares propuesto por Trump y a los 8300 millones aprobados por el Congreso para hacer frente al virus del PCCh, según la carta, firmada por el director interino de la Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca, Russell Vought.
La petición incluye 567 millones de dólares para que el Gobierno «financie hasta nueve instalaciones de cuarentena para migrantes a lo largo de la frontera suroeste», dentro de una partida de más de 3100 millones para el Departamento de Seguridad Nacional, indica la misiva.
No todos los centros serían de nueva construcción, sino que también se aprovecharían las carpas o «instalaciones temporales que se usaron originalmente para el pico (en la llegada de) migrantes en 2019», precisa.
Además, esos fondos se dedicarían a la «ayuda médica, transporte y productos para el consumo relacionados con el cuidado de los migrantes en la custodia de CBP (Patrulla Fronteriza) y los costes de las horas extra» de los agentes fronterizos, además de equipos de protección contra el virus del PCCh.
Por otra parte, la Casa Blanca pidió 249 millones de dólares para «convertir cuatro instalaciones» del Departamento de Seguridad Nacional en la frontera en «instalaciones dedicadas especialmente a la cuarentena» por el virus del PCCh.
Esa partida también permitirá al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) «aumentar el número» de indocumentados supervisados mediante «alternativas a la detención» como las tobilleras electrónicas, para «minimizar el riesgo de exposición a los detenidos».
Y financiará el uso de «aviones chárter de ICE para seguir repatriando» a inmigrantes ahora que hay «menos opciones de vuelos comerciales», lo que confirma que las deportaciones continuarán a pesar de la crisis del virus del PCCh.
La petición se envió poco antes de que Trump confirmara que negará la entrada a EE.UU. a todos los solicitantes de asilo debido a la pandemia, lo que le permitirá expulsar del país a los inmigrantes indocumentados sin ningún periodo de detención, ni el debido proceso.
El Gobierno de Trump busca con esa medida evitar un contagio del virus del PCCh dentro de los centros de detención para inmigrantes que pueda afectar también a un gran número de agentes fronterizos, dejando desprotegida la frontera, según funcionarios consultados por el diario The New York Times.
Los casi 46,000 millones de dólares solicitados por la Casa Blanca incluyen fondos para minimizar el impacto del virus entre los militares y 500 millones para compensar las pérdidas de la empresa ferroviaria Amtrak, que ha advertido de pérdidas de cientos de millones y detenido el 60 % de sus trenes en el noreste del país.
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