El expresidente Donald Trump dijo el 10 de abril que no firmaría una prohibición federal del aborto si se pusiera una sobre su escritorio como presidente.
Mientras estaba en Atlanta el 10 de abril para una recaudación de fondos, un periodista le preguntó al expresidente si firmaría dicha ley si fuera aprobada por el Congreso.
«No», respondió el presidente Trump.
«¿No la firmaría?», volvió a preguntar el reportero.
«No», repitió el expresidente.
El intercambio ocurrió luego de una interacción anterior con los periodistas después de aterrizar en Atlanta. Mientras respondía a preguntas en la pista, le preguntaron si la Corte Suprema de Arizona «fue demasiado lejos» al permitir que una prohibición del aborto de la era de la Guerra Civil se aplicara en el estado.
«Sí, lo hicieron, y eso se aclarará», dijo el presidente Trump. «Como saben, se trata de los derechos de los estados. Eso se solucionará, y estoy seguro de que el gobernador y todos los demás volverán a entrar en razón, y creo que eso se solucionará muy rápidamente».
Agregó que pensaba que el límite de seis semanas para abortar en Florida, que entrará en vigor el 1 de mayo, también «probablemente va a cambiar».
Una iniciativa electoral para consagrar el derecho constitucional al aborto en Florida mediante la «viabilidad» fetal aparecerá en la boleta de las elecciones generales del estado en noviembre. La enmienda también permitiría el aborto después del punto de viabilidad —generalmente reconocido hasta bien entrado el segundo trimestre— cuando se considere «necesario para proteger la salud de la paciente».
«Es la voluntad del pueblo; esto es lo que he estado diciendo. Es un sistema perfecto», dijo el presidente Trump. «Durante 52 años, la gente ha querido poner fin a Roe vs. Wade, para devolverlo a los estados. Lo hicimos—fue algo increíble, un logro increíble. Lo hicimos y ahora los estados lo tienen y los estados están sacando lo que quieren. Es la voluntad del pueblo».
El fallo de Arizona se dictó un día después de que el expresidente anunciara el 8 de abril que creía que la legalidad del aborto debía ser decidida por el pueblo de cada estado, y no por el gobierno federal. Su postura inquietó a muchos miembros del movimiento provida, incluidos algunos de sus antiguos y actuales aliados.
«El movimiento provida siempre se ha centrado en el bienestar del niño no nacido, no en la geografía», respondió el senador republicano Lindsey Graham (R-S.C.) a través de X, antes Twitter.
El Sr. Graham, que muchas veces ha sido un defensor del presidente Trump y sus políticas en el Senado, pidió al presunto candidato presidencial republicano que respaldara un límite federal de aborto de 15 semanas.
«La ciencia es clara: un niño de quince semanas está bien desarrollado y es capaz de sentir dolor», escribió.
Al expresidente no le agradaron las críticas. Respondiendo a través de su plataforma Truth Social, criticó al senador por «hacer un gran daño» al Partido Republicano y a Estados Unidos.
«Muchos buenos republicanos perdieron elecciones debido a esta cuestión, y personas como Lindsey Graham, que son implacables, están entregando a los demócratas su sueño de la Cámara, el Senado y quizás incluso la presidencia», escribió.
Se espera que el aborto sea un tema clave de cara a las elecciones presidenciales de noviembre. Además de Florida, muchos otros estados, incluido Arizona, tienen iniciativas relacionadas con el aborto que aparecerán en la boleta electoral.
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