El presidente Donald Trump dijo a una multitud en Florida el 12 de octubre que su administración «se ocupará» de las personas involucradas en la investigación de su campaña 2016 después de las elecciones de noviembre.
«Nos ocuparemos de todo después de las elecciones. Los atrapamos cuando no se lo esperaban, por sorpresa. Gente mala —la corrupta Hillary— y por cierto Obama y Biden sabían todo lo que estaba pasando, ¿sí? Solo en caso de que tuvieran alguna pregunta», dijo Trump.
«Nos encargaremos de ello después de las elecciones (…) pero eso le da a usted otra razón para salir a votar. Tenemos que hacer algo porque si no lo hacemos, lo barrerán bajo la alfombra», añadió el presidente.
El FBI de la administración de Obama abrió una investigación sobre la campaña Trump en julio de 2016 basándose en la teoría de que uno o más asociados de la campaña podrían haber coordinado un ataque informático contra el Comité Nacional Demócrata con la ayuda de Rusia. Después de aproximadamente 10 meses, el entonces consejero especial Robert Mueller se hizo cargo de la investigación. El consejero especial concluyó la amplia investigación sin encontrar pruebas de coordinación entre la campaña y Rusia.
El FBI utilizó una serie de métodos de espionaje durante la investigación, incluyendo espías que apuntaban a los asociados de la campaña y una orden de vigilancia bajo el amparo de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA) contra el exasesor de la campaña Trump Carter Page. La oficina utilizó un expediente de investigación de la oposición financiado por la campaña de Clinton como prueba para obtener la orden, pero no reveló que la oponente electoral de Trump pagó por dicho documento.
Un exespía británico, Christopher Steele, pagó a un presunto espía ruso con base en Washington, Igor Danchenko, para que sirviera de fuente clave en muchas de las principales afirmaciones del expediente. Danchenko dijo más tarde al FBI que Steele usó los rumores y la charla informal que tuvieron, y que presentó las endebles afirmaciones como hechos creíbles.
La investigación del FBI, cuyo nombre en clave es Crossfire Hurricane, ha sido objeto de un intenso escrutinio por parte del Congreso, la Oficina del inspector general del Departamento de Justicia y, ahora, la investigación penal dirigida por el fiscal de los Estados Unidos John Durham. Kevin Clinesmith, que fue el principal abogado del FBI en el equipo de Mueller, se declaró culpable en agosto de un único cargo de declaración falsa presentado por Durham. Clinesmith admitió haber falsificado un correo electrónico como parte del proceso para obtener una orden de vigilancia FISA para espiar a Page.
Trump ha afirmado durante mucho tiempo que la administración Obama armó a las agencias federales para que pudieran atacar su campaña, tildando al plan, que continuó mucho después de las elecciones, como un intento de golpe de estado.
«Estaban espiando nuestra campaña y tratando ilegalmente de acabar con una administración muy, muy enfocada [en los problemas] y legalmente juramentada», dijo Trump en Florida. «Lo intentaron antes de eso. Lo intentaron después».
«Y luego dicen, ‘¿estará de acuerdo con una transferencia amistosa de poder?’ Durante cuatro años han intentado sacarnos del cargo».
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