El expresidente Donald Trump ha intervenido en el debate nacional sobre la enseñanza de la teoría crítica de la raza (CRT, por sus siglas en inglés) en las escuelas, instando a los legisladores y a los padres de todo el país a actuar contra lo que calificó de adoctrinamiento «tóxico» y «antiestadounidense».
«En las aulas de todo el país, los estudiantes están siendo sometidos a un nuevo plan de estudios diseñado para lavarles el cerebro con el ridículo dogma de la izquierda conocido como ‘teoría crítica de la raza'», escribió Trump en un artículo de opinión publicado el viernes en RealClearPolitics. «El hecho clave de esta retorcida doctrina es que es completamente antitética a todo lo que los estadounidenses normales de cualquier color desearían enseñar a sus hijos».
La CRT tiene sus raíces en la teoría marxista de la lucha de clases, pero con un enfoque particular en la raza. Los defensores de la CRT ven el racismo en todos los aspectos de la vida pública y privada estadounidense, y tratan de desmantelar las instituciones estadounidenses —como la Constitución y el sistema jurídico— que consideran inherente e irremediablemente racistas.
El plan por promover la CRT en la educación K-12 atrajo la atención nacional en abril, cuando el Departamento de Educación propuso una norma para dar prioridad a la financiación de los programas de historia y educación cívica de Estados Unidos que incorporan las obras del teórico crítico de la raza Ibram X. Kendi y el Proyecto 1619 del New York Times, que se centra en la idea de que Estados Unidos se fundó como una nación racista y lo sigue siendo en la actualidad.
«En lugar de ayudar a los jóvenes a descubrir que Estados Unidos es la nación más grande, más tolerante y más generosa de la historia, les enseña que Estados Unidos es sistemáticamente malvado y que los corazones de nuestro pueblo están llenos de odio y malicia», escribió Trump. «Enseñar a un solo niño estos mensajes divisivos rozaría el abuso psicológico».
«Adoctrinar a generaciones de niños con estas ideas extremas no solo es inmoral, sino que es un programa para el suicidio nacional», continuó Trump, criticando a la Administración Biden por deshacer las medidas que su administración ha tomado para combatir la prevalencia de la CRT.
En su primer día en la Casa Blanca, el presidente Joe Biden disolvió la Comisión consultiva 1776 de la Administración Trump y desechó su primer y último informe. Tras la toma de posesión de Biden también se levantó la prohibición de utilizar materiales de formación basados en «ideologías divisivas y perjudiciales basadas en el sexo y la raza» en las agencias federales y en los contratistas federales.
En un llamamiento a la acción, Trump instó a todos los «padres preocupados de Estados Unidos» a exigir que su estado apruebe la prohibición de que los dólares de los contribuyentes vayan a un distrito escolar o a un lugar de trabajo que enseñe CRT. También sugirió que cada estado creara su propia Comisión 1776 para examinar el plan de estudios de las escuelas públicas y asegurarse de que los estudiantes están recibiendo una «educación patriótica y proestadounidense», y que establecieran sus propias versiones de Teach for America para conseguir educadores K-12 «apasionados y patrióticos».
A medida que los estudiantes regresen a las aulas, dijo Trump, los estados deben aprobar leyes que exijan que todos los planes de lecciones tengan que ponerse a disposición de los padres. «Todos los folletos, artículos y lecturas deben publicarse en un portal de internet que permita a los padres ver lo que se enseña a sus hijos», escribió.
«Una nación es solo tan fuerte como lo es su espíritu», escribió Trump. «Por nuestros hijos, debemos actuar antes de que sea demasiado tarde».
Las declaraciones de Trump se producen en un momento en que los planes por incorporar elementos de la CRT en las aulas estadounidenses se enfrentan a una intensa resistencia. Los estados que han prohibido o restringido la enseñanza de la CRT en las escuelas públicas incluyen Florida, Carolina del Norte, Oklahoma y Texas, mientras que más de una docena de estados están considerando o han impuesto parcialmente restricciones similares.
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