Comentario

Cuando alguien que conoces se convierte en el director encargado de Inteligencia Nacional, ¿te asustas o celebras?

En este caso celebro, porque Richard Grenell, a quien conozco desde hace una docena de años y nos encontramos regularmente en lugares como restaurantes italianos en Beverly Hills, convenciones republicanas en Tampa y otros, es una persona extraordinaria de gran valor (personal y político), un verdadero patriota americano y una mente fascinante ecléctica.

Él es realmente un hombre de lo que solíamos llamar culto.

¿Eso es suficiente? ¿Significa eso que considero que él es la persona adecuada para el trabajo, lo cual es de gran importancia en esta coyuntura particular de la historia? Claro que sí.

También envío un saludo al presidente por la excelente elección.

Cuando lo vieron por última vez, Ric era el embajador en Alemania. La mayoría de los embajadores se desvanecen en la carpintería de las cenas de Tony y los interminables comunicados aburridos.

Grenell no. Él convirtió su posición en Alemania en el puesto estadounidense más poderoso de Europa, presionando a Angela Merkel y compañía de varias maneras, especialmente evitando que cedieran ante los mulás de Irán.

Hizo progresos notables al respecto, convirtiéndose, en cierto modo, en un bēte noire unipersonal en la UE.

En una época, él fue director de comunicaciones de John Bolton en la ONU, pero ha superado a su antiguo jefe de diversas formas.

Oh, y sí, venció el cáncer.

Pero ahora asumirá su mayor misión, luchar contra el Deep State (Estado Profundo) en su sede. Como la mayoría de los lectores saben, el FBI, la CIA y otras agencias de inteligencia (habrá 17 bajo la supervisión de Ric) están bajo investigación por el Fiscal de Estados Unidos John Durham por los acontecimientos relacionados con la procedencia de la sonda Rusa (alias Spygate).

Los resultados de esta investigación, cuando lleguen, tendrán el potencial de crear una de las mayores explosiones de la sociedad estadounidense desde la Guerra Civil.

El presidente Donald Trump necesitará un «aliado», como Eric Holder describió tan nocivamente su relación como fiscal general de Obama. En Grenell, él tendrá uno y más.

Todos podemos tomar al menos una respiración profunda parcial.

Y una última cosa, porque esto está en muchos de los titulares que lees, aunque sea de poca importancia. Grenell será el primer integrante «abiertamente» gay del Gabinete. Debo añadir que lo hizo mucho antes que el tipo de Indiana que actualmente quiere postularse a la presidencia.

Roger L. Simon es el principal analista político de The Epoch Times.

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