Opinión
Cuando se enfrenta una amenaza tan formidable como la planteada por el régimen chino es necesaria una estrategia consistente de resistencia. Estados Unidos debe tomar la iniciativa en un esfuerzo de estas proporciones debido a sus capacidades. Sin embargo, durante demasiado tiempo, no fue así.
Antes de la administración Trump, hubo avenencia desde Bill Clinton hasta Barack Obama hacia el régimen chino. Fue una política que fuerte e inflexiblemente respaldó a Beijing y así facilitó la expansión de su poder. El costo de esas décadas perdidas se lamentará en los años venideros. Este período será reconocido como el peor gran error estratégico cometido por Estados Unidos.
Históricamente, cuando Estados Unidos enfrenta una amenaza tan grande como la de China, existe una estrategia de resistencia o de equilibrio para contrarrestarla. Esta estrategia se sustenta fundamentalmente incluso si existe una variación natural en las políticas específicas de las administraciones individuales. La administración Eisenhower continuó el camino estratégico de Harry Truman de resistir a la Unión Soviética, que, a su vez, fue mantenida por John F. Kennedy y sostenida durante el resto de la Guerra Fría.
El papel de la administración Trump fue similar al de Truman: Identificar la amenaza y hacer que el gobierno, el Congreso, la élite y la opinión pública se opongan a ella. Sin embargo, el papel de Donald Trump fue aún más desafiante que el de Truman. La Unión Soviética se mantuvo al margen de la economía, las finanzas, la sociedad y el sistema político de Estados Unidos. El Partido Comunista, sus organizaciones de fachada y sus otros aliados eran una amenaza, sin duda, pero la sociedad estadounidense se opuso a ellos.
Por el contrario, China se ha incrustado en la economía estadounidense, en Wall Street, así como en Main Street, los centros de tecnología, las universidades y el sistema político. El crecimiento del régimen chino podría evitar una respuesta coherente de los estrategas estadounidenses, precisamente los responsables de identificar la amenaza de China y movilizar la respuesta de Estados Unidos y sus aliados. Además, China también se entrelazó con las economías, los sistemas políticos y las sociedades de los aliados de Estados Unidos.
Por lo tanto, Trump tuvo que cambiar el rumbo estratégico de Estados Unidos y sus aliados, a pesar de la considerable inercia y oposición gubernamental, así como de la significativa resistencia de los sectores económico, financiero, estratégico y académico de Estados Unidos. Es justo decir que la oposición en estos sectores sigue siendo sólida.
Al igual que Dwight Eisenhower, Joe Biden tenía una tarea estratégica mucho más fácil que Trump: Construir sobre lo que Trump había comenzado y desarrollar un impulso contra el régimen chino. A los diez meses de la administración Biden es útil considerar si esta comparación histórica es adecuada, o si es más preciso decir que la administración actual siguió acogiendo a China como lo hicieron las administraciones desde Clinton hasta Obama.
En este punto, la administración Biden agotó el trabajo que llevó a cabo Trump. La administración Biden claramente se está acomodando al régimen chino mientras su retórica vacila. Biden ha transmitido un apoyo mixto a Taiwán, no obstante hay pocas pruebas de que su administración posea la voluntad de desalojar la influencia de Beijing del sistema económico, financiero o político de Estados Unidos. AUKUS ha sido el único paso positivo hacia adelante y obliga a reflexionar sobre qué más se podría haber logrado si Trump hubiera sido reelegido o si Biden hubiera tomado en serio la responsabilidad del régimen chino. Un boicot liderado por Estados Unidos a los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022 también sería un buen paso.
No obstante, la formación de AUKUS ha sido contrarrestada por otros factores, incluidas las afirmaciones de Biden durante la cumbre con el líder chino Xi Jinping de que los desequilibrios generados por el COVID-19 o por la crisis climática requieren que Estados Unidos y China, con su influencia global, se unan a la comunidad internacional para resolverlos. Estos comentarios son disonantes y difíciles de digerir, ya que el régimen chino es responsable de los dos mayores problemas del mundo. Beijing causó la pandemia de COVID-19 y es la fuerza impulsora detrás del cambio climático. En lugar de unírsele como sugirió Biden, los intereses de Estados Unidos y China son diametralmente opuestos. Para resolver ambos problemas, sería mucho mejor si la administración Biden llevara a la comunidad internacional a sancionar al régimen chino por ambos problemas, cualquiera de los cuales debería sacar a Beijing de la sociedad internacional.
Sin embargo, algo que genera aún más alarmas es la preocupante declaración de Biden de que Beijing y Washington poseen posiciones de importancia mundial y, por lo tanto, deberían trabajar juntos para resolver los problemas que causó Beijing. Estos comentarios transmiten una equivalencia implícita e ilegítima: Que China es igual a Estados Unidos. Ningún presidente de Estados Unidos debería afirmar, explícita o implícitamente, que existe una equivalencia de poder, y la intención de ese poder, entre Beijing y Washington. La intención del poder del régimen chino es suprimir la libertad en el mundo y romper el orden liberal para que pueda ser reemplazado por uno estrictamente autoritario.
En el enfrentamiento con la Unión Soviética, los presidentes de Estados Unidos lideraron la resistencia del mundo libre en esa larga lucha. Hubo un eco de este liderazgo con la administración Trump. Con la administración Biden, el liderazgo necesario está ausente. Estados Unidos aún no está unido detrás de la amenaza y es poco probable que lo esté durante la presidencia de Biden.
En cuanto a la amenaza de China, el enfrentamiento entre Trump y Biden se ha decidido a favor de Biden. El abrazo Clinton-Bush-Obama- ahora es el abrazo Clinton-Bush-Obama-Biden. Y lo que es más significativo, Estados Unidos no tiene la capacidad de resistir al régimen chino de forma consistente a través de las administraciones, como lo hizo con los soviéticos.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.