El presidente Donald Trump visitará el estado de Pensilvania el jueves mientras el gobernador Tom Wolf lucha por contener la creciente resistencia a sus confinamientos relacionados con el COVID-19.
Con la pandemia devastando la economía, la administración Trump ha buscado un equilibrio entre la protección de las vidas y la garantía de los medios de vida. Los mensajes de la Casa Blanca cada vez están más centrados en animar a los gobernadores de los estados a reducir las restricciones.
El presidente ha acusado a algunos gobernadores estatales demócratas, incluido Wolf, de retrasar el reinicio de la actividad económica. Alrededor de 2 millones de residentes de Pensilvania han perdido sus trabajos desde mediados de marzo.
«El gran pueblo de Pensilvania quiere su libertad ahora, y son plenamente conscientes de lo que eso implica», escribió Trump en un tuit el lunes. «Los demócratas se están moviendo lentamente, en todo EE.UU., con fines políticos. Esperarían hasta el 3 de noviembre si dependiera de ellos».
«No jueguen a la política», añadió Trump. «¡Cuídense y muévanse rápido!»
Se espera que Trump visite un distribuidor de equipo médico en las afueras de Allentown el jueves. Será el decimoctavo viaje de Trump al estado como presidente, un indicador de la importancia de Pensilvania para sus esperanzas de reelección. Un portavoz de la Casa Blanca citado por el Philadelphia Inquirer dijo que se espera que el presidente haga comentarios sobre los test de COVID-19.
Wolf, un demócrata, se enfrenta a una creciente revuelta por sus órdenes de confinamiento y los cierres de negocios.
Los republicanos estatales aprobaron en abril una ley para limitar los poderes de Wolf durante la emergencia del desastre, la cual vetó. Impulsados por los legisladores republicanos estatales, los condados han amenazado con desafiar sus órdenes y algunos propietarios de negocios han reabierto a pesar de sus advertencias.
Wolf, mientras tanto, ha argumentado que solo trata de mantener a la gente a salvo.
«Los peligros asociados con #COVID19 pueden no ser fácilmente visibles para todos, pero están presentes. Estamos luchando una guerra que ha tomado las vidas de demasiadas personas. Y estamos ganando. Los políticos que nos están animando a dejar la lucha están actuando de la manera más cobarde», escribió en un tuit.
El lunes Wolf amenazó con castigar a los negocios que violen su orden de confinamiento con penalizaciones, incluyendo la pérdida de licencias de operación, dificultades con el seguro o recortes en los fondos de ayuda.
«No me sentaré a ver cómo los residentes que viven en los condados bajo la orden de confinamiento se enferman porque los líderes locales no pueden ver los riesgos de #COVID19 y presionan para reabrir prematuramente», dijo Wolf en las redes sociales después de su conferencia de prensa.
Pensilvania está en el décimo lugar en infecciones, con unos 59,000 casos confirmados que han ido disminuyendo.
Wolf ha permitido hasta ahora que 24 condados pasen a la llamada fase amarilla de reapertura, que permite que la mayoría de los negocios vuelvan a abrir, pero mantiene algunas restricciones, incluso para reuniones sociales.
Si bien otros 13 condados pasarán a esa fase el viernes, ningún condado de Pensilvania está en la fase verde sin restricciones.
Sin embargo, algunos políticos de los condados que están en la fase roja, que todavía están sujetos a la restrictiva orden de confinamiento, han dicho que pasarían a la fase amarilla incluso si es en contra de la voluntad del gobernador.
Se espera que alrededor de dos tercios de los 12.8 millones de habitantes de Pensilvania permanezcan bajo la orden de confinamiento esta semana.
The Associated Press contribuyó a la elaboración de este artículo.
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