El presidente Donald Trump y el senador republicano Lindsey Graham criticaron al presidente Joe Biden por su decisión de usar la Reserva Estratégica de Petróleo (SPR, en inglés) en medio del incremento vertiginoso de los precios energéticos.
El anuncio, realizado en un comunicado de prensa de la Casa Blanca, se produce en un momento en el que Estados Unidos se enfrenta a una inflación sin precedentes, que ha tenido su efecto más notable en el sector energético.
Según el Índice de Precios al Consumo (IPC) del Departamento de Trabajo, en octubre se produjo un aumento del 30% en el precio de todas las fuentes de energía, mientras que el precio de la gasolina en sí aumentó un asombroso 49.6%.
Demócratas y republicanos están divididos en cuanto a las razones de este aumento de precios.
Los demócratas han culpado a la colusión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que ha reducido la producción de combustible en los últimos meses para aumentar los precios. Biden ha emprendido extensas negociaciones con la organización, pero éstas han sido en gran medida infructuosas.
Los republicanos, aunque están de acuerdo en que la OPEP ha desempeñado un papel en la crisis, han culpado a las políticas energéticas nacionales «antiamericanas» de Biden.
Desde que asumió el cargo, Biden ha introducido amplios cambios en las políticas energéticas de su predecesor, quien llevó a Estados Unidos a ser independiente energéticamente por primera vez en décadas. Biden, que prometió durante su campaña «alejarse de la industria de los combustibles fósiles», no perdió tiempo en detener la construcción del oleoducto Keystone XL y establecer una moratoria en el arrendamiento de tierras federales a las empresas de gas natural y petróleo.
Según los críticos republicanos, son estas políticas, junto con la OPEP, las que han hecho que los precios de los combustibles se disparen.
Al ver que la crisis no hacía más que agravarse, un grupo de senadores demócratas pidió al presidente a principios de noviembre que retirara el combustible de la reserva estratégica de petróleo, una necesidad poco frecuente en Estados Unidos; históricamente, esto se ha hecho en respuesta a desastres naturales como el huracán Katrina.
El martes, Biden accedió a la petición de su partido y autorizó la utilización de la reserva.
«El presidente Biden está utilizando todas las herramientas a su alcance para trabajar para bajar los precios y hacer frente a la falta de suministro», decía el anuncio de la Casa Blanca. «Hoy, el presidente está anunciando que el Departamento de Energía pondrá a disposición la liberación de 50 millones de barriles de petróleo de la reserva estratégica de petróleo para bajar los precios para los estadounidenses y abordar el desajuste entre la demanda al salir de la pandemia y la oferta».
A diferencia de otros usos del suministro de la reserva estratégica de petróleo, esta retirada solo pretende bajar los precios de la gasolina en medio de cambios radicales en la política energética nacional desde que Biden asumió el cargo.
El expresidente Donald Trump, que se ha mantenido activo en las esferas políticas desde que dejó el cargo en enero, criticó la medida.
«Durante décadas, las importantísimas reservas estratégicas de petróleo de nuestro país estaban bajas o prácticamente vacías, ya que ningún presidente quería pagar el precio de llenarlas. Yo las llené hace tres años, hasta el tope, cuando los precios del petróleo eran muy bajos. Esas reservas están destinadas a ser utilizadas para emergencias graves, como la guerra, y nada más», escribió Trump en un comunicado. «Ahora entiendo que Joe Biden anunciará un ‘ataque’ a las recién rebosantes reservas estratégicas de petróleo para poder conseguir bajar artificialmente los precios del petróleo, cercanos a un récord».
«Hace un año éramos independientes energéticamente, ahora estamos a merced de la OPEP, la gasolina se vende a 7 dólares en partes de California, sube en todo el país, y están sacando petróleo de nuestras reservas estratégicas», añadió. «¿Es ésta la forma de gobernar un país?».
El senador Lindsey Graham (R-S.C.) también criticó la medida.
«Qué abuso de la reserva estratégica de petróleo por parte de la Administración Biden», dijo Graham en un tuit. Al igual que Trump, Graham argumentó que la SPR «está diseñada para hacer frente a las emergencias nacionales, no para corregir una mala política».
«La liberación de 50 millones de barriles es un vendaje», continuó Graham. «La causa fundamental es la guerra demócrata contra la producción de combustibles fósiles en Estados Unidos».
Graham también arremetió contra el proyecto de ley demócrata Reconstruir mejor, que actualmente está a la espera de ser considerado por el Senado, y que, según él, empeoraría la crisis.
Ese proyecto de ley, dijo Graham, «reducirá drásticamente la producción nacional de petróleo. Es un proyecto de ley malo para la independencia energética estadounidense, y empeorará el suministro de petróleo y gas de Estados Unidos en todos los sentidos».
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