Los demócratas están financiando una peligrosa guerra en Ucrania, reprimiendo la disidencia ideológica y polarizando este país. Ese fue el mensaje de la ex candidata presidencial demócrata Tulsi Gabbard, en su intervención en la última jornada de la CPAC.
La excongresista arremetió contra la ideología de género radical y acusó al presidente Joe Biden de avivar las tensiones raciales al abrazar la política de identidad. Acusó a Biden de «avivar las llamas de la división».
«Reducen a cada uno de nosotros al color de nuestra piel», dijo Gabbard en su discurso, afirmando que los demócratas «se han convertido en los racistas que dicen odiar».
Gabbard, ahora registrada como independiente, denunció a su antiguo partido político por su imprudente armamento de Ucrania y advirtió que la política de proporcionar ayuda letal está llevando a Estados Unidos al «borde de la guerra nuclear».
«Han enviado ya más de 100,000 millones de dólares para alimentar esta guerra por terceros», dijo.
El viernes, el secretario de Estado Anthony Blinken prometió 400 millones de dólares adicionales en armamento y equipos de utilidad a Ucrania, con las tensiones en aumento ya que el presidente ucraniano Zelenski ha prometido utilizar armas occidentales para retomar Crimea, ocupada por Rusia.
Gabbard, veterana de combate que sirvió dos veces en Irak, ha defendido durante mucho tiempo el mensaje de poner fin a las «guerras de cambio de régimen» y abogar por una política exterior más moderada. Muchos miembros del Partido Republicano comparten los sentimientos antibelicistas de Gabbard.
Tras ver el discurso de Gabbard, el congresista Matt Gaetz (R-Fla.) declaró a The Epoch Times que apoya su defensa de poner fin al apoyo financiero estadounidense al ejército ucraniano. El congresista habló de su estrecha colaboración con Gabbard en el Comité de Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes y de sus enfrentamientos con los «supuestos expertos en seguridad nacional», como él los llamó.
«Creo que necesitamos una política exterior centrada y basada en el realismo, no en sueños fantásticos de convertir países como Siria en democracias jeffersonianas», dijo. «Quiero un ejército fuerte, bien financiado y muy capaz que rara vez utilicemos».
Sobre el tema del género, Gabbard criticó a los progresistas por rechazar «el hecho de que exista la mujer».
«Todas las damas pueden atestiguar aquí que, de hecho, somos reales», dijo, añadiendo que los demócratas confunden ficción con realidad.
«La verdad se convierte en lo que los que están en el poder dicen que es en un momento dado».
Tras abandonar las elecciones presidenciales, Gabbard no quiso presentarse a la reelección al Congreso y desde entonces se ha centrado en el activismo y la oratoria. Su futuro político sigue siendo incierto, pero la singular mezcla de puntos de vista progresistas y no intervencionistas de Gabbard sigue convirtiéndola en una figura fascinante de la política estadounidense.
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