El presidente de Judicial Watch, Tom Fitton, dijo que Twitter había suspendido su cuenta durante al menos siete días por, presuntamente, violar las reglas de la plataforma.
Fitton dijo que no pudo acceder a su cuenta debido a que publicó la frase: «#Hidroxicloroquina es una droga segura», un tema sobre el que ha estado publicando desde septiembre. Dijo que, en el momento de su publicación, Twitter “encontró específicamente que no violaba [sic] sus reglas”, pero ahora ha decidido tomar medidas contra la cuenta.
«He ‘apelado’ pero todos sabemos, dados estos antecedentes, que no se trata de la hidroxicloroquina, se trata de encontrar un pretexto para silenciar a otra voz líder en el campo conservador», dijo Fitton en un comunicado sobre Parler.
La prohibición de Twitter se produjo cuando las grandes empresas tecnológicas intensificaron su control a las declaraciones y comentarios del presidente Donald Trump, los conservadores y a otras voces de las que afirman que pueden causar daño.
El 8 de enero, Twitter eliminó permanentemente la cuenta de Trump en su plataforma y justificó su censura diciendo que el presidente había violado su «Política de glorificación de la violencia» después de que publicó un mensaje instando a los manifestantes a permanecer en paz y abandonar el Capitolio. También fue eliminada la cuenta de Twitter de la campaña de Trump.
Otras cuentas de importantes conservadores, como la abogada Sidney Powell y el teniente general Michael Flynn, también fueron suspendidas por el gigante tecnológico. Mientras tanto, algunos grupos y personalidades de tendencia conservadora informaron una pérdida significativa de seguidores en los últimos días.
“Solo para agregar al coro, he perdido alrededor de 5000 seguidores. Está claro que Twitter está acabando con las cuentas conservadoras. Es por eso que el número de seguidores está disminuyendo. Esta es la purga más grande que hemos visto, y puede que no sea la última”, dijo el escritor y orador conservador, Matt Walsh, en Twitter.
Del mismo modo, el grupo conservador PragerU dijo que perdió más de 14,000 seguidores en los últimos días.
Twitter le dijo al Daily Caller, en un comunicado, que la suspensión de cuentas se realizó de acuerdo con su política de Actividad Nociva Coordinada, que se actualizó este mes.
“Hemos dejado en claro que tomaremos medidas firmes para enfrentar el comportamiento que puede provocar daños en el mundo real, y dado el potencial violento que rodea a este tipo de comportamiento, en los próximos días suspenderemos permanentemente las cuentas que sean únicamente dedicadas a compartir contenido de QAnon”, dice el comunicado.
Las últimas acciones de censura en Twitter ocurrieron después de los disturbios civiles en el Capitolio. Un grupo de manifestantes irrumpieron ilegalmente en el edificio del Capitolio, mientras los legisladores contaban los votos electorales en una sesión conjunta del Congreso. Los enfrentamientos del día dejaron cinco muertos y decenas de policías heridos.
Las restricciones de Twitter han provocado un éxodo de sus usuarios. Varias figuras de los medios conservadores han abandonado Twitter en los últimos días, como Greg Gutfeld, Rush Limbaugh, Lou Dobbs y Mark Levin.
Mientras tanto, la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) expresó su preocupación por la decisión de Twitter de suspender la cuenta de Trump y dijo que esta acción podría sentar un precedente para que las grandes empresas tecnológicas empiecen a silenciar voces.
“Entendemos el deseo de suspenderlo permanentemente en estos momentos, pero debería preocuparnos a todos que empresas como Facebook y Twitter ejerzan el poder ilimitado de sacar a personas de plataformas, que se han vuelto indispensables para el discurso de miles de millones, especialmente cuando las realidades políticas facilitan esas decisiones”, decía la declaración de la ACLU.
Apple, Google y Amazon también se han ganado un rechazo generalizado por prohibir la red social Parler en sus servicios.
Parler, una plataforma que ha atraído a un gran número de usuarios de corte liberal clásico y de tendencia conservadora, ha sido blanco de Silicon Valley por carecer de un sistema para «implementar una moderación sólida para contenido atroz».
Apple dijo en un comunicado a los medios de comunicación el 9 de enero que creen que Parler «no ha tomado las medidas adecuadas para abordar» la proliferación de «amenazas de violencia y de actividades ilegales».
Mientras tanto, Amazon cerró los servidores de Parler a la medianoche del 10 de enero con la excusa de que la red social tiene un enfoque laxo frente al contenido violento publicado por sus usuarios. El CEO de Parler, John Matze, ha rebatido las afirmaciones de las compañías que han vetado a la plataforma conservadora.
Matze dijo que estas empresas están utilizando eventos recientes para «perseguir a Parler», aunque «no hay evidencia de que Parler se haya utilizado para coordinar los eventos».
«Parler no tiene una característica de estilo grupal, y Facebook fue la herramienta número uno para coordinar reuniones para ese evento» (el evento del 6 de enero), dijo Matze a The Epoch Times en un correo electrónico.
Dijo que cree que todas las empresas que atacaron a Parler están actuando de mala fe y que su empresa está preparada para emprender acciones legales.
El control excesivo a los contenidos de los usuarios y ciertas opiniones políticas, de personas vinculadas a las de Big Tech, han generado preocupaciones por la transgresión a la libertad de expresión. Debido al impulso de la censura por parte de las grandes tecnológicas se discutió ampliamente, el año pasado, la limitación o eliminación de las protecciones de responsabilidad bajo la sección 230, de la Ley de Decencia en las Comunicaciones de 1996.
Trump y su administración habían pedido repetidamente al Congreso que limitara o enmendara la Sección 230. Pero grupos de defensa se han opuesto a tal medida.
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