La democracia ejemplar de los Estados Unidos de América vive sus días más oscuros, durante los últimos meses va de escándalo tras otro, con conspiraciones, investigaciones de altos funcionarios y una guerra sucia mediática que ya parece de un país tercermundista.
Las enormes y prestigiosas cadenas informativas han quedado reducidas a tristes panfletos sin ningún disimulo de imparcialidad de lado y lado, por los demócratas los peso pesado, el New York Times, Washington Post, CNN, ABC, NBC CBS, la revista Time, entre otros, y del lado de Trump, Fox News, diarios menores como Daily Caller y sus propias redes sociales.
Si retrocedemos un poco en el tiempo veremos cómo desde el inicio de la presidencia de Trump todo fue cuesta arriba para el actual presidente, los demócratas y sus medios le atacaron cuando decidió que retiraría tropas del Medio Oriente diciendo que estaba entregando el terreno, y un par de meses después también le criticaron y atacaron por haber asesinado a dos de los más grandes terroristas del islamismo, a Abu Bakr al-Baghdadi, líder del grupo yihadista ISIS, y al general iraní de las Fuerzas Quds Qasem Soleimani; de hecho, sobre el terrorista Abu Bakr, considerado el hombre más peligroso del planeta, el Washington Post le tituló en su obituario como “Un erudito religioso austero al timón del Estado Islámico” para tratar de desprestigiar la operación de Trump, hasta que una lluvia de insultos sobre el diario les obligó a cambiar el titular.
Incluso, ante la eventual catástrofe del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como nuevo coronavirus, se han podido leer artículos en este mismo diario, en el que acusan a Trump de ser el culpable de la destrucción de la economía, cuando cualquiera con dos dedos de frente sabe que la pandemia ha paralizado las actividades económicas en el mundo y que incluso Trump ha sido el que más ha luchado para que el país no se pare; omitiendo además de forma deliberada que antes de la pandemia Estados Unidos contó con la mejor tasa de empleo y economía de los últimos 50 años.
Opinion: Yes, Donald Trump is to blame for this depression https://t.co/gbF6gVSwP1
— The Washington Post (@washingtonpost) May 14, 2020
Por si esto fuera poco, los demócratas también emprendieron la campaña por el impeachment para destituir a Trump, que fue rechazado de plano por el Senado, y recientemente ha salido a la luz el escándalo del Obamagate, que sigue en proceso y podría convertirse en el más grande de la historia política norteamericana, pues se acusa al expresidente Barack Obama de haber pedido abiertamente a miembros del FBI espiar al entonces candidato a presidente, Donald Trump y sus más cercanos asesores, entre otra serie de acciones ilegales y lamentables para la primera democracia del mundo.
Ahora bien, es cierto, las maneras de Trump no son las más amigables, su actitud con la prensa no ayuda para nada a que la cuerda afloje y difícilmente se podrá llegar a un acuerdo para establecer si la actitud del presidente actual se debe al acoso de los grupos de poder norteamericanos o viceversa; seguramente de lado y lado cada cual tirará la culpa al otro costado, pero lo cierto es que Donald Trump es un presidente electo de manera democrática, que ha cumplido con la Constitución de los Estados Unidos, que en ningún momento ha usado su poder o la justicia para perseguir o encarcelar a sus opositores, y que más allá de sus excentricidades con la prensa, no se le puede acusar en lo absoluto de ser un mandatario antidemocrático, déspota o dictatorial, todo lo contrario a lo que se puede afirmar en la campaña que se ejecuta en la otra orilla, donde ha habido todo tipo de colusiones para tratar de sacar del poder a un presidente electo de manera legítima y democrática.
En esta reciente ola el último en subirse ha sido Twitter, con el fact checking a Trump en un tweet que, una vez más, da para muchas interpretaciones, le acusan de mentir y toman como referencia para sus acusaciones a CNN y al Washington Post, dos medios cuya agenda ya está completamente marcada; así la red social toma partido por el bando demócrata en la que es ya sin duda, la campaña mediática y política más sucia de la historia de Estados Unidos.
There is NO WAY (ZERO!) that Mail-In Ballots will be anything less than substantially fraudulent. Mail boxes will be robbed, ballots will be forged & even illegally printed out & fraudulently signed. The Governor of California is sending Ballots to millions of people, anyone…..
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) May 26, 2020
Si Donald Trump alega que las votaciones por correo pueden conducir a un fraude electoral, esto no puede calificarse como cierto o falso, es ante todo una opinión y un tema sujeto a interpretaciones subjetivas; Trump puede no tener la razón, pero del otro bando quizás tampoco la tengan, es un asunto sumamente peligroso que ahora Twitter, la red social informativa más grande y prestigiosa del mundo también tome partido en la política interna estadounidense, pues a fin de cuentas lo que se logra es destruir de a poco el sistema democrático de la nación más poderosa del planeta y defensora de los valores de Occidente.
La democracia estadounidense va en una espiral descendente, y Trump siendo una de las partes tiene su responsabilidad en esto, pero el juego de los demócratas ha sido por mucho más nocivo y pueril para las instituciones de un gran país, como lo es Estados Unidos. De continuar esta tendencia podremos tener dentro de muy poco al líder de Occidente sumergido en una guerra interna que permitirá el auge de las tiranías y dictaduras en el continente, y el esparcimiento de los grupos yihadistas en Europa y Asia, en definitiva, esta será una guerra en la que perderemos todos los que de una u otra forma creemos en la libertad y la democracia.
Este artículo fue publicado originalmente en PanAm Post.
Los puntos de vista expresados en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de La Gran Época.
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