Ucrania cerró su espacio aéreo para los vuelos civiles tras la invasión rusa del país, mientras los vuelos modifican sus rutas y las autoridades de aviación de todo el mundo adoptan diversas medidas de precaución.
La suspensión de los servicios de tráfico aéreo a los usuarios civiles entró en vigor el 24 de febrero a las 00:45 UTC, según una actualización proporcionada por la Empresa Estatal de Servicios de Tráfico Aéreo de Ucrania. La Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea (AESA) clasificó el espacio aéreo dentro de las 100 millas náuticas de la frontera ucraniana como de riesgo para la aviación, siendo Bielorrusia, Moldavia y Rusia parte de los países afectados.
«En particular, existe un riesgo tanto de ataque intencionado como de identificación errónea de aeronaves civiles. La presencia y el posible uso de una amplia gama de sistemas de guerra terrestres y aéreos suponen un ALTO riesgo para los vuelos civiles que operan a todas las altitudes y niveles de vuelo», dijo la agencia.
El aviso de la AESA se produjo después de que el Ministerio de Defensa ruso enviara un mensaje urgente en el que advertía de un «alto riesgo para la seguridad de los vuelos de las aeronaves civiles» debido al uso de armas y equipos militares y pedía al control del tráfico aéreo de Ucrania que cesara pronto todos los vuelos.
Varios vuelos ajustaron su rumbo en el momento en que se anunció el cierre del espacio aéreo ucraniano. Muchos vuelos de Polish Airlines con destino a Kiev desde Varsovia dieron marcha atrás, mientras que un vuelo de El Al que se dirigía a Toronto desde Tel Aviv dio un brusco giro en U para salir del espacio aéreo ucraniano.
Safe Airspace advirtió de un riesgo primario de «ataque involuntario de aviones civiles por parte de militares» en torno a las fronteras ucranianas. Los riesgos secundarios para las actividades de aviación incluyen la posible falta de disponibilidad del servicio de control del tráfico aéreo ucraniano debido a un ciberataque y «otro entorno operativo no normal imprevisible», advirtió la organización.
«Independientemente de los movimientos reales de las fuerzas rusas en Ucrania, el nivel de tensión e incertidumbre en Ucrania es ahora extremo. Esto en sí mismo da lugar a un riesgo significativo para la aviación civil. Por esta razón, y basándonos en las discusiones de los miembros de OPSGROUP, evaluamos a Ucrania como Nivel 1 – No volar», dijo Safe Airspace.
Antes de que Ucrania anunciara la prohibición de la aviación civil dentro de su espacio aéreo, varios países como Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Francia e Italia habían aconsejado a sus aerolíneas que evitaran volar a través de cierto espacio aéreo sobre Crimea y el este de Ucrania.
El martes, Air France canceló los vuelos hacia y desde la capital ucraniana de Kiev como «medida de precaución». Lufthansa anunció anteriormente la suspensión de los vuelos hacia y desde Odessa y Kiev hasta finales de este mes. La compañía holandesa KLM fue una de las primeras aerolíneas internacionales en anunciar la suspensión de sus vuelos a Ucrania a principios de febrero.
Las tensiones en Ucrania ya han provocado anteriormente una tragedia aérea. En 2014, un misil alcanzó un vuelo de Malaysian Airline que viajaba de Kuala Lumpur a Ámsterdam. El vuelo fue derribado sobre la región oriental de Ucrania, y la investigación reveló que el misil utilizado en el ataque pertenecía al ejército ruso. Las 298 personas a bordo del vuelo murieron.
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