Las sirenas antiaéreas siguieron sonando el 18 de octubre en toda Ucrania y en su capital, Kiev. También se registraron fuertes explosiones en varias ciudades del país, junto con importantes interrupciones de energía en la región de Mikolaiv.
Las autoridades de Kiev afirmaron que al menos dos instalaciones energéticas de la ciudad de Dnipró, en el centro de Ucrania, resultaron gravemente dañadas, presumiblemente por el fuego de la artillería rusa.
Esto sucede un día después de que las fuerzas rusas llevaran a cabo una oleada masiva de ataques con cohetes y aviones no tripulados en toda Ucrania, los que dejaron al menos cuatro muertos en la capital.
Además de Kiev, se registraron ataques con cohetes y/o drones en las regiones de Zaporiyia, Járkov, Dnipropetrovsk, Míkolaiv y Zhitomir.
Aunque Moscú dice que está utilizando armas de alta precisión para minimizar las víctimas civiles, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que la última ronda de ataques sirvió para poner de manifiesto la «brutalidad» del presidente ruso, Vladimir Putin.
La Casa Blanca «condena enérgicamente» los ataques rusos y que Estados Unidos seguiría respaldando a Ucrania «durante el tiempo que sea necesario», dijo Jean-Pierre el 17 de octubre en declaraciones a los periodistas.
«Nosotros seguiremos imponiendo costos a Rusia» y «les haremos rendir cuentas por sus crímenes de guerra», añadió la secretaria de prensa.
La semana pasada, Estados Unidos dio a conocer un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania por valor de USD 725 millones que, según funcionarios del Departamento de Defensa, incluirá rondas de artillería guiada de precisión y misiles antirradiación de alta velocidad.
El nuevo paquete de ayuda eleva el total de la asistencia militar estadounidense a Kiev a más de USD 17,500 millones desde el 24 de febrero, cuando Rusia inició su llamada «operación militar especial» en Ucrania.
La última ronda de ataques rusos se produce una semana después de un aluvión similar de ataques con drones y misiles contra toda Ucrania, dirigidos a lo que Moscú describió como «infraestructuras críticas».
La primera oleada de ataques, el 10 de octubre, se produjo tras el bombardeo, dos días antes, de un puente estratégico que unía la parte continental de Rusia con la península de Crimea, un ataque que Moscú atribuyó a operativos ucranianos.
El 18 de octubre, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo que se estima que el 30 % de las centrales eléctricas de Ucrania fueron destruidas desde el 10 de octubre, lo que provocó apagones en todo el país.
En su cuenta de Twitter, Zelenski calificó de «terrorismo» los continuos ataques de Rusia a las infraestructuras energéticas y añadió que «no queda espacio para las negociaciones» con Moscú.
Culpas hacia Irán
En la noche del 17 de octubre, el ejército ucraniano afirmó haber derribado con éxito 37 drones rusos en las 24 horas anteriores. Los funcionarios ucranianos también reclamaron que en los últimos ataques se emplearon drones de fabricación iraní, una valoración que parece compartir el Departamento de Estado de Estados Unidos.
A principios de esta semana, un portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos advirtió que si se descubría que Irán estaba suministrando drones de combate a Rusia, esto constituiría una violación de la Resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU.
La resolución fue adoptada en 2015 y proporcionó el marco para un acuerdo entre Irán y seis grandes potencias, incluida Estados Unidos, pretendiendo frenar las actividades de enriquecimiento de uranio de Irán. Aunque Estados Unidos se retiró del acuerdo en 2018, los diplomáticos occidentales dicen que la resolución incluye restricciones a la exportación de ciertas tecnologías militares por parte de Irán, incluidos los drones destinados al combate.
Teherán, por su parte, niega que esté suministrando a Rusia drones de combate y por su lado Moscú se ha abstenido de comentar el asunto.
Sin embargo, el mes pasado, Ucrania revocó las credenciales del embajador de Irán en Kiev en medio de acusaciones de que Teherán estaba suministrando a Rusia vehículos aéreos no tripulados avanzados del tipo Shahed.
A pesar de las últimas escaladas, Rusia y Ucrania llevaron a cabo el 17 de octubre un importante canje de prisioneros que supuso el intercambio de 218 detenidos, entre ellos 108 mujeres ucranianas capturadas por las fuerzas rusas desde el inicio del conflicto.
Aunque en el pasado ha habido un puñado de intercambios limitados de prisioneros, el último intercambio ha sido el mayor hasta la fecha.
Tras el intercambio, Zelenski hizo un llamado al ejército ucraniano para que intensifique sus esfuerzos por capturar a los prisioneros rusos, lo que, afirmó, ayudaría a garantizar la liberación de los soldados ucranianos que aún están en manos de Rusia.
«Doy las gracias a todos los que han participado en este logro», dijo Zelenski en un discurso televisado. «También agradezco a todos los que reponen nuestro fondo de intercambio y que aseguran la captura de enemigos».
Partes indivisibles de Rusia
La situación militar en Ucrania ha estado intensificándose desde el 30 de septiembre, cuando Moscú incorporó formalmente a la Federación Rusa cuatro regiones del país: Donetsk, Luhansk, Zaporiyia y Jersón
La medida se adoptó tras los referendos celebrados en las cuatro regiones, en los que, según fuentes rusas y prorrusas, la mayoría de los residentes votaron a favor de unirse a Rusia.
Kiev y sus aliados, por su parte, dicen que el paso equivale a una «anexión» unilateral de territorios ucranianos por parte de Rusia y se niega a reconocer los resultados de la encuesta.
Las fuerzas rusas y sus aliados locales controlan actualmente alrededor del 60 % de Donetsk y casi todo Luhansk, que en conjunto conforman la región de habla rusa del Donbas. También controlan aproximadamente el 70 % de la región sureña de Zaporiyia y casi toda la vecina Jersón.
El 18 de octubre, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, describió las cuatro regiones como «partes indivisibles de Rusia» y añadió que Moscú garantizaría su seguridad como lo haría con cualquier otra parte del territorio ruso.
Con información de Reuters
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