La Comisión Europea aprobó el 2 de mayo un plan del gobierno holandés que compensaría a los ganaderos en ciertas áreas si aceptan cerrar voluntariamente sus granjas como parte de los esfuerzos de los Países Bajos para reducir la contaminación por nitrógeno.
Bajo los nuevos «esquemas», denominados LBV y LBV plus, los agricultores deberán aceptar cerrar su capacidad de producción de manera definitiva e irreversible y no comenzar la misma actividad de cría en otros lugares de los Países Bajos, el segundo exportador agrícola más grande del mundo, o en cualquier otro lugar dentro de la Unión Europea.
Los «regímenes» estarán vigentes hasta febrero de 2028 y podrán acogerse a ellos los pequeños y medianos ganaderos de las «zonas Natura 2000 sobrecargadas» de los Países Bajos, siempre que su carga actual de deposición de nitrógeno supere cada año determinados niveles mínimos.
Además, sólo podrán acogerse a los regímenes los ganaderos que puedan demostrar que han estado produciendo de forma constante durante los cinco años anteriores al cierre voluntario de la producción.
Los dos planes holandeses tienen un presupuesto total de aproximadamente 1470 millones de euros (USD 1620 millones) y forman parte de los planes del gobierno para reducir la deposición de nitrógeno en las áreas de conservación de la naturaleza.
Según el plan LBV de 500 millones de euros (USD 551 millones), los granjeros serán compensados «hasta el 100 por ciento» de las pérdidas en las que incurran al cerrar sus criaderos de ganado lechero, cerdos y aves, en forma de subvenciones directas, según un comunicado de la Comisión Europea.
Compensación con “Bono Verde”
Esa compensación cubrirá la pérdida de capacidad de producción y derechos de producción, según el comunicado; sin embargo, la financiación depende de la zona en la que se encuentre la explotación.
Bajo el esquema LBV-plus de € 975 millones (USD 1770 millones), que estará abierto a «criaderos emisores de carga máxima que emiten un alto nivel de nitrógeno por año, fijado como un nivel mínimo», incluidos los ganaderos que crían ganado lechero, cerdos, aves de corral y terneros, «hasta el 100 por ciento» de las pérdidas sufridas por los ganaderos se compensarán mediante subvenciones directas.
Sin embargo, algunos agricultores también pueden recibir hasta un 120 por ciento en compensación debido a la pérdida de capacidad de producción bajo ese esquema, según los funcionarios.
La Comisión Europea señaló en su declaración que, si los cierres se realizan por razones ambientales, los estados miembros pueden otorgar a los agricultores un «bono verde» adicional del 20 por ciento además de la compensación por la pérdida del valor de los activos.
Las exportaciones agrícolas holandesas tuvieron un valor de 122,300 millones de euros el año pasado, según la oficina nacional de estadísticas.
“Necesario y apropiado”
Según la Comisión Europea, cerrar ciertas instalaciones que producen altos niveles de contaminación por nitrógeno es «necesario y apropiado» para «mejorar las condiciones ambientales de las áreas objetivo y permitir una producción de alta calidad, sostenible y respetuosa con el medio ambiente», así como ayudar a cumplir los objetivos políticos como los del Pacto Verde Europeo.
La comisión también encontró que la compensación a los agricultores es «proporcionada» porque está «limitada al mínimo necesario» y que la compensación «provoca efectos positivos que superan cualquier posible distorsión de la competencia y el comercio en la Unión Europea».
“Los esquemas holandeses de 1470 millones de euros que aprobamos hoy facilitarán el cierre voluntario de sitios de cría de ganado con deposición sustancial de nitrógeno en áreas de conservación de la naturaleza”, dijo Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva a cargo de la política de competencia en la Comisión Europea, en un comunicado.
“Los esquemas mejorarán las condiciones ambientales en esas áreas y promoverán una producción más sostenible y respetuosa con el medio ambiente en el sector ganadero, sin distorsionar indebidamente la competencia”, agregó Vestager.
El comunicado de prensa del martes no indicó qué sucederá con los agricultores que no estén de acuerdo en renunciar voluntariamente a sus tierras.
Granjeros bajo presión
Las protestas estallaron en los Países Bajos el año pasado cuando el gobierno anunció inicialmente el plan para reducir las emisiones de nitrógeno en todo el país, que incluye las emisiones de las granjas, en más del 50 por ciento para 2030. La administración del primer ministro Mark Rutte dejó en claro que «no hay un futuro para todos” los agricultores holandeses bajo los objetivos del gobierno.
Un granjero de productos lácteos en los Países Bajos entrevistado por The Epoch Times el año pasado explicó que tendría que reducir su número de cabezas de ganado en un 95 por ciento para cumplir con las nuevas regulaciones ambientales del gobierno.
Otro afirmó que el gobierno lo había obligado a deshacerse de 12 vacas como parte de sus esfuerzos para reducir el fosfato y dijo que le preocupaba que tendría que cerrar su granja si se veía obligado a deshacerse de más ganado.
Según la comentarista política holandesa Eva Vlaardingerbroek, el plan podría contemplar la compra de alrededor de 3000 agricultores holandeses por parte del gobierno.
“Así lo hacen: Les ponen un cuchillo en la garganta a los campesinos. Se aseguran de que no renueven sus licencias, los atormentan con nuevas reglas y restricciones todos los días y luego les ofrecen una novia [sic], sabiendo que muchos la aceptarán por pura desesperación. Todo es tan vil”, escribió Vlaardingerbroek en Twitter el martes.
Vlaardingerbroek también cuestionó la legalidad de prohibir que los agricultores que aceptan ceder sus tierras comiencen de nuevo en otras naciones de la UE.
“Se suponía que toda la idea de la UE era sobre la libertad de movimiento y la libertad de los trabajadores. Estas son algunas cosas de la URSS del siguiente nivel”, agregó Vlaardingerbroek.
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