El encarcelamiento masivo de uigures por parte de la China comunista está teniendo un grave impacto en las futuras generaciones del grupo étnico, según un reciente informe de la Universidad de Yale.
«La persecución sistemática de la población uigur de China no es un secreto, pero cada vez aprendemos más sobre su profundidad y alcance. Este informe muestra hasta qué punto se ha utilizado una política de encarcelamiento masivo no solo para silenciar a los opositores al régimen, sino también para amenazar la existencia misma de la identidad uigur», declaró David Simon, director del Programa de Estudios sobre Genocidio de la Universidad de Yale, que publicó el informe el 14 de agosto.
El informe fue titulado «Uyghur Race as the Enemy: China’s Legalized Authoritarian Oppression and Mass Imprisonment» (La raza uigur como enemiga: la opresión autoritaria legalizada y el encarcelamiento masivo en China) y fue redactado conjuntamente por el investigador principal, Rayhan Asat, abogado de derechos humanos de ascendencia uigur.
El Sr. Asat ha estado haciendo campaña por su hermano Ekpar Asat, que desapareció en 2016 y fue condenado a 15 años de prisión en 2020, acusado de «incitar al odio étnico y la discriminación étnica».
El Partido Comunista Chino (PCCh) encerró a más de un millón de uigures y otras minorías mayoritariamente musulmanas en campos de confinamiento en su región de Xinjiang, en el extremo occidental del país, con el pretexto de «combatir el extremismo».
Los detenidos en los campos son sometidos a trabajos forzados, tortura, adoctrinamiento político, aborto forzado y otros tratos inhumanos. Tanto el gobierno de Biden como el de Trump determinaron que las políticas represivas del régimen en Xinjiang son una forma de genocidio.
Si Beijing continúa con sus actuales políticas represivas en Xinjiang, el informe estima que los uigures podrían sufrir un total acumulado de 4.4 millones de años de encarcelamiento.
«Desplazar por la fuerza a cientos de miles de individuos uigures de las comunidades del pueblo uigur y arrebatarles más de 4.4 millones de años acumulados socavará gravemente la integridad de su pueblo para seguir sobreviviendo como grupo», se lee en el informe.
Para llegar a su estimación, los investigadores examinaron los datos disponibles en la Base de Datos de Víctimas de Xinjiiang, una iniciativa en línea sin ánimo de lucro dedicada a documentar la desaparición y el encarcelamiento de uigures. De los 31,114 casos en los que figuraba una pena de prisión conocida, los investigadores concluyeron que la condena media era de 8.8 años.
A continuación, los investigadores multiplicaron 8.8 años por unos 500,000 uigures que la Fiscalía Popular Superior de Xinjiang dijo haber procesado entre 2017 y 2021, y esto arrojó la estimación de 4.4 millones de años.
El informe subraya que la base de datos «no es exhaustiva» y que las «cifras reales son mucho más significativas».
«Casi el 90% de los registros de antecedentes penales en Xinjiang no son públicos, a pesar de que los registros legales en otras regiones chinas sí lo son, lo que significa que los registros de cientos de miles de uigures que se sabe que están encarcelados no estaban disponibles para el contexto de este análisis en particular», se lee en el documento.
Los investigadores afirmaron que los uigures se enfrentan a lo que denominan «incapacitación étnica», lo que significa que los uigures individuales pueden sobrevivir, pero la «comunidad se derrumbará, se dispersará y perderá toda sustancia sin una mayoría de sus miembros que la mantenga».
«Con cada día adicional de encarcelamiento uigur, la incapacitación étnica se convierte progresivamente en una realidad. Si se sigue impidiendo a la población uigur mantener sus comunidades, es solo cuestión de tiempo que se produzca la plena incapacitación étnica y el daño sea irreversible», escribieron los investigadores.
El documento ofrece algunas recomendaciones para detener la persecución del PCCh contra los uigures, entre ellas que los Estados miembros de las Naciones Unidas «activen todos los mecanismos de rendición de cuentas para obligar a China». Además, pide al Consejo de Derechos Humanos de la ONU y a la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos que «adopten una postura colectiva» contra la persecución.
«Esperamos que este informe no solo contribuya a la documentación en curso de crímenes contra la humanidad y genocidio, sino que sirva de llamada de atención a los países del sur global que durante casi una década han permanecido como espectadores ante la influencia económica de China», dijo Rayhan Asat a través de una declaración.
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