Comentario
Hace poco recibí una carta que me hizo preguntarme qué hacen los estadounidenses para pasar el tiempo durante la actual pandemia y nuestras estrictas normas de permanecer en casa. Era de un recluso de un instituto correccional federal de Pensilvania.
Escribí por primera vez sobre él hace tres años. En 2010, Mark B. fue condenado a 17 años y medio de prisión por ver y distribuir pornografía infantil. Mark parece estar totalmente arrepentido ahora. Admite abiertamente que como capitán de un barco «aburrido», se conectaba frecuentemente para ver pornografía adulta y era atraído a las secciones más oscuras de Internet.
«Solo tienes que hacer clic, clic, clic, y no te percatas de lo que es», explicó Mark cuando hablamos por teléfono en 2017. «Adulto, adolescente, niño… se consigue todo porque está todo mezclado». El FBI estaba vigilando cada uno de sus movimientos.
Mark admite haber visto y guardado miles de fotos y vídeos atroces en su portátil, pero insiste en que nunca distribuyó ninguno, ni ha tocado indecorosamente a un niño. «Era gratis. Podías, si estabas estresado, ir a otro mundo de auto-satisfacción». Confiesa abiertamente: «Me convertí en un perro de Pavlov. Creo que era más adicto que un adicto a la heroína».
Y es por eso que Mark me contactó de nuevo. Quiere advertir a los hombres «aburridos» que de repente se encuentran con demasiado tiempo libre durante esta pandemia de COVID-19. «Me preocupa que muchos puedan ser sometidos a un uso dañino de la computadora (y) se generen adicciones», escribió.
Apoye nuestro periodismo independiente donando un «café» para el equipo
Por supuesto, las mujeres también ven pornografía en línea. Estudios citados en Psychology Today hace un par de años reportaron que el 73% de las mujeres y el 98% de los hombres admitieron ver pornografía en internet. Pero, lo que es importante, los hombres admitieron una «mayor percepción de falta de control» y una «menor relación y satisfacción sexual» con sus parejas. En otras palabras, la pornografía no mejora las relaciones sexuales en la vida real.
Mark se preocupa más por los espectadores masculinos de pornografía. «Los hombres en particular verán grandes cantidades de pornografía legal en números récord, permitiendo que su (cerebro) se quede ciego», escribió. Quiere que sepan que el FBI podría estar viéndolos también.
Mark fue arrestado en Florida a la edad de 52 años. Su familia dice que hasta ese momento, vivía una vida «normal». No tenía antecedentes policiales. Estaba casado, tenía dos hijos pequeños y una cuenta bancaria decente. Pero como había guardado tantas imágenes de pornografía infantil en su computadora, su sentencia fue «aumentada» por cada transgresión. Irónicamente, una persona que realmente abusa de un niño puede obtener una sentencia menor.
Mark estará cerca de los 70 cuando su sentencia termine y volverá a la sociedad sin nada. Su matrimonio y los ahorros de su vida se desvanecieron, no se le ha permitido comunicarse con sus hijos, y siempre estará registrado como delincuente sexual. Su madre y sus hermanas todavía lo apoyan, al igual que su hermano, que publica los pensamientos de Mark en un blog llamado MyShipWreck.com con la esperanza de que sus hijos lean sobre su rehabilitación en prisión.
A través de su blog, Mark habla directamente con aquellos que, como él mismo dice, necesitan admitir «que el tiempo que pasan a puerta cerrada no es todo dedicado a jugar World of Warcraft». Habla de cómo varios libros y programas como Sexahólicos Anónimos y Siete Pilares de la Libertad, un programa de adicción al sexo basado en la fe, le ayudaron a entender que la adicción al sexo es más común de lo que la gente cree. Y puede ser superada.
Volviendo a la carta que acabo de recibir de Mark. «Quería escribirle con la esperanza de que pudiera dar alguna advertencia», escribió. «Para señalar que se pueden formar adicciones dañinas, causando pérdida de libertad y de familia. Los hombres necesitan ser muy precavidos durante estos días en casa y ‘trabajar’ en su ‘oficina’ demasiado». Adentrarse en las partes equivocadas de internet puede resultar en una larga sentencia en prisión.
Estos son tiempos estresantes. En muchos aspectos, hemos perdido la disciplina que guía nuestra vida diaria. Ya no nos levantamos temprano para ir a la escuela o al trabajo. No más reuniones obligatorias o fiestas a las que asistir. No más servicios religiosos o sábados por la noche en el bar local. Eso nos deja a la mayoría de nosotros en casa con la familia, los libros, la televisión y el internet.
Han sido advertidos.
Diane Dimond es una autora y periodista de investigación. Su último libro es «Pensando fuera de la caja del crimen y la justicia».
Apoye nuestro periodismo independiente donando un «café» para el equipo.
A continuación
Contratan a personas para leer propaganda en entrevistas de TV en China
Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.
