Con sus torretas de color verde azulado y su cálida fachada de piedra que irradia fantasía, el castillo de Bojnice, en Eslovaquia, lo dejará sin aliento.
El castillo es uno de los más visitados del mundo, y recibe cientos de miles de turistas cada año. Su impresionante estética de cuento de hadas lo ha convertido también en un popular lugar de rodaje de películas de fantasía.
Encaramado en una colina rocosa que domina la ciudad de Bojnice, a 167 millas al noreste de la capital del país, Bratislava, el castillo de Bojnice comenzó su vida como una estructura de madera. La familia Poznan lo convirtió en un castillo de piedra en el siglo XIII, según el sitio web del Museo Nacional Eslovaco, y pasó por varias familias aristocráticas en los siglos XIV y XV.
En 1527, el rey Fernando le regaló el castillo a Alexej Thurzo, cuya familia dio al edificio gótico una transformación renacentista. El último propietario aristocrático del castillo, el conde Jan Frantisek Palfi, decidió devolverle la propiedad una estética más romántica y neogótica con la ayuda del arquitecto Jozef Hubert.
La reconstrucción neogótica duró 22 años, de 1889 a 1910. Desde 1950, el castillo de Bojnice es patrimonio de la humanidad y forma parte del Museo Nacional Eslovaco.
Con visitas diurnas y nocturnas, el castillo cuenta con un «salón dorado» con un techo adornado con ángeles en pan de oro, una armería con espadas, mazas y armaduras, y un foso, espacio que ahora se utiliza para celebrar eventos y ceremonias de boda. En los alrededores del castillo hay un «parque natural» especialmente diseñado; el zoológico de Bojnice y el tilo del Rey Matías, de 700 años de antigüedad, uno de los árboles más viejos registrados en Eslovaquia.
El lugar también acoge el Festival Internacional de Fantasmas y Espíritus que se celebra anualmente, debido a una rica leyenda relacionada con los anteriores residentes del castillo.
Según la leyenda, un señor y líder militar y su esposa, conocida como la Dama Negra, eran felices y tenían éxito hasta que unos parientes celosos aseguraron que su esposa le había sido infiel. Enfurecido, decidió poner a prueba su moral: le ordenó saltar desde la torre más alta del castillo al foso con su hijo recién nacido. Si sobrevivía, era inocente.
Se dice que la Dama Negra saltó, y flotó, mientras los parientes rencorosos desaparecían en una bocanada de humo. Hoy en día, se dice que vaga por los pasillos y las escaleras del castillo vestida de negro, lamentando las tragedias del pasado.
El romance, la historia y la fantasía del castillo de Bojnice encarnan un sentimiento intemporal, que ha convertido al castillo en un destino turístico de primer orden, según las encuestas realizadas en todo el mundo.
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