El número de antidepresivos recetados cada año se ha triplicado con creces en las dos últimas décadas, y algunas estimaciones sugieren que más de 37 millones de estadounidenses toman antidepresivos en la actualidad.
El problema es que estos medicamentos no funcionan en hasta un tercio de las personas a las que se recetan, y tienen efectos secundarios que van desde el insomnio y los problemas digestivos hasta los dolores de cabeza y la disfunción sexual.
Una nueva rama de la psiquiatría ─la psiquiatría intervencionista─ está cambiando la forma de abordar y tratar la depresión sin el uso de medicamentos y puede dar esperanza a los millones de personas de todo el mundo que padecen esta debilitante enfermedad mental.
Una conferencia titulada Tratamientos holísticos de la depresión, impartida por la Dra. Heather Luing en la Holistic Lifestyle Expo en junio de este año, presentó una revisión de los tratamientos holísticos y basados en pruebas para la depresión que no dependen de los fármacos convencionales.
La Dra. Luing es licenciada en psiquiatría forense general y medicina de las adicciones y está especializada en tratamientos alternativos y vanguardistas de la depresión. También es cofundadora del Florida Center for TMS.
En su conferencia, la Dra. Luing habló de una amplia gama de opciones de tratamiento de la depresión y explicó que, en última instancia, el objetivo de estos nuevos tratamientos es aumentar la neuroplasticidad. Los tratamientos pretenden aumentar las conexiones de las neuronas y sus vías en el cerebro porque las personas con depresión tienen conexiones sinápticas debilitadas o menor densidad sináptica. Estas conexiones debilitadas provocan numerosos síntomas asociados a la depresión, como una regulación emocional deficiente, pensamientos negativos, anhedonia (incapacidad de experimentar placer por cosas que normalmente se disfrutan) y problemas de memoria y funcionamiento ejecutivo.
¿Qué es la psiquiatría intervencionista?
La psiquiatría intervencionista es una rama relativamente nueva de la psiquiatría que representa un cambio de mentalidad. En lugar de pensar en el cerebro en términos de sustancias químicas, la psiquiatría intervencionista piensa en el cerebro en términos de vías y circuitos eléctricos, lo que conduce a un enfoque diferente de los tratamientos.
La psiquiatría intervencionista utiliza neurotecnologías y otras intervenciones para tratar los problemas subyacentes del cerebro sin utilizar sustancias químicas. El objetivo de estas intervenciones es ayudar al cerebro a recuperar su funcionamiento normal y natural.
Procedimientos no invasivos
EMT─Estimulación magnética transcraneal
La EMT, o estimulación magnética transcraneal, es un tratamiento no invasivo (no rompe la piel ni penetra físicamente en el cuerpo) y no farmacológico que utiliza pulsos magnéticos para estimular partes del cerebro que están poco activas en la depresión. Cuando los pulsos magnéticos entran en el cerebro, se convierten en energía eléctrica que estimula regiones específicas del cerebro que se sabe que afectan al estado de ánimo y la depresión.
La EMT no es invasiva porque no implica cirugía ni cortes en la piel, sino que se trata de un dispositivo que se coloca sobre la cabeza o contra ella.
Cómo funciona
Se coloca una bobina electromagnética contra la cabeza que envía impulsos magnéticos que estimulan la actividad cerebral. A medida que estos pulsos magnéticos penetran en el cerebro, producen pequeñas corrientes eléctricas que activan las células cerebrales, provocando su recableado, un proceso conocido como neuroplasticidad. También se cree que la EMT libera neurotransmisores como la dopamina, la serotonina y la norepinefrina, aunque el mecanismo exacto de acción aún no está claro.
Según la Dra. Luing, las personas están despiertas durante los tratamientos de EMT, los efectos secundarios son mínimos y no hay tiempo de inactividad, por lo que pueden funcionar con normalidad durante y después de los tratamientos. Además, la transmisión de los impulsos magnéticos es indolora.
La EMT no es nueva y está aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) desde 2008 para la depresión resistente al tratamiento (TRD). También se ha utilizado para el trastorno obsesivo─compulsivo, dejar de fumar y otras afecciones.
Los tratamientos de EMT se realizan cinco días a la semana durante 6─8 semanas y suelen durar menos de 20 minutos. Los tratamientos están cubiertos por la mayoría de las compañías de seguros médicos, Medicare y la Asociación de Veteranos, por lo que la EMT puede ser una buena opción para quienes no hayan tenido éxito con otros tratamientos de la depresión.
La EMT suele utilizarse en personas que no han tenido éxito con los medicamentos u otros tratamientos para su depresión. Sin embargo, dado que no es necesaria una derivación, cualquier persona interesada puede solicitar un tratamiento de EMT.
Riesgos
Según la Clínica Mayo, la EMT se considera segura y bien tolerada; sin embargo, puede haber algunos efectos secundarios de leves a moderados que disminuyen con el tiempo. Estos efectos secundarios pueden incluir molestias y dolor en el cuero cabelludo, dolores de cabeza, hormigueo, espasmos o contracciones de los músculos faciales y sensación de mareo.
Los efectos secundarios menos comunes, como las convulsiones, se producen en menos del 1 por ciento de las personas tratadas con EMT, según un estudio publicado en 2020.
Según un estudio publicado por el MIT, la EMT también ha tenido efectos beneficiosos para diversas afecciones, como el trastorno de estrés postraumático, la esquizofrenia y la adicción.
TEC─Terapia electroconvulsiva
Según la Dra. Luing, la TEC, o terapia electroconvulsiva, siempre ha sido la regla de oro en cuanto a tratamientos intervencionistas. Aunque la TEC pueda evocar imágenes como las de la película de 1975 «One Flew Over the Cuckoo’s Nest»,(El nido del pajaro) la Dra. Luing afirma que la TEC ha recorrido un largo camino desde su desarrollo en la década de 1930 y que se han producido grandes avances en su uso en la práctica clínica actual.
Explica que la TEC se utiliza ahora con anestesia general y relajantes musculares. El procedimiento es muy breve y la anestesia solo dura unos cinco minutos.
A diferencia de lo que se ve en las películas, la Dra. Luing afirma que no es un procedimiento violento ─los pacientes están básicamente dormidos─ y la mayor parte del tiempo no se mueven.
Cómo funciona
En el tratamiento con TEC, tras someter al paciente a anestesia general, se hace pasar por el cerebro una pequeña cantidad de corriente eléctrica que provoca una convulsión que afecta a todo el cerebro, incluidas las regiones que controlan el estado de ánimo, el apetito y el sueño.
Los médicos creen que la convulsión hace que el cerebro se «reconecte», lo que conduce a una mejora de los síntomas de la depresión.
Aunque no se conoce con exactitud cómo funciona la TEC, la Asociación Americana de Psiquiatría afirma que produce una mejora sustancial en aproximadamente el 80 por ciento de los pacientes.
Riesgos
Uno de los riesgos asociados a la terapia electroconvulsiva es la amnesia retrógrada, es decir, la pérdida de memoria de los acontecimientos previos al tratamiento y del propio tratamiento. La TEC también puede causar dificultades para aprender cosas nuevas. Ambos riesgos suelen ser temporales y se resuelven en un par de meses, según la Asociación Americana de Psiquiatría. Sin embargo, hay algunos pacientes que experimentan pérdida de memoria permanente y otros efectos secundarios cognitivos debido al tratamiento con TEC.
Procedimientos invasivos
Estimulación cerebral profunda (ECP)
La estimulación cerebral profunda, en su forma actual, existe desde la década de 1980 y consiste en una intervención quirúrgica para colocar electrodos de forma permanente en regiones específicas del cerebro. Utiliza un dispositivo implantado bajo la piel del tórax para administrar estimulación eléctrica continua a partes del cerebro con el fin de ayudar a regular el estado de ánimo y aliviar los síntomas graves de la depresión.
La estimulación cerebral profunda funciona como un marcapasos, solo que se utiliza en el cerebro y no en el corazón. El dispositivo se conecta a los electrodos del cerebro mediante cables que se colocan bajo la piel. La persona regula la cantidad y la intensidad de la estimulación mediante un mando a distancia externo. La estimulación cerebral suele ser continua, las 24 horas del día.
La ECP se ha utilizado tradicionalmente en personas con trastornos del movimiento como la enfermedad de Parkinson, el temblor esencial y la distonía (un trastorno del movimiento relativamente infrecuente), aunque también se emplea para tratar otras afecciones neurológicas.
La estimulación cerebral profunda suele reservarse para pacientes con depresión grave o resistente al tratamiento (TRD) que no han tenido éxito con otros tratamientos como antidepresivos, terapia, TEC u otros tratamientos menos invasivos. La estimulación cerebral profunda puede estar indicada para quienes corren riesgo de suicidio o tienen ideación suicida.
Aunque la FDA aún no ha aprobado la estimulación cerebral profunda para la depresión, en julio de 2022 recibió el estatus de avance, que se utilizará para explorar el uso de la estimulación cerebral profunda en el tratamiento de la depresión grave. La FDA concede este estatus para acelerar la revisión de tecnologías que pueden mejorar la vida de personas con enfermedades potencialmente mortales o debilitantes.
Cómo funciona
El mecanismo de acción propuesto de la ECP es que corrige las disfunciones de la conectividad asociadas con el deterioro clínico, incluidas las de los pacientes con depresión. La ECP no solo modula la actividad cerebral de la zona estimulada, sino de regiones distantes a través de circuitos conectados, según una revisión narrativa publicada en 2022.
Riesgos
La estimulación cerebral profunda conlleva riesgos, entre los que se incluyen los asociados a la cirugía y la anestesia.
Según la Asociación Americana de Cirujanos Neurológicos, los riesgos de la estimulación cerebral profunda pueden incluir:
─Uno por ciento de riesgo de hemorragia cerebral, incluido el ictus.
─Infección.
─Mal funcionamiento del dispositivo.
─Falta de beneficio para determinados síntomas.
─Dolor de cabeza.
─Empeoramiento del estado mental o emocional.
Estimulación del nervio vago (ENV)
El concepto de estimular el nervio vago para modificar la actividad cerebral no es nuevo y lleva estudiándose más de un siglo. No fue hasta la década de 1980 cuando se dispuso de métodos para estimular eficazmente el nervio vago en animales y seres humanos, según un artículo publicado en Nature.
La Dra. Luing explica que, a pesar de haber obtenido la aprobación de la FDA en 2005, la estimulación del nervio vago no se añadió a la lista de servicios cubiertos por Medicare. Dado que la mayoría de las compañías de seguros siguen a Medicare, a pesar de estar aprobada por la FDA, la estimulación del nervio vago no ha estado fácilmente disponible para los pacientes. Dice que es probable que esto cambie pronto, ya que se está llevando a cabo un gran estudio a escala nacional, denominado Recover Trial, que estudia el uso de la ENV para la depresión y cuyos resultados se compartirán con Medicare.
La Asociación Americana de Cirujanos Neurológicos explica la estimulación del nervio vago de esta manera:
«El nervio vago es uno de los 12 pares de nervios craneales que se originan en el cerebro y forma parte del sistema nervioso autónomo, que controla las funciones involuntarias del cuerpo. El nervio pasa por el cuello en su recorrido entre el tórax y el abdomen y la parte inferior del cerebro. Está conectado a las funciones motoras de la laringe, el diafragma, el estómago y el corazón, y a las funciones sensoriales de los oídos y la lengua. Está conectado a las funciones motoras y sensoriales de los senos paranasales y el esófago».
«La estimulación del nervio vago (ENV) envía pulsos regulares y leves de energía eléctrica al cerebro a través del nervio vago, mediante un dispositivo similar a un marcapasos. En esta intervención no hay afectación física del cerebro y, por lo general, los pacientes no sienten los impulsos. Es importante tener en cuenta que la ENV es una opción de tratamiento limitada a determinadas personas con epilepsia o depresión resistente al tratamiento.»
Cómo funciona
La ENV utiliza un pequeño dispositivo llamado estimulador del nervio vago. El dispositivo tiene el tamaño aproximado de una moneda de 25 centavos y se coloca bajo la piel (por lo que se considera una terapia «invasiva»), justo debajo de la clavícula. El dispositivo se conecta a unos cables que se enhebran a lo largo del nervio vago en el cuello. El dispositivo envía impulsos suaves y continuos al nervio vago del cuello, que conducen al cerebro, concretamente a las zonas afectadas por la depresión.
El mecanismo de acción propuesto del ENV incluye la alteración de la liberación de epinefrina por las proyecciones del tracto solitario al locus coeruleus en la médula oblonga, y la elevación de los niveles de ácido gamma─aminobutírico en el tronco cerebral, según un artículo publicado en Neurostimulation: Principles and Practice (Neuroestimulación: Principios y práctica).
Riesgos
Según la Asociación Americana de Cirujanos Neurológicos, los riesgos asociados a la estimulación del nervio vago son :
─Ronquera.
─Aumento de la tos.
─Cambios en la voz/el habla.
─Dolor general.
─Dolor de garganta o cuello.
─Espasmos de garganta o laringe.
─Dolor de cabeza.
─Insomnio.
─Indigestión.
─Movimientos musculares o espasmos relacionados con la estimulación.
─Náuseas o vómitos.
─Deterioro del sentido del tacto.
─Cosquilleo u hormigueo en la piel.
De todos ellos, la ronquera, la tos, el cosquilleo en la garganta y la dificultad para respirar son los más comunes y suelen ser temporales.
Los tratamientos holísticos apoyan el tratamiento de la depresión
En su conferencia, la Dra. Luing dijo que cree que el primer paso no solo para tratar la depresión, sino para prevenirla, es volver a un enfoque holístico.
Dice que habla con sus pacientes sobre la dieta, el ejercicio, la atención plena, la meditación y el sueño.
Comer una dieta inflamatoria, dice, se ha relacionado con los síntomas depresivos, por lo que evitar los alimentos inflamatorios es algo que la gente puede hacer para ayudarse a sí mismos.
«Los ácidos grasos omega pueden ser muy útiles para la salud cerebral, así como micronutrientes y vitaminas, como la vitamina C, E y el selenio, que ayudan a combatir el estrés oxidativo. Nutrientes como el folato también están relacionados con el desarrollo de neurotransmisores necesarios para el cerebro», afirma.
Un estilo de vida sedentario es un factor de riesgo para la depresión, y el ejercicio aeróbico puede mejorar significativamente los síntomas depresivos. La intensidad del ejercicio es menos importante que la frecuencia, por lo que mantener el cuerpo en movimiento y mantenerse activo es bueno para el cerebro y puede ayudar a aliviar los síntomas de la depresión.
La Dra. Luing dice que considera la atención plena y la meditación como ejercicios que el cerebro necesita para gozar de buena salud, y afirma que es cierto que la actividad mental concentrada puede tener efectos físicos en el cerebro.
Por último, el sueño es muy importante para la salud cerebral. Explica que ahora se sabe que hay un efecto bidireccional entre el sueño y la depresión, lo que significa que si se empieza a tener insomnio grave, puede ser un factor de riesgo para la depresión, incluso si nunca se ha estado deprimido antes.
La Dra. Luing dice que CBT─I es una aplicación gratuita que se puede descargar en el teléfono para ayudar a conciliar el sueño. Es un tipo de terapia cognitivo─conductual que es igual o más eficaz que los medicamentos sin efectos secundarios, por lo que es una excelente opción para aquellos que luchan por dormir bien.
Reflexiones finales
En cuanto a qué otros factores son importantes para la recuperación si usted está luchando con la depresión, la Dra. Luing dice:
«Creo que la esperanza es esencial para la recuperación. Siempre les digo a los pacientes que la esperanza siempre está ahí, incluso cuando sientes que lo has intentado todo. Hay cosas nuevas en el horizonte, y siempre hay esperanza de un futuro mejor».
Nota: Si usted o alguien que conoce sufre depresión, hay varias líneas de ayuda gratuitas y confidenciales, disponibles las 24 horas del día, a las que puede llamar o enviar un mensaje de texto para pedir apoyo. Si está sufriendo, busque ayuda. No está solo.
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