Una cena relajante con una o dos copas de vino tinto parece ideal, hasta que un dolor de cabeza que dura horas arruina por completo la experiencia. Este temido «dolor de cabeza del vino tinto» aparece rápidamente, solo 30 minutos después de los primeros sorbos, y afecta incluso a los bebedores moderados.
A diferencia de la típica resaca matutina, las causas de este conocido fenómeno del vino han eludido a científicos y aficionados por igual, hasta ahora.
Un nuevo estudio revela un antioxidante culpable oculto a plena vista: la quercetina. Los investigadores creen ahora que cuando este abundante pigmento vegetal se mezcla con el alcohol, desencadena una reacción en cadena que acaba provocando dolor a los propensos a la sensibilidad.
Culpables improbables de los dolores de cabeza causados por el vino
Existen varias teorías sobre por qué algunas personas sufren dolores de cabeza al beber vino. Una es que las alergias provocan un dolor punzante que arruina el disfrute de un buen merlot.
Investigaciones anteriores han descubierto que ciertas personas son sensibles a las histaminas presentes en bebidas fermentadas como el vino. Sin embargo, también hay pruebas de que la histamina por sí sola no predice la tolerancia a los alimentos. Del mismo modo, aunque se sospechaba la presencia de sulfitos en el vino, según la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA, por sus siglas en inglés), sólo 1 de cada 100 personas es sensible a ellos, un número demasiado pequeño para explicar los frecuentes dolores de cabeza provocados por el vino.
Más recientemente, los científicos han considerado culpables a los polifenoles del vino tinto, como los taninos y los antioxidantes. Sin embargo, otros alimentos que contienen estos compuestos, como el chocolate, las cebollas y las bayas, no se asocian a dolores de cabeza.
El último estudio, publicado en Scientific Reports, sugiere ahora que, más que cualquier ingrediente por sí solo, es la interacción entre un flavonoide específico —la quercetina, un potente antioxidante con efectos antiinflamatorios y otros beneficios para la salud— y el alcohol lo que desencadena el dolor en algunos consumidores de vino.
La quercetina es problemática cuando se mezcla con alcohol
La quercetina se encuentra de forma natural en muchas frutas y verduras. Vendida como suplemento, también puede provocar vómitos en dosis superiores a 945 miligramos. Cuando la quercetina se metaboliza con alcohol, puede resultar problemática, según el nuevo estudio.
En un laboratorio, los investigadores analizaron 13 compuestos, incluyendo varias formas de quercetina, para ver cuánto inhibían la enzima ALDH2 implicada en el procesamiento del alcohol. Descubrieron que el glucurónido de quercetina, un subproducto de la quercetina, bloqueaba la actividad de la ALDH2 de forma más significativa.
En esta forma, la quercetina bloquea el metabolismo del alcohol, afirmó en un comunicado de prensa Andrew Waterhouse, profesor emérito del Departamento de Viticultura y Enología de la Universidad de California-Davis y autor del estudio. La alteración del metabolismo del alcohol puede aumentar los niveles de la sustancia química tóxica acetaldehído. Esta acumulación puede desencadenar síntomas como rubor facial, náuseas y dolores de cabeza.
Sin embargo, la quercetina plantea riesgos incluso sin alcohol. Las personas sensibles a la quercetina pueden experimentar hormigueo o dolores de cabeza, dijo Emily Feivor, nutricionista dietista registrada en Northwell Long Island Jewish Forest Hills en Nueva York, a The Epoch Times.
El antioxidante también supone un riesgo para quienes toman ciertos medicamentos. Debido a la capacidad de la quercetina para inhibir una enzima importante en algunos medicamentos, como el celecoxib, la fenitoína sódica, la warfarina, la amitriptilina, la paroxetina, el omeprazol o la sertralina, puede aumentar o disminuir los niveles sanguíneos de estos medicamentos, afectando potencialmente a la eficacia y la seguridad, añadió.
«Por ejemplo, la quercetina puede potenciar el efecto de los anticoagulantes, aumentando así el riesgo de hemorragia», señaló Feivor. «Las personas con insuficiencia renal o enfermedad renal deben tener cuidado, ya que la quercetina puede tener un efecto negativo, y se recomienda no exceder [una dosis] superior a 1 gramo al día».
Aunque perspicaz, este estudio por sí solo no puede explicar todos los dolores de cabeza provocados por el vino tinto. Es probable que el contenido de alcohol, la deshidratación y las sensibilidades personales también contribuyan.
Acumulación de acetaldehído y riesgo de cáncer
Aunque beber vino tinto se ha asociado anteriormente con un menor riesgo de cáncer, los daños del alcohol probablemente superan a los beneficios, según el Instituto Nacional del Cáncer.
El acetaldehído, que se acumula a medida que el organismo metaboliza el alcohol, es un mutágeno que altera la síntesis del ADN y los mecanismos de reparación en múltiples lugares, lo que puede provocar el crecimiento de tumores.
El consumo de alcohol se ha relacionado con un mayor riesgo de padecer los siguientes cánceres:
-Boca y garganta
-Laringe
-Esófago
-Colon y recto
-Hígado
-Mama
Las amenazas del consumo excesivo de alcohol van más allá de los meros dolores de cabeza. Siempre es aconsejable beber con responsabilidad: Hidrátese entre copa y copa y pare cuando su cuerpo diga basta.
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