Un grupo bipartidista y bicameral de legisladores se niega a recibir la nueva vacuna contra COVID-19.
El grupo heterogéneo incluye a la representante Ilhan Omar (D-Minn.) y al senador Rand Paul (R-Ky.).
La principal razón de sus posturas es el deseo de que se vacunen las personas con mayor riesgo, aunque algunos miembros del Congreso están preocupados por los efectos secundarios de la vacuna.
“No somos más importantes que los trabajadores de primera línea, los maestros, etc., que se sacrifican todos los días. Por eso no la aceptaré. Las personas que más la necesitan deberían recibirla. Punto final”, dijo Omar en un comunicado reciente.
«Es inapropiado para mí, que ya he contraído el virus o tengo inmunidad, ponerme delante de los ancianos o de los trabajadores de la salud», añadió Paul en un tweet publicado el lunes.
La mayoría de los miembros del Congreso fueron vacunados el fin de semana, incluida la presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.) y el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell (R-Ky.).
McConnell le dijo a Fox News que, después de ser aprobado, un grupo de salud pública que no está vinculado al congreso, estará aplicando las vacunas a los congresistas «debido a las preocupaciones del gobierno».
McConnell dijo que cree que es importante que los líderes del país reciban la vacuna para «ayudar a tranquilizar al público estadounidense», y señaló que las encuestas muestran un escepticismo generalizado sobre su seguridad y eficacia.
El vicepresidente Mike Pence, el director de salud pública, Jerome Adams, y el candidato presidencial demócrata Joe Biden se encuentran entre los líderes que han recibido la vacuna desde su aprobación de emergencia, el 11 de diciembre.
La representante Alexandria Ocasio-Cortez (DN.Y.) dijo, a sus seguidores en Instagram, que la vacuna se puso a disposición de los miembros del Congreso como parte de un plan de «continuidad de la gobernanza», lo cual es, según ella: «básicamente una medida de seguridad nacional».
El médico del Congreso, Dr. Brian Monahan, dijo en una carta a los miembros del recinto legislativo que el Congreso recibiría algunas vacunas “para cumplir con los requisitos, instaurados desde hace bastante tiempo, para permitir la continuidad de operaciones gubernamentales”, según lo que le informó el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca
Dijo que la «pequeña cantidad de dosis de la vacuna COVID-19 refleja una fracción del primer tramo de vacunas que se distribuye en todo el país».
La mayoría de las dosis iniciales de la vacuna se distribuirán a los trabajadores de atención médica de primera línea y a los residentes de centros de atención a largo plazo, como los hogares de ancianos, según una recomendación de un panel de asesoría federal.
Los dos grupos con mayor riesgo de sufrir COVID-19 severo son los ancianos y aquellos con sistemas inmunológicos comprometidos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
La abrumadora mayoría de las muertes por COVID-19 ocurren entre los ancianos. Los jóvenes sanos y las personas de mediana edad rara vez mueren a causa de la nueva enfermedad, causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
Ese es el ángulo que adoptó el representante Ken Buck (R-Colo.) al explicar por qué no recibiría la vacuna.
“Soy una persona sana. Y creo que la mayoría de los estadounidenses están sanos. Creo que lo que deberíamos hacer es centrarnos en las poblaciones en riesgo de Estados Unidos, asegurarnos de que esas son las personas que recibirán esta vacuna primero, asegurarnos de que los trabajadores de la salud, que quieren la vacuna, se vacunen lo antes posible, pero no voy a ponerme una vacuna”, dijo en Fox la semana pasada.
La representante Tulsi Gabbard (D-Hawaii) dijo que inicialmente estaba feliz de vacunarse, pero luego el panel federal recomendó que 100 millones de los llamados trabajadores esenciales se vacunen antes que los ancianos.
«Esto es inmoral y una mala política de salud», dijo en Twitter. «Había planeado vacunarme, pero ahora me solidarizaré con nuestros ancianos no haciéndolo hasta que ELLOS puedan». Insto a mis colegas menores de 65 años y sanos a que se unan a mí».
Algunos legisladores reconocieron que no se vacunarían primero si no estuvieran en el Congreso.
«Soy consciente de que millones de estadounidenses todavía están esperando las vacunas que recibirán después de mí, muchos de los cuales son trabajadores de atención médica esencial en esta pandemia», dijo el representante Don Beyer (D-Va.) en un comunicado. “No creo que yo sea más importante que ellos, pero como líderes nacionales es importante predicar con el ejemplo”.
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