Opinión
Un número cada vez mayor de ciudadanos está descontento con la forma en que el presidente Joe Biden está manejando la crisis fronteriza, y por una buena razón. La frontera sur parece ser muy porosa.
Según una reciente encuesta de Gallup, el 56 % de los encuestados desaprueba la forma en que Biden está gestionando su trabajo como presidente. El informe de Gallup señalaba que «el bajo índice de aprobación del trabajo de Biden se erige como una importante amenaza para las posibilidades del Partido Demócrata de mantener sus escasas mayorías en la Cámara de Representantes y el Senado de Estados Unidos».
Esto se debe a que los «partidos de presidentes impopulares» tienden a perder escaños en las elecciones intermedias, «y la cantidad de escaños perdidos suele ser mucho mayor para los presidentes con índices de aprobación de trabajo inferiores al 50 %».
Según otra encuesta realizada por académicos de la Universidad de Quinnipiac, el índice de aprobación de Biden ahora es del 33 %. Respecto a su desempeño como presidente, los estadounidenses están descontentos por varias razones. Por ejemplo, la inflación es un verdadero motivo de preocupación, y el 81 por ciento de los adultos estadounidenses están preocupados de que una recesión esté a la vuelta de la esquina.
En este momento, la administración actual no está controlando la frontera entre Estados Unidos y México.
Citando a Tom Tancredo, político y escritor estadounidense, «para ser llamada una nación soberana, una nación tiene que ser capaz de controlar sus propias fronteras».
Aunque tiene casi 2000 millas de longitud, la frontera solo tiene 700 millas de vallado.
Según una encuesta reciente realizada por el Centro de Estudios Políticos Estadounidenses (CAPS, por sus siglas en inglés) de Harvard, el votante registrado promedio cree que Biden está manejando mal la inmigración; solo el 32 por ciento de los encuestados declaró apoyar su enfoque de la inmigración. Al presidente le fue un poco mejor en economía, delincuencia y asuntos exteriores, con una aprobación del 33 por ciento.
¿Por qué la gente está tan descontenta con las políticas de inmigración de Biden?
Es bastante simple. Porque las políticas, hasta la fecha, han sido muy ineficaces. Tan solo el año pasado, 1.7 millones de inmigrantes ilegales no autorizados cruzaron la frontera. Se espera que este año sea igual de malo.
Un artículo editorial reciente del New York Post también destacaba cómo la crisis fronteriza contribuye al progresivo problema de las drogas en el país. Como señalaron los autores, «este veneno fluye hacia el país a través de nuestra porosa frontera sur debido a los esfuerzos de tráfico de los cárteles mexicanos que utilizan materias primas chinas para sintetizar la droga».
Los acontecimientos en la frontera incluso han provocado que The Washington Post—el mismo periódico que pidió a los estadounidenses que no fueran duros con el presidente hace solo unos meses—criticara a Biden. Tan solo en abril, el periódico publicó dos artículos implacables (vea aquí y aquí) criticando el enfoque del presidente sobre la inmigración. Cuando los periódicos conocidos por publicar artículos a favor de Biden comienzan a publicar críticas muy fuertes del presidente, es seguro decir que las cosas son realmente desoladoras.
¡Vamos, hombre!
Las cosas, como dicen, solo pueden mejorar. Sin embargo, con la crisis fronteriza, podrían empeorar mucho más. Mientras escribo este artículo, la administración Biden está considerando activamente la posibilidad de revertir el Título 42, que actualmente permite que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza rechace a los inmigrantes en la frontera, impidiéndoles solicitar asilo. El enfoque estricto fue introducido por Donald Trump durante su mandato.
Biden planea poner fin al Título 42 el 23 de mayo. ¿Pero por qué?
El 24 de abril, el representante Henry Cuellar (D-Texas) acusó a la administración actual de prestar demasiada atención a los «activistas de la inmigración» y no prestar suficiente atención a las demandas de los estadounidenses comunes. Cuellar ha criticado repetidamente a la actual administración; ha sido particularmente crítico con la gestión de los eventos en la frontera por parte de la administración.
En un intento por evitar la revocación del Título 42, como informó recientemente The Texas Tribune, Ken Paxton, el fiscal general del estado de la Estrella Solitaria, ha emprendido acciones legales contra la administración Biden.
Según la demanda, «las desastrosas políticas de frontera abierta de la Administración Biden y su confusa y azarosa respuesta al COVID-19 se han combinado para crear una crisis humanitaria y de seguridad pública en nuestra frontera sur».
Millones de estadounidenses parecen estar de acuerdo. Según Morning Consult, el 56 por ciento de los votantes registrados se oponen a la decisión de levantar el Título 42. Si se revierte, al menos 125,000 refugiados serán admitidos en el país, informó la empresa de datos globales.
Esto nos deja con una sola pregunta: ¿se levantará realmente el Título 42?
Parece que lo hará. Sin embargo, la demanda de Paxton podría ser un momento decisivo en la situación. Un cambio de juego, por así decirlo. Ya sea que Paxton tenga éxito o no, tendremos una respuesta definitiva en menos de un mes.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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