Nicaragua, Cuba y Venezuela ocupan los tres últimos puestos del Índice Chapultepec que elabora la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) para abordar la situación de la libertad de prensa en 22 países del continente americano.
Desde ese organismo, encargado de velar por la integridad de los periodistas y la libertad de expresión, han denunciado en numerosas ocasiones un aumento de los casos de represión en los últimos meses, no sólo contra profesionales de la prensa, sino también contra voces críticas al régimen con el objetivo de silenciar sus voces.
Precisamente el impacto de las medidas represoras en esos tres países latinoamericanos se ha convertido en el hilo conductor de la exposición artística ‘Voces Silenciadas’, impulsada por Freedom House, que acoge estos días la ciudad de Nueva York, sede también de la 78 Asamblea General de las Naciones Unidas.
“Es muy importante participar en este tipo de eventos ya que visibilizamos las situaciones graves que ocurren en nuestro país”, explicó la activista nicaragüense Lisset D’Abreu, miembro de la Asociación Madre de Abril, que participó en el panel junto a la presentación de la muestra.
En su opinión, este tipo de foros, que se organizan de forma paralela a la Asamblea de la ONU, son un altavoz público que permite denunciar los ataques que sufren opositores y críticos a los regímenes de esas tres naciones latinoamericanas.
“Nos da la oportunidad de poder alzar nuestras voces y alzar las voces de los que aún están dentro del país, sin poder hablar”, argumentó D’Abreu en declaraciones a la Voz de América.
En ese sentido, Yaritzha Rostrán Mairena, que forma parte de la Unión de Presas y Presos Políticos Nicaragüenses, también defendió ese tipo de eventos que se celebran aprovechando la atención que genera este encuentro de representantes políticos de primer nivel en la sede de la ONU en Nueva York.
“Los espacios en donde las víctimas puedan hablar directamente de su realidad son muy pocos”, lamentó convencida de que este tipo de propuestas son “valiosas” para dar a conocer lo que pasa en un país.
La muestra ‘Voces Silenciadas’ combina varias disciplinas artísticas con la voz de exiliadas y activistas procedentes de tres países mencionados. A través de una perspectiva femenina, los testimonios relatan los retos de un exilio que “pesa”, aunque reconocen que les ha servido para mostrar “una realidad que los gobiernos autoritarios de sus países quieren esconder”.
Con todo, las activistas que participaron en el evento del lunes hicieron un llamado a la comunidad internacional para evitar que los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua actúen con “impunidad”.
“El autoritarismo es algo que se propaga, ya lo vemos en el caso de Honduras, están aprendiendo como evitar las represalias, por eso pedimos: no más impunidad”, agregó Rostrán Mairena.
El espacio de la Blue Gallery, muy cerca de la sede la ONU en la Gran Manzana, ofrece una “experiencia de inmersión” donde “convergen las expresiones creativas de artistas y defensores de los derechos humanos de Cuba, Nicaragua y Venezuela”, con obras de destacados artistas como Luis Manuel Otero Alcántara (Cuba), Rosalía Miller (Nicaragua) y Víctor Navarro (Venezuela), entre otros.
«Es una manera de poner rostro, humanizar el sufrimiento de cientos, miles de personas, en experiencias que van más allá de cifras frías», explicó a la VOA la directora regional para América Latina de Freedom Press, Alessandra Pinna.
Una de las obras más destacadas es la del artista cubano Otero Alcántara, que es uno de los más de 680 presos que continúan en la cárcel tras las históricas protestas del 11 de julio de 2021.
La obra está creada con hojas de calendario que representan los días que ha permanecido en prisión -desde el 11 de Julio de 2021 hasta la fecha- y pone especial énfasis en fechas señaladas como su cumpleaños o el aniversario del 11J (aniversario de una de las protestas más emblemáticas en Cuba).
“Creo que eventos como estos siguen siendo muy importantes porque ayudan a mantener en el centro lo más importante que está ocurriendo ahora mismo en Cuba, Nicaragua y Venezuela, que son la violación de derechos humanos de manera constante, y tratar de humanizar esas historias con nombres y apellidos”, dijo a la VOA Anamely Ramos, quien trabajó durante 12 años en la Universidad de las Artes (ISA) de Cuba hasta que fue expulsada por el régimen de la isla caribeña.
Otra obra representativa es la recreación, en un ambiente de realidad virtual, del interior de una cárcel en Venezuela, incluyendo las violaciones a los derechos humanos por parte del régimen liderado por Nicolás Maduro y que se han denunciado desde varios organismos internacionales.
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