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Una madre de 70 años en China Central lucha por sobrellevar la pérdida de su hijo menor durante la persecución en curso de Falun Dafa a manos del Partido Comunista Chino (PCCh), poco después de haber enterrado a su segundo hijo menos de un año antes. Ambos hijos fueron blanco de acoso, tortura y encarcelamiento durante muchos años por negarse a renunciar a su creencia.
En los 21 años de la persecución a Falun Dafa por parte del PCCh, decenas de miles de familias en China han sido separadas, muchas de las cuales nunca más se volverán a encontrar. Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, es una práctica espiritual que consiste en ejercicios de movimiento lento y meditación, además de enseñanzas morales basadas en la verdad, la benevolencia y la tolerancia.
Falun Dafa se convirtió en la forma más popular de qigong poco después de su introducción pública en 1992, ya que los ciudadanos chinos descubrieron en Falun Dafa una práctica que no solo alivia el estrés y mejora la salud, sino que también llena un vacío espiritual dejado por la Revolución Cultural, una campaña del PCCh para destruir sistemáticamente las antiguas tradiciones y cultura.
Xiaomin Chen, el hijo más joven, murió el 10 de marzo a la edad de 51 años, luego de ser liberado de la prisión en enero, según un informe en el sitio web de Minghui.org, que recopila información y estadísticas sobre la persecución contra Falun Dafa. Cuando fue liberado, Chen estaba en «estado crítico, demacrado e incapaz de comer».
Un seguidor de Falun Dafa que estaba en la misma prisión dijo que Chen y su hermano fueron «severamente torturados allí por no renunciar a su fe».
Chen fue arrestado por tercera vez el 6 de junio de 2016 y llevado a un centro de detención. Estuvo recluido durante un año antes de ser condenado a prisión en secreto, en julio de 2017.
Antes de su último encarcelamiento, Chen fue detenido en un campo de trabajo forzados, donde fue electrocutado con bastones eléctricos mientras tenía las manos atadas fuertemente detrás de su espalda y las subieron hasta su cuello mientras la cuerda cortaba «profundamente su carne». Chen estuvo atado de esta manera por más de 30 minutos seguidos antes de que la cuerda se aflojara por un momento, solo para que el proceso de tortura se repitiera.
El segundo hermano de Chen, Shaomin Chen, fue arrestado un día después de Chen y retenido en la misma prisión. Por negarse a renunciar a su fe, Shaomin fue torturado hasta que perdió la capacidad de cuidarse a sí mismo. Fue liberado bajo fianza médica en 2018 y nunca recuperó su salud, falleciendo el 14 de mayo de 2019. Cuando se realizó una autopsia, se demostró que sus dos pulmones estaban «completamente deteriorados al momento de su muerte», según Falun Dafa Info Center.
El hermano mayor de Chen, Yuemin Chen, murió a la edad de 48 años en 2011, luego de ser torturado e inyectado con drogas desconocidas mientras estaba encarcelado por su fe. «La tortura lo dejó paralizado y a menudo tenía un dolor de espalda intenso después de ser liberado, sin embargo, la policía continuó acosándolo hasta sus últimos días».
El padre de Chen fue el primero de la familia en morir en 2001 a causa de la persecución. El anciano «soportó una tremenda presión» y fue amenazado por las autoridades mientras trabajaba sin descanso para tratar de «buscar la liberación de sus hijos, quienes habían sido arrestados en Beijing cuando apelaron al derecho de practicar Falun Dafa».
Se confirma que más de 4300 adherentes de Falun Dafa fueron asesinados por la persecución en China, según Minghui.org. Sin embargo, se estima que el número real de muertes es mucho mayor, ya que miles de casos permanecen sin confirmar debido al «estricto control del régimen chino sobre los detalles de la persecución».
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