En una habitación tranquila, podemos encontrar la quietud, y en esa quietud, podemos contemplar nuestra propia mente.
Lo que generalmente encontramos es que la mente es muy inquieta; quiere ocuparse de mil cosas. A veces porque siente alguna incertidumbre o miedo, quiere arreglar los problemas, ocuparse de todo lo que no se hizo y ponderar si todo va a estar bien. Quiere satisfacer todas nuestras necesidades, desde las de supervivencia hasta las más intrincadas como la búsqueda de significados, la conexión y el amor.
La mente está inquieta, queriendo arreglar todo y conseguir todo lo que necesita.
¿Qué pasaría si permitiéramos que nuestra mente descanse y se entregue a la plena suficiencia de sí misma?
No necesitaríamos nada, aparte de lo que se requiere para la supervivencia física o la actividad diaria significativa, podría haber un deseo sincero de hacer algo bueno por nosotros mismos o por los demás, pero no tiene por qué provenir del miedo.
Hay una tranquilidad que puede venir con este tipo de práctica, un sentimiento de que somos suficientes y que todo lo que necesitamos ya está dentro de nosotros.
Es una práctica para toda la vida.
Le recomiendo que empiece así:
Siéntese en un lugar tranquilo, eleve las caderas por encima de las rodillas con un cojín para darte más estabilidad y comodidad. Siéntese en una postura erguida pero relajada. Los ojos pueden estar cerrados o ligeramente abiertos con una mirada suave hacia abajo.
Encuentre la quietud, quédese en este lugar durante al menos 5 o 10 minutos, más tiempo si quiere. No es necesario que sea mucho tiempo, pero cuando se sienta inquieto, quédese un poco más para practicar con esta inquietud.
Descanse en la experiencia directa, deje que su atención se dirija a las sensaciones de su cuerpo: los sonidos, los olores y las sensaciones de su momento presente, estas sensaciones son experiencias directas del mundo. Descanse su mente en esta conciencia abierta sin hacer nada más que presenciarla.
Observe la mente, su mente querrá apartarse de esta experiencia directa, eso es porque se siente intranquila, quiere satisfacer sus necesidades, arreglar sus problemas o enfrentarse a las incertidumbres o al miedo, no pasa nada, observe a la mente hacer lo suyo. ¿Qué es lo que intenta arreglar? Observe el miedo o el deseo subyacente mientras la mente intenta hacer lo suyo.
Aprecie la cualidad luminosa de la mente, es como una energía que trata de hilar el pensamiento y el sentimiento en la existencia. No es consciente de que ya es brillante, abundante y suficiente sin crear un solo pensamiento, es luminosa y hermosa, podemos empezar a apreciar estas deliciosas cualidades de la mente. Esto requiere curiosidad, apreciación y práctica, mucha práctica.
Vaya, siéntese y practique la observación de su propia mente, el viaje interior es el más importante que hará.
Leo Babauta es autor de seis libros y escritor de Zen Habits, un blog con más de 2 millones de suscriptores. Visite ZenHabits.net
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