Una nueva área de rivalidad EE. UU.-China ignorada: la marihuana

China será la verdadera ganadora de la legalización de la marihuana en EE. UU.

Por He Qinglian
07 de junio de 2021 3:45 PM Actualizado: 07 de junio de 2021 3:45 PM

Opinión

En el panorama político estadounidense, la rivalidad con China siempre ha sido un tema importante. En la cuestión de las infraestructuras, los políticos estadounidenses copian el método chino de inversión masiva de dinero gubernamental; en la cuestión de Taiwán, temen ofender al Partido Comunista Chino; en la energía eólica, los legisladores de la Cámara de Representantes excluyen a China debido a la rivalidad. Sin embargo, hay un área olvidada que está generando riqueza y que probablemente albergará la competencia china: la industria de la marihuana.

De hecho, China no solo cosechará los beneficios económicos de la legalización de la marihuana en Estados Unidos, sino que también se alegrará de ver cómo los ciudadanos estadounidenses son víctimas del consumo de diversas drogas, ya que la producción china de cannabis es solo para la exportación.

El verdadero ganador de las elecciones de 2020: el cannabis

Tras la aparición de la dudosa «curva de Biden» en la noche electoral del 3 de noviembre, Paul Armentano, el vicepresidente de la Organización Nacional para la Reforma de las Leyes sobre la Marihuana (NORML), publicó extasiado un artículo en The Hill en el que anunciaba que el ganador de las elecciones de 2020 no era Donald Trump, ni tampoco Joe Biden. Fue la marihuana. Esto expresaba la total confianza de Estados Unidos en su industria de la marihuana, teniendo en cuenta la capacidad de producción, el procesamiento, la comercialización y las ventas de la industria, además de convertir el consumo de marihuana en un «derecho humano de cuarta generación». Este importante paso dado por Estados Unidos probablemente reorientará y reescribirá el mercado del cannabis, así como el de todas las drogas ilícitas.

Armentano ha trabajado incansablemente durante muchos años por la legalización de la marihuana, y sus «predicciones» se están cumpliendo. La industria de la marihuana logró una victoria histórica el 3 de noviembre de 2020, ya que se aprobó la medida 110 en las urnas de Oregón, que permite despenalizar drogas sin ambigüedades como la heroína. USA Today también informó de que Nueva Jersey, Carolina del Sur, Montana y Arizona aprobaron leyes que legalizaban la marihuana recreativa el mismo día. Oregón ha desempeñado un papel fundamental en este proceso de legalización. En 1973, Oregón fue el primer estado en despenalizar la posesión de marihuana. En 2014, Oregón legalizó el uso recreativo de la marihuana.

Pero los aficionados al cannabis no deben olvidar quién trajo la marea alta de la legalización de la marihuana: Obama.

El catalizador de la legalización de la marihuana: la llegada de Obama a la Casa Blanca

En 2008, Barack Obama se convirtió en el primer presidente afroamericano de la historia de Estados Unidos. Durante un debate en la Universidad de Northwestern cuando era congresista, expresó que la guerra contra las drogas del expresidente Nixon había fracasado por completo y que era necesario revisar las leyes sobre la marihuana y legalizar la droga. También admitió que fumó marihuana cuando era joven.

Es probable que el pasado afecto del expresidente por la marihuana influyera en la opinión de la gente, y evidentemente así ha sido, ya que el número de personas en los desfiles por la legalización ha crecido exponencialmente, sosteniendo pancartas con la bandera estrellada y la marihuana impresa en ellas, y exigiendo el derecho a consumirla de forma recreativa como un derecho humano básico.

En 2012, los estados de Washington y Colorado aprobaron la Iniciativa 502 de Washington y la Enmienda 64 de Colorado, respectivamente, e iniciaron la era del uso recreativo de la marihuana. Hay que tener en cuenta que el término «marihuana recreativa» es otro nombre engañoso y romántico para las drogas de la izquierda.

Dado que al presidente le gusta la marihuana, las leyes debían hacer eco del relato. Se revisó el caso de la Corte Suprema Gonzales contra Raich, que dictaminó que el Congreso tiene autoridad para criminalizar el uso y la producción de cannabis de cosecha propia, y el número de estados que han legalizado la marihuana aumenta constantemente. Cada vez son más los estadounidenses que se aficionan a la marihuana, y estas cuestiones legales se están desvaneciendo.

El problema estadounidense de la marihuana se ha convertido en una «guerra popular»

Basándose en el memorando que indica la amabilidad de Obama hacia la marihuana, los fumadores convirtieron rápidamente este proceso de legalización en una guerra popular. A continuación se presentan algunos datos para ilustrar este punto.

En primer lugar, el porcentaje de personas que desean legalizar la marihuana.

Entre 2000 y 2009, la encuesta Gallup concluyó que el porcentaje de estadounidenses dispuestos a legalizar la marihuana pasó del 31 por ciento al 44 por ciento, pero después de que Obama llegara a la presidencia, ese porcentaje subió al 49 por ciento en dos cortos años (2009-2011). La tendencia a seguir subiendo estaba directamente correlacionada con la actitud de apoyo de Obama, y cuando dejó el cargo en 2012, el porcentaje de estadounidenses dispuestos a legalizar la marihuana estaba en el 64 por ciento.

En estas circunstancias, cualquier político que se atreva a poner un pie delante de esta cascada de legalización está arriesgando su carrera. Incluso el presidente Trump, abiertamente contrario a las drogas, no tuvo más remedio que firmar la Ley Agrícola de Estados Unidos de 2018 que legalizaba el cultivo de cannabis.

Al mismo tiempo, las universidades estadounidenses se han vuelto cada vez más amigables con la marihuana y están incluyendo clases que enseñan a los estudiantes desde el cultivo de marihuana hasta la economía de la misma. Estados Unidos se está convirtiendo flagrantemente en el líder mundial en la profesionalización de la marihuana y en su inculcación en el ámbito académico. Los colegios y las universidades desempeñan un papel fundamental en la formación de la opinión de los jóvenes hacia la marihuana, por lo que siento la necesidad de proporcionar a los padres una lista de colegios de los que deben desconfiar, que pienso presentar en otro artículo.

Las elecciones de 2020 se celebraron durante la amarga pandemia, y Biden prometió que una de las cosas que deseaba cambiar era legalizar la marihuana en todo el país. El Partido Demócrata y los principales medios de comunicación impulsaron el relato de la victoria de Biden para que Estados Unidos pudiera acoger la génesis de la industria de la marihuana. A finales de 2020, 33 Estados, 4 territorios estadounidenses y el Distrito de Columbia han legalizado el uso medicinal de la marihuana; mientras que 11 Estados, 2 territorios y el Distrito de Columbia han legalizado el uso recreativo de la marihuana. A partir de ahora, los adictos a la marihuana pueden disfrutar de sus nuevos derechos humanos.

Aumenta la producción de marihuana en EE. UU.

A continuación se presentan algunas estadísticas sobre la producción de marihuana en EE. UU.

En el segundo trimestre de 2020, la superficie de cultivo de cannabis ha alcanzado los 465,787 acres, y se distribuyeron 21,496 licencias para su cultivo. Esto supone un aumento del 27 por ciento con respecto a 2019. Según la BDSA, una plataforma de seguimiento de las ventas de marihuana en Estados Unidos, la venta legal de cannabis generó una suma récord de 17,500 millones de dólares en 2020, lo que supone un aumento del 46 por ciento respecto a 2019. Las tres principales regiones que contribuyeron predominantemente a esta asombrosa cantidad de ventas fueron los estados demócratas de California, Colorado y Oregón. En los lugares donde se legalizó la marihuana recreativa, el porcentaje de personas que la consumieron aumentó del 38 al 43 por ciento. El mercado del cannabis es especialmente fuerte en Colorado, ya que el 48 por ciento de los residentes la consumen allí. Ahora, la popularización de la marihuana se está extendiendo a los más jóvenes y a los residentes de los suburbios, que son los principales contribuyentes al crecimiento del mercado del cannabis en 2020.

La BSDA estima que en 2026 las ventas de cannabis legal alcanzarán los 41,000 millones de dólares en todo el país, igualándose a la industria de la cerveza artesanal. Al mismo tiempo, se prevé que el mercado mundial de la marihuana sea de 170,000 millones de dólares, donde Estados Unidos tomará sin duda la delantera como principal consumidor.

El aumento del consumo de marihuana en EE. UU. deleita a la industria china del cannabis

Los productores de la industria del cannabis de China están tan contentos como los consumidores de Estados Unidos.

Euromonitor International proyecta que el porcentaje de productos de cannabis vendidos legalmente alcanzará el 77 por ciento en 2025, estimando un mercado de 166,000 millones de dólares. Se prevé que la venta recreativa de marihuana en los próximos cinco años aumente el tamaño actual del mercado en un 376 por ciento, y se estima que el 67 por ciento del mercado legal de marihuana será para uso recreativo, mientras que solo el 9 por ciento será para uso medicinal (menos de la mitad del 23 por ciento de 2020). Spiros Malandrakis, responsable de bebidas alcohólicas de Euromonitor, también predijo que «las nuevas ocasiones de consumo y las propuestas de valor adaptadas impulsarán a la industria hacia el territorio de los bienes de consumo de movimiento rápido».

Ya en 2017, cuando comenzó la ola de legalización en todo el mundo, China se dio cuenta de que se pueden obtener enormes beneficios del mercado del cannabis. Asignó a expertos en análisis de mercado para que estudiaran la tendencia en varios países y proporcionaran una estrategia de futuro para la industria china del cannabis.

Actualmente, China es el mayor productor de cannabis y representa la mitad de la cantidad producida en todo el mundo. La tasa de producción de China en 2018 es de 75,000 toneladas al año, y se prevé que sea de 105,000 toneladas al año en 2024. Como China aún no ha legalizado la marihuana, su producción consiste principalmente en cannabis industrial, sin embargo ocupa una posición de liderazgo mundial en la producción de CBD (cannabidiol).

El mercado chino de CBD ha alcanzado los 760 millones de dólares y se estima que llegará a los 1800 millones en 2024. El Grupo ArcView publicó un informe de análisis en agosto de 2020, en el que calificaba a China como una superpotencia en ascenso para la producción de CBD.

«A medida que se clarifican las regulaciones en los mercados de destino en Estados Unidos y Europa, las empresas multinacionales farmacéuticas y nutracéuticas que ya se abastecen de una amplia gama de ingredientes en China, se abastecerán igualmente de ingredientes basados en cannabinoides en: China», decía el informe. «Es probable que China sea una de las principales fuentes de cannabinoides para la cadena de suministro mundial en un futuro previsible, con un nuevo apoyo gubernamental a la industria, uno de los costes de producción de cannabinoides más bajos del mundo y una infraestructura y experiencia de fabricación a gran escala sin parangón».

Este poder asignado a China rivaliza naturalmente con la industria del cannabis de Estados Unidos.

El efecto de la despenalización de la marihuana en la relación EE. UU.-China

La industria de la marihuana en Estados Unidos se destina principalmente al uso medicinal, industrial y recreativo, y más del 40 por ciento de los estadounidenses son consumidores de algún tipo de cannabis. Ningún país se atreve a declarar abiertamente que ha conseguido controlar los efectos secundarios de la marihuana, lo que también es aplicable a Estados Unidos. Dadas las circunstancias, es probable que la industria y el mercado del cannabis obtengan grandes beneficios, pero los efectos secundarios negativos de las propiedades psicoactivas de la marihuana acabarán convirtiéndose en una carga para la sociedad. Estados Unidos ya es un gran país consumidor de drogas, y como el número de adictos va en aumento, es probable que los efectos negativos para la sociedad sean evidentes a un ritmo acelerado.

China produce principalmente cáñamo, o cannabis industrial. Es totalmente capaz de producir marihuana recreativa solo para la exportación, y aumentar aún más su cuota de mercado de CBD. Incluso puede arrendar tierras en el extranjero para cultivar marihuana en países donde haya demanda.

China tiene estrictas restricciones en materia de drogas para sus propios ciudadanos. Dada la historia de China de lucha contra drogas como el opio desde el comienzo de su industrialización, hasta ahora ha prohibido eficazmente el consumo de drogas. En estas circunstancias, la tasa de consumo de marihuana en China nunca alcanzará la de Estados Unidos, donde consumir cannabis se considera un derecho humano.

En resumen, aunque la industria del cannabis estadounidense quiere ser autosuficiente, como la demanda es alta, la importación es por tanto inevitable. La producción china de cannabis está diversificada: puede lograr la autosuficiencia para las necesidades de productos de cannabis en medicina y cosmética, y al mismo tiempo producir marihuana recreativa únicamente para la exportación, con la ventaja del bajo coste y el dumping.

Un país tiene la mayor demanda, el otro tiene la capacidad de convertirse en el mayor proveedor. Aunque el mercado solo está empezando a desarrollarse en este ámbito, ya está claro quién ganará y quién perderá.

He Qinglian es una destacada escritora y economista china. Actualmente afincada en Estados Unidos, es autora de «Las trampas de China», que analiza la corrupción en la reforma económica china de los años 90, y de «La niebla de la censura: El control de los medios de comunicación en China», que aborda la manipulación y la restricción de la prensa. Escribe regularmente sobre cuestiones sociales y económicas contemporáneas de China.


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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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