Aquellos a quienes les gusta tomar una siesta pueden tener un menor riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular. El impacto de las siestas en la salud del corazón ha sido discutido durante mucho tiempo, pero de acuerdo con un estudio reciente, una siesta diurna tomada una o dos veces a la semana puede reducir el riesgo de tener un ataque al corazón o un derrame cerebral.
La investigación publicada en línea en la revista Heart analizó la asociación entre la frecuencia de las siestas, la duración promedio de las mismas y el riesgo de enfermedad cardiovascular. Esto incluyó eventos fatales y no fatales como ataque cardíaco, accidente cerebrovascular e insuficiencia cardíaca. El estudio incluyó a 3462 residentes de Lausana, Suiza, seleccionados al azar.
Cada participante tenía entre 35 y 75 años, y el estudio duró entre 2009 y 2012. Los primeros chequeos de los participantes tomaron información sobre sus patrones de sueño y siesta y su salud fue monitoreada posteriormente durante un promedio de cinco años.
Más de la mitad de los participantes reportaron que no tomaron siestas, alrededor de uno de cada cinco dijeron que tomaron una o dos siestas, alrededor de uno de cada 10 dijeron que tomaron de tres a cinco siestas, y un número similar dijo que tomaron de seis a siete.
Los investigadores encontraron que los que tomaban siestas frecuentes de tres a siete veces por semana tendían a ser mayores, hombres, fumadores y tenían un peso más alto. Ellos reportaron más somnolencia diurna y apnea obstructiva del sueño más severa.
Durante el período de monitoreo, se encontró que hubo 155 eventos cardiovasculares fatales y no fatales. Pero el estudio mostró que las siestas ocasionales, de una a dos veces por semana, se asociaron con una reducción de casi la mitad en el riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular e insuficiencia cardíaca. Esto fue comparado con aquellos que no durmieron la siesta en absoluto.
Estos hallazgos fueron válidos incluso después de tomar en cuenta factores potencialmente influyentes, como la edad, la duración del sueño nocturno, la presión arterial alta y el colesterol.
Este es un estudio observacional, así que no puede establecer la causa, pero la frecuencia de las siestas puede ayudar a explicar las diferentes conclusiones a las que llegaron los investigadores anteriores sobre el impacto de las siestas en la salud del corazón.
Un debate en curso
En un editorial vinculado, la Dra. Yue Leng y la Dra. Kristine Yaffe señalan que «aunque las vías fisiológicas exactas que vinculan la siesta diurna con el riesgo [de enfermedad cardiovascular] no están claras, [esta investigación] contribuye al debate en curso sobre las implicaciones para la salud de la siesta, y sugiere que lo que importa no solo es la duración, sino también la frecuencia».
Para aquellos que se toman una siesta, asegúrese de mantenerla limitada a 20 minutos al día, una o dos veces por semana. Si usted se da cuenta de que está durmiendo siesta con demasiada frecuencia, hable con su médico acerca de su fatiga diurna. Debe asegurarse de que su siesta diurna le esté haciendo más bien que mal.
Mat Lecompte es un periodista de salud y bienestar. Este artículo fue publicado originalmente en Bel Marra Health.
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