Las personas que consumen un alto nivel de flavonoides, sustancias naturales presentes en muchos alimentos y bebidas comunes, como el té negro y el té verde, podrían estar reduciendo el riesgo de cardiopatías y gozando de mejor salud a una edad más avanzada.
Los beneficios de los flavonoides para la salud, en particular sus efectos sobre la inflamación y el estrés oxidativo, están bien documentados. Sin embargo, un nuevo estudio de la Universidad Edith Cowan (ECU) demuestra que pueden ser incluso mejores para nosotros de lo que se pensaba.
Publicado en Arteriosclerosis, Thrombosis, and Vascular Biology en noviembre del 2022, el estudio analizó a 881 mujeres con una media de edad de 80 años con el té negro como principal fuente de flavonoides.
Los investigadores descubrieron que las mujeres que bebían entre dos y seis tazas al día tenían entre un 16 y un 42 por ciento menos de probabilidades de sufrir una acumulación de calcio en la aorta abdominal, la principal arteria del cuerpo que lleva la sangre del corazón a los órganos y las extremidades.
Esta acumulación de calcio, conocida como calcificación de la aorta abdominal, es un indicador fiable de infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares y demencia.
La buena noticia para los que no beben té es que también hay otras fuentes de flavonoides, como las frutas, en especial las manzanas, los cítricos y las bayas, así como las verduras, el chocolate negro y los frutos secos.
«De las mujeres que no beben té negro, una mayor ingesta total de flavonoides no procedentes del té también parece proteger contra la calcificación extensa de las arterias», dijo Ben Parmenter, investigador del Instituto de Investigación en Nutrición e Innovación Sanitaria de la ECU y líder del estudio.
«Esto implica que los flavonoides de fuentes distintas al té negro pueden ser protectores contra la calcificación de la aorta abdominal cuando no se consume té».
Limitar a dos raciones
Aunque los flavonoides son muy beneficiosos, un estudio longitudinal de 23 años realizado en 50,000 daneses reveló que los efectos positivos se estabilizaban con el consumo de unos 500 mg de flavonoides al día, aproximadamente dos tazas de té o dos raciones de fruta.
«Se trata de un gran estudio que nos permitió analizar también las relaciones dosis-respuesta, que no habían quedado muy claras en estudios anteriores», afirma Jonathon Hodgson, profesor de Nutrición y Epidemiología de la ECU.
Según él, los flavonoides tampoco sustituyen a los cambios en el estilo de vida.
«Los fumadores con la ingesta más alta de flavonoides probablemente tenían entre tres y cuatro veces más riesgo de mortalidad que los no fumadores con la ingesta más baja de flavonoides», dijo.
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