Si pensaba que las zanahorias eran solo para los conejos, piénselo de nuevo. Hallazgos recientes revelan que masticar esta verdura podría hacer más que solo beneficiar la vista— también podría ser un arma secreta en la lucha contra el cáncer.
Descubriendo los datos
Las zanahorias, célebres durante mucho tiempo por su betacaroteno que mejora la visión, ahora están en el centro de atención científica por una razón más convincente—un papel potencial en la prevención del cáncer.
Una revisión exhaustiva de 198 estudios ha revelado un beneficio «solido» para la salud—quienes consumían zanahorias con frecuencia vieron una reducción del 10 por ciento en el riesgo de cáncer. Una relación dosis-respuesta reforzó aún más este hallazgo, subrayando la conexión entre la zanahoria y el cáncer, lo que significa que cuantas más zanahorias se consumen, menor es el riesgo de cáncer. Los autores del estudio recomiendan de todo corazón que «se fomente el consumo de zanahorias».
Además de rastrear la cantidad de zanahorias que comían las personas, el estudio midió la cantidad de alfacaroteno, un nutriente relacionado con el más conocido betacaroteno, en la sangre de las personas.
Los resultados fueron aún más reveladores. Las personas con niveles más altos de alfa-caroteno en sangre presentaban una reducción del riesgo de cáncer un 20% mayor, lo que pone de relieve la estrecha relación entre este nutriente y un organismo más sano y resistente al cáncer.
De alimento básico en la cocina a escudo contra el cáncer
La investigación sobre las zanahorias y el betacaroteno está evolucionando. Este estudio pone un nuevo énfasis en los poliacetilenos, compuestos menos conocidos pero igualmente potentes en la batalla contra el cáncer. Destacados por controlar la inflamación, un factor clave en el desarrollo del cáncer, los poliacetilenos presentan una vía prometedora en la prevención del cáncer.
La inspiración del estudio proviene de la investigación coreana sobre el ginseng y sus poliacetilenos anticancerígenos, dice Kirsten Brandt, autora del estudio y experta en fitoquímica y fitomejoramiento. “Los mismos poliacetilenos se encuentran en las zanahorias”, dijo a The Epoch Times.
Robin Mesnage, un destacado experto en biología celular y molecular centrado en nutrición, arroja luz sobre la naturaleza de algunos de los compuestos esenciales de las zanahorias.
“El poliacetileno y las isocumarinas, responsables del sabor amargo de las zanahorias, sirven principalmente como defensa de la planta contra los patógenos, no inicialmente para nuestro beneficio sino para proteger a la planta misma”, explicó a The Epoch Times.
Estas sustancias, a menudo percibidas como indeseables debido a su amargor, son, de hecho, potentes antioxidantes que actúan como un escudo contra el daño celular causado por el envejecimiento y el estrés en los humanos.
Del mismo modo, los colores vibrantes de las zanahorias, atribuidos a los carotenos, no son solo para lucirse. Estos importantes antioxidantes evolucionaron para proteger a las plantas de la dañina luz solar ultravioleta y también pueden beneficiarnos al ayudar a prevenir el desarrollo del cáncer y aumentar las defensas de nuestra piel contra el daño de los rayos ultravioleta.
Consejos prácticos para incorporar zanahorias a su dieta
¿Quieres añadir más zanahorias a sus comidas? La Sra. Brandt sugiere consumir alrededor de cinco porciones por semana, o 400 gramos en total (aproximadamente el equivalente a cinco zanahorias grandes), para reducir el riesgo de cáncer en un 20 por ciento. Si ese objetivo parece demasiado ambicioso, comer la mitad de esa cantidad aún ofrece una salud considerable.
Para mantener sus platos de zanahoria frescos y atractivos, Mesnage recomienda optar por la variedad. «Tanto las zanahorias crudas como las cocidas tienen sus propios beneficios», afirma. Añade un toque creativo experimentando con diferentes aderezos, aceites y especias como: comino, jengibre, tomillo, romero o nuez moscada, que realzan el sabor y ofrecen beneficios adicionales para la salud, añadió.
También ofrece estas sugerencias:
- – Cocinar zanahorias triplica la cantidad de caroteno que tu cuerpo puede utilizar en comparación a cuando se comen crudas.
- – Triturar zanahorias hasta obtener un puré ayuda a liberar más caroteno.
- – Agregar un poco de grasa, como aceite en una ensalada, ayuda a que su cuerpo absorba más nutrientes saludables de las zanahorias.
Cuando se trata de preparación, la flexibilidad es clave. Según la Sra. Brandt, al hervir zanahorias, «como ocurre con la mayoría de los nutrientes, es mejor evitar tirar las cosas buenas con el agua hirviendo; en lugar de eso, use el agua para un guiso o sopa». Añadiendo que “las zanahorias enlatadas tienen un contenido bastante alto de poliacetilenos ya que se cuecen en muy poca agua”.
A medida que avanza la investigación, queda claro que las zanahorias, junto con sus primas vegetales como el apio y el perejil, podrían ser actores clave en una estrategia dietética contra el cáncer.
Mesanage señala que las reacciones individuales a las zanahorias pueden diferir significativamente. Él y sus colegas están estudiando este fenómeno, centrándose en la intrincada relación entre nuestra dieta y los microbios intestinales. Su trabajo explora cómo estos microbios influyen en la respuesta de nuestro cuerpo a nutrientes como los polifenoles en los alimentos, enfatizando que los beneficios para la salud que obtenemos de nuestra dieta son altamente personalizados.
Los investigadores son optimistas pero cautelosos: «Nuestros hallazgos son prometedores, pero hay mucho más por explorar». Así que la próxima vez que muerda una zanahoria, recuerde que es más que un simple refrigerio— podría ser un pequeño pero poderoso escudo contra el cáncer.
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