La vida de una alumna universitaria de Wisconsin, de 19 años, que tenía alergia al maní sufrió un trágico giro en cuestión de días luego de comer un brownie que lo contenía.
Hannah Glass era una joven universitaria de primer año de Milton que se encontraba cursando Educación en Inglés en la religiosa Maranatha Baptist University (MBU), cuando el lunes 4 de noviembre se comió un bocado de un brownie que habría sido hecho con harina de maní, según la página de recaudación de fondos para la familia GiveSendGo.
«Al segundo bocado, supo que algo andaba mal. Creemos que esto se debía a que este producto contenía harina de maní tostada, distinta de la mantequilla de maní aceitosa, lo que lo disimuló», dijo su padre, David Glass, al medio local Canal 12 de WISN, filial de ABC.
Tras haber comido el bocado, Hannah vomitó, le salió sarpullido, y se encontraba «evidentemente incómoda pero en ningún caso le faltaba el aire», escribió su padre a través de un posteo en Facebook del pasado 11 de noviembre donde recordaron lo que sucedió con su hija mayor.
Tras una llamada de Hannah, su esposa y él manejaron hasta MBU para intentar ayudar a su hija.
«Mientras nos dirigíamos a su lado en Maranatha en Watertown, la mantuvimos al teléfono todo el tiempo. Era evidente que estaba alterada e incómoda, pero podía respirar y hablar con claridad», recordó. «Le dijimos que tenía que tranquilizarse y concentrarse en su respiración».
El Sr. Glass explicó que le insistieron a su hija que intentara relajarse, recordándole que este tipo de reacción coincidía con sus experiencias anteriores. Dijo que Hannah ya había sufrido eventos de alergia cuando era una niña.
La primera vez fue a la edad de tres años, «el vómito fue rápido y la erupción desapareció en cuestión de minutos, pero en ese momento supimos que era alérgica», explicó, luego la llevaron al médico y le hicieron pruebas por lo que Hannah recibió su primer EpiPen —autoinyectores de epinefrina (EpiPens), un tratamiento potente capaz de revertir las reacciones alérgicas peligrosas y salvar vidas.
Cuando tenía seis años, «ocurrió básicamente lo mismo. Fueron vómitos intensos y erupciones cutáneas que desaparecieron rápidamente», detalló el padre.
«Fueron acontecimientos aterradores, pero en ningún caso pusieron en peligro su vida», agregó.
Sin embargo, en esta ocasión Hannah y su familia se enfrentaban a un escenario diferente.
«Mientras hablábamos por teléfono, enviamos un mensaje a una buena amiga enfermera que vive en Watertown. Elizabeth llegó rápidamente hasta Hannah, evaluó ella misma la situación y le administró Benadryl», continuó el padre.
Al llegar con ella la encontraron agitada en el baño, «pero calmada y mejor».
Pasó poco más de una hora y la madre de Hanna, al verla, sugirió que se acostara en su cama, por lo que la joven lo hizo y se subió sin ayuda a la litera de su dormitorio. Pero al colocarse en posición fetal se comenzó a quejar de falta de aire y malestar, por lo que le preguntaron por su EpiPen, y pidieron que bajara.
«Mientras bajaba la escalera perdió el conocimiento», dijo su papá. Posteriormente encontraron el EpiPen y se lo suministraron mientras llamaban al 9-1-1.
Entre la enfermera, su esposa y otras personas llevaron a Hannah hasta la entrada, donde el Sr. Glass la cargó hasta la entrada para esperar la ambulancia.
«No reaccionaba y yo me sentía increíblemente impotente», explicó el afligido padre, agregando que trasladaron a la joven al hospital.
Pese a los esfuerzos de la enfermera, de los servicios de emergencia, y de los médicos en el hospital Hannah no se pudo recuperar, ya que su pulmón derecho colapsó y su salud comenzó a empeorar.
El viernes 8 de noviembre, los médicos del hospital se reunieron para estudiar si había alguna opción de salvarle la vida a Hannah. Encontraron «que la mayor parte de su cerebro estaba inequívocamente dañada de forma grave, crítica y, sin medidas para mantener la vida».
«En ese momento no había que tomar ninguna decisión, salvo que decidimos donar su cuerpo para ayudar a otros a tener la oportunidad de vivir que ella ya no tenía», expresó su padre.
El domingo 10 de noviembre el cuerpo de Hannah fue llevado a un «Paseo de Honor» hasta llegar a la sala de operaciones, donde la familia dio su último adiós, antes de que los médicos comenzaran las labores de la donación de sus órganos. Hannah falleció a las 3:57 p.m.
Alergia alimentaria
Una alergia alimentaria es una reacción del sistema inmunitario que se presenta en diversos síntomas poco después de haber ingerido cierto alimento, según la organización médica Mayo Clinic. Algunos de esos síntomas pueden incluir problemas digestivos, urticaria o inflamación de las vías respiratorias.
No existe una prueba «infalible» para confirmar o descartar una alergia alimentaria, según la clínica.
Mayo Clinic además recomienda evitar toda exposición al alimento hasta su cita médica si sospecha que tiene alergia alimentaria. En caso de tener una reacción leve, los antihistamínicos de venta libre podrían ayudar a aliviar los síntomas. También recomienda ayuda de emergencia si existe una reacción más grave o síntomas de anafilaxia.
Siga a Alicia Márquez en X: @AliceMqzM
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