Tratado USMCA podría ser víctima de un conflicto partidista

Por Emel Akan
27 de noviembre de 2019 11:12 AM Actualizado: 27 de noviembre de 2019 11:47 AM

WASHINGTON — Faltando solo unos pocos días legislativos para fin de año y con una ocupada agenda fiscal y de juicio político, la ratificación del nuevo acuerdo de libre comercio con Canadá y México puede aplazarse para 2020.

La disputa sobre las disposiciones del nuevo Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA) se intensificó después de que la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.), el 21 de noviembre, planteó dudas sobre la posibilidad de aprobar el acuerdo antes de que finalice este año.

«Es solo pura política lo que ha retrasado este importante acuerdo comercial», dijo a La Gran Época Stephen Moore, un economista conservador y exasesor de campaña de Trump.

«Hace más de un año que México, Canadá y Estados Unidos acordaron el USMCA. Debería haber sido ratificado rápidamente por el Congreso», señaló, y agregó que más demoras podrían tener un efecto «perjudicial» en la economía.

Los tres países acordaron el USMCA en octubre del año pasado, después de un largo e intenso proceso de negociación, y los líderes de los países lo firmaron el 30 de noviembre. Una vez que el Congreso lo apruebe, el USMCA reemplazará el tratada de libre comercio norteamericano de 25 años (NAFTA).

El presidente Donald Trump expresó su frustración con Pelosi por los retrasos en la celebración de la votación.

«Está estancado en el escritorio de Nancy Pelosi. Parece que es incapaz de moverlo. Todos saben que es un gran acuerdo», dijo Trump a los periodistas el 25 de noviembre.

Un día antes, escribió en Twitter que USMCA estaba en «aguas muertas». Acusó a los demócratas de no traer a la Cámara una serie de importantes proyectos de legislación, incluyendo el pacto comercial.

Moore dijo que muchos demócratas «no quieren permitirle a Trump ningún tipo de victoria».

Si la aprobación del pacto se traslada al ciclo electoral 2020, sería «cada vez más difícil aprobar algo», indicó.

«Es una táctica peligrosa y demorada», señaló Moore. “Esto fue acordado de forma muy minuciosa por los tres países. Si comenzamos a abrirnos para la renegociación y si Canadá y México hacen lo mismo, me preocupa que esto realmente interrumpa un tratado muy hábilmente negociado».

Sindicatos

La administración Trump y los demócratas de la Cámara de Representantes han estado negociando durante meses para resolver sus diferencias con respecto al USMCA, principalmente en lo que respecta a las disposiciones laborales, ambientales, de precios de los medicamentos y su aplicación. Nueve demócratas han formado un grupo de trabajo y han estado intercambiando textos con el representante comercial de Estados Unidos Robert Lighthizer. También han llevado las demandas de los sindicatos a la mesa de negociaciones.

Trump acusó a Pelosi de estar demasiado influenciada por Richard Trumka, presidente de AFL-CIO, la mayor federación de sindicatos en Estados Unidos.

“Richard Trumka la tiene mortificada. Ella no hará el USMCA y todos en el país lo quieren, los granjeros, los fabricantes. Pero Richard Trumka la manipula como un violín”, dijo a Fox News el 22 de noviembre.

Trumka respondió a Trump en una serie de tuits el 22 de noviembre, diciendo que su comentario sobre manipular a la presidente Pelosi «como un violín es ridículo».

«Como he dicho durante meses, si el nuevo NAFTA beneficiara a los trabajadores, lo apoyaríamos. Simplemente todavía no lo hace», escribió.

El líder laboral viajó por todo el país para presionar contra el USMCA, argumentando que las disposiciones de aplicación del nuevo acuerdo necesitan revisiones dramáticas para proteger mejor a los trabajadores estadounidenses.

Aplicación

El 21 de noviembre Pelosi hizo eco a los comentarios de Trumka y dijo que podrían llegar a un acuerdo con la administración Trump si el nuevo tratado se hiciera cumplir.

Según Jennifer Hillman, investigadora principal de comercio y economía política internacional del Consejo de Relaciones Exteriores, los demócratas tienen razón al insistir en mejorar las disposiciones de aplicación en el nuevo acuerdo comercial.

«El NAFTA incluía un mecanismo de solución de controversias (Capítulo 20) en virtud del cual se suponía que la mayoría de las disposiciones del NAFTA se aplicaban, pero el mecanismo era inherentemente defectuoso y resultó ser completamente inviable», escribió en un blog el 7 de octubre. «Desafortunadamente, el Capítulo 31 del USMCA, que reemplaza al antiguo capítulo 20, no repara esos defectos fatales”.

Hillman añadió que debido a estas fallas en el sistema de solución de disputas -por ejemplo, retrasar indefinidamente la formación de un panel para decidir una disputa- cualquier parte podría bloquear fácilmente la aplicación de muchas de las disposiciones vitales del USMCA, como lo hicieron bajo el TLCAN.

Es posible que las disposiciones de aplicación revisadas aborden estos defectos, pero esas disposiciones aún no se han revelado. El presidente del Comité de Medios y Arbitraje de la Cámara de Representantes, Richard Neal (D-Mass.), que dirige el grupo de trabajo, dijo a La Gran Época que se hicieron progresos durante la reunión con Lighthizer la semana pasada.

«Tenemos la responsabilidad de mejorar drásticamente la situación», comentó Pelosi en una conferencia de prensa el 21 de noviembre. «Es decir, hacerlo realidad, no solo el NAFTA con ciertas cuestiones aparentemente buenas en la superficie, sino un cambio en los fundamentos del mismo acuerdo».

Hace unos meses, México aprobó una ley de reforma laboral radical. Pelosi, sin embargo, señaló que Estados Unidos debería poder evaluar la «capacidad de México para cumplir sus compromisos».

El USMCA tiene reglas laborales estrictas, lo que hace que el acuerdo sea un hito importante para el comercio internacional, según expertos en comercio. El nuevo acuerdo también incentiva el uso de mano de obra con altos salarios para impulsar la producción en Estados Unidos y Canadá. Y el acuerdo establece reglas modernas de comercio digital que tienen implicaciones significativas para el sector tecnológico estadounidense.

La reacción de México

México y Canadá son los dos mercados de exportación más grandes de Estados Unidos. El comercio norteamericano impulsa más de 11 millones de empleos en Estados Unidos, según el Centro Wilson.

México se convirtió en el primer país en ratificar el nuevo acuerdo comercial. Canadá dijo anteriormente que estaba listo para votar por el acuerdo, pero que actuaría al unísono con el Congreso de Estados Unidos.

El 25 de noviembre México instó a Pelosi para que aprobara el acuerdo. En una conferencia de prensa, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que enviaría una carta a la Presidenta de la Cámara esta semana. Dijo que creía que Pelosi y los legisladores demócratas ayudarían a México y que el Congreso de EE. UU. ratificaría el acuerdo antes de fin de año.

Tras la reacción de México, Pelosi emitió una declaración el 25 de noviembre, que implica que la jugada estaba ahora en la cancha del Representante Comercial Lighthizer.

«Estamos dentro del alcance de un acuerdo sustancialmente mejorado para los trabajadores de Estados Unidos. Ahora, necesitamos ver nuestro progreso por escrito del Representante de Comercio para la revisión final», declaró.

Sigue a Emel en Twitter: @mlakan

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