El ejército chino buscaría evitar que Estados Unidos movilice sus fuerzas en el Pacífico en caso de que estalle una guerra entre ambos países, según el oficial de más alto rango del Cuerpo de Marines.
«Esta contienda va a durar un tiempo, y vamos a tener que encontrar una forma de afrontarla a largo plazo», dijo el general David Berger, comandante del Cuerpo de Marines, durante una conferencia en el Instituto Hudson, un think tank conservador, en Washington, el 7 de julio.
Esfuerzos de modernización del Cuerpo de Marines de EE. UU.
El Cuerpo de Marines está realizando una serie de cambios dramáticos y, en ocasiones, controvertidos en el diseño de sus fuerzas como parte de un esfuerzo por desarrollar ventajas frente a oponentes cercanos como el Ejército Popular de Liberación de China.
El esfuerzo se produce tras más de 20 años de operaciones antiterroristas en las que el Cuerpo frecuentemente se ha beneficiado de la superioridad en el campo de batalla en términos de inteligencia y material.
Berger dijo que el Cuerpo «se sintió cómodo» con tal superioridad operativa durante la Guerra Global contra el Terror y necesitaba volver a aprender a operar en un entorno verdaderamente disputado en el que incluso los esfuerzos logísticos aparentemente sencillos podrían verse obstaculizados por operaciones chinas malévolas.
Para ello, dijo, tendría que equilibrar sus prioridades de financiación y formación entre la respuesta a las amenazas del presente y la preparación para las del futuro.
«Esto nos lleva a enfocar el riesgo de una manera diferente, gestionando el corto y el largo plazo», dijo Berger.
“Podríamos sacar todo adelante y estar absolutamente 100 por ciento enfocados en esta semana [pero] hipotecar el futuro, o lo contrario y no estar realmente preocupados por esta tarde y solo mirar hacia el futuro”.
Berger agregó que la capacidad militar china está «en un nivel muy diferente» de lo que era hace tan solo 10 años, y que los procesos existentes del Cuerpo «no fueron diseñados con eso en mente».
Por ello, los esfuerzos de Berger para modernizar la fuerza se han centrado en desinvertir estratégicamente de los sistemas heredados y adquirir las nuevas plataformas necesarias para una mayor flexibilidad con la esperanza de estar listo para luchar contra el régimen chino para 2030. Se espera que el nuevo Cuerpo, más reducido, esté más descentralizado y distribuido en preparación para un posible conflicto en el extenso teatro Indo-Pacífico.
Logística
Sin embargo, para ello, Berger dijo que los problemas que se dan por sentado cuando se lucha contra los terroristas serían cualquier cosa menos un hecho cuando se lucha contra China. El principal de esos problemas es la logística y el intenso arte de transportar tropas y material cuando se necesitan para cruzar un océano bajo la presión constante de las fuerzas chinas.
“Cuando su retaguardia está protegida, [la logística] no es su primer pensamiento”, dijo Berger. “Pero cuando asume que su retaguardia está amenazada, ahora sí está en la primera parte”.
Al revisar los informes de inteligencia sobre posibles rutas operativas, dijo Berger, ahora pide ver la logística de las maniobras “en el primer párrafo”.
“Creo que la logística en un entorno disputado es un gran reto para nosotros”, dijo Berger. “No es insuperable, tenemos que reconocer que, como vamos a hacer con ellos, van a desafiar nuestro sostenimiento».
Teniendo esto en cuenta, Berger dijo que los aliados y socios de Estados Unidos serán componentes esenciales de la estrategia nacional, no solo en lo que se refiere a la creación de una fuerza de combate, sino también al mantenimiento de esa fuerza. En un posible conflicto con el régimen comunista de China, dijo, Estados Unidos tendría que confiar en naciones como Japón y Australia para ayudar a mantener las cadenas de suministro y coordinar las fuerzas, incluso cuando China tratara de interrumpir la capacidad de la nación para desplegar sus recursos.
“Siendo realistas, [China] va a desafiarnos en nuestro puerto o fuera de ellos”, dijo Berger. “Van a intentar frenar nuestra movilización; van a hacer todo lo que puedan para frenarnos lo máximo posible”.
Evitar que eso ocurra, para empezar, aprender a operar en la llamada «zona gris» de competencia y conflicto que no llega a las hostilidades militares convencionales, dijo Berger, es de suma importancia.
«Se puede ganar antes de realizar un disparo»
“Estamos aprendiendo cómo disuadir la actividad maligna por debajo del umbral de una guerra abierta y cómo medir eso, porque no es una ‘victoria’, [es] medir algo negativo”, dijo Berger.
Por ello, la acción de la inteligencia y la creación de sistemas adaptables y resistentes son vitales para la capacidad del Cuerpo de defender la nación y librar la lucha contra el enemigo, dijo Berger. Y el hecho de que China o Estados Unidos puedan realizar mejor esa tarea determinaría el resultado de ese conflicto.
«Se puede ganar antes de realizar un disparo», dijo Berger. «Si se organiza para ello. Si se puede pensar en ello con la suficiente profundidad».
“Tenemos que estar aprendiendo activamente porque el mundo se mueve a una velocidad en la que si cree que se siente cómodo hoy o mañana, se quedará atrás”.
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