Un estudio francés revisado por expertos concluyó que tanto para la vacuna de Pfizer como para la de Moderna, el riesgo de miocarditis se incrementa una semana después de la vacunación.
El riesgo de miocarditis tras la vacunación basada en ARNm fue 8 veces y 30 veces mayor para las vacunas BNT162b2, de Pfizer-BioNTech, y ARNm-1273, de Moderna, respectivamente, en comparación al de los grupos de control no vacunados.
La mayor asociación para la miocarditis tras aplicación de Moderna fue en las personas de 18 a 24 años, registrando un riesgo 44 veces mayor.
En cuanto a la vacuna de Pfizer, en relación con el mismo grupo de edad, el riesgo fue 13 veces mayor.
En comparación, la propia infección con el virus del Partido Comunista Chino, o SARS-CoV2, supuso un riesgo 9 veces mayor de padecer la miocarditis.
La enfermedad de miocarditis se refiere a la inflamación del músculo cardíaco, una afección potencialmente mortal. Hay muchas causas establecidas para esta afección cardíaca. La causa principal —según los descubrimientos más recientes de la ciencia moderna— son los virus; pero durante la pandemia, las vacunas contra COVID basadas en ARNm se han ganado un lugar entre los principales sospechosos de la actual miocarditis.
El objetivo del nuevo estudio fue evaluar la asociación de la miocarditis con las vacunas en todos los grupos de sexo y edad.
«Tanto la infección por SARS-CoV2 como las vacunas contra COVID basadas en ARNm se han asociado a la miocarditis. Conociendo la afinidad de la proteína SPIKE con los receptores ACE2 del corazón y la lesión de la proteína SPIKE en los cardiomiocitos (células del corazón), la asociación de la miocarditis con el virus del SARS-CoV2 o con la vacuna de ARNm basada en la proteína SPIKE no era del todo inesperado», dijo el Dr. Sanjay Verma, cardiólogo, a The Epoch Times por correo electrónico.
El Dr. Verma también cree que el análisis de los CDC «sugiere erróneamente» que el riesgo de miocarditis tras la infección por el SARS-CoV2 es mayor que tras la vacunación contra COVID-19 basada en ARNm.
«Para los casos de miocarditis tras el SARS-CoV2, los CDC utilizan «casos» confirmados oficialmente por PCR+, a pesar de que sus propios datos de seroprevalencia demuestran que se han infectado muchas más personas que los «casos» oficialmente conformados por PCR+. Por ejemplo, los datos de seroprevalencia al 21 de febrero de 2022 revelan que el 75% (unos 54 millones) de todos los niños se han infectado, en comparación con los 12 millones de «casos» confirmados oficialmente por la PCR+ (es decir, el número real de niños infectados es 4.5 veces mayor que los «casos» por la PCR+). Por lo tanto, al calcular el riesgo de miocarditis tras la infección por SARS-CoV2, la tasa señalada por los CDC debería reducirse en 4.5 veces. Hasta ahora, los CDC no han ajustado en consecuencia sus datos de morbilidad y mortalidad del COVID-19″, señaló el cardiólogo, quien ejerce en el Valle de Coachella, California.
El estudio analizó 1612 casos de miocarditis y 1613 casos de pericarditis en Francia desde el 12 de mayo hasta el 31 de octubre de 2021, con 32 millones de personas de entre 12 y 50 años que recibieron 46 millones de dosis de vacunas basadas en ARNm.
La investigación se limita a utilizar únicamente los diagnósticos de alta hospitalaria. Por lo tanto, no incluye a aquellos que pueden haber muerto antes de ser hospitalizados o aquellos cuyos síntomas no eran lo suficientemente graves como para ser hospitalizados.
«Ha habido informes (pdf) de miocarditis comprobada por una autopsia después de una vacunación y evidencias anecdóticas de pacientes que fueron dados de alta de Urgencias y nunca fueron hospitalizados. El ajuste de estos subconjuntos excluidos puede producir un riesgo aún mayor que el reportado en este estudio. El seguimiento de los pacientes de este estudio se limitó a un mes después del alta. Sin embargo, un estudio previo de resonancia magnética cardíaca descubrió que alrededor del 75% de los pacientes con miocarditis asociada a la vacuna pueden presentar anomalías persistentes en la resonancia magnética entre 3 y 8 meses después del diagnóstico inicial», dijo el Dr. Verma.
Los autores del estudio no analizaron el efecto de la vacunación de refuerzo, ya que en Francia aún no se recomienda para los adultos jóvenes.
En Estados Unidos, sin embargo, las dosis de refuerzo son obligatorias en colegios y universidades, empleadores e incluso en algunos departamentos estatales de salud pública, independientemente de la edad o la infección previa.
«En un complemento de la preimpresión del estudio de la miocarditis tras la vacunación, revisado por pares, el análisis encontró un riesgo en continuo aumento de miocarditis después de la dosis de refuerzo. De hecho, mientras que muchos países se han abstenido de recomendar la vacunación contra la COVID en niños muy pequeños porque los riesgos no justifican los beneficios, Estados Unidos es la única nación que la recomienda en los niños más pequeños», dijo el Dr. Verma.
Un trabajo de investigación publicado el 18 de mayo estudió las medidas de control de la pandemia —que incluían órdenes de vacunación y uso obligatorio de mascarillas, así como el aislamiento y el rastreo de los contactos— de la Universidad de Cornell, con casi todos vacunados y reveló que estas políticas «no estaban a la altura» de la variante ómicron y su rápida propagación.
Síndrome de muerte súbita del adulto
Recientemente, un nuevo término ha sido destacado en los medios de comunicación, el «síndrome de muerte súbita del adulto», o SADS.
Entre los factores subyacentes del síndrome de muerte súbita del adulto se encuentran la miocarditis no diagnosticada, las afecciones inflamatorias y otras condiciones que provocan irregularidades en el sistema eléctrico del corazón, desencadenando así un paro cardíaco.
Los datos recopilados por el Comité Olímpico Internacional muestran 1101 muertes súbitas en atletas menores de 35 años entre 1966 y 2004, lo que supone una tasa media anual de 29 casos en todos los deportes. En cambio, solo entre marzo de 2021 y marzo de 2022 —en un solo año— al menos 769 atletas han sufrido un paro cardíaco, se han desmayado o han muerto en el campo deportivo alrededor del mundo.
Entre los deportistas de la Federación Internacional de Fútbol, la FIFA, en la Unión Europea la muerte súbita aumentó un 420 por ciento en el año 2021. Históricamente cada año han muerto unos cinco futbolistas mientras practicaban el deporte. Entre enero y mediados de noviembre de 2021, 21 jugadores de la FIFA fallecieron por muerte súbita.
Con la contribución de Joseph Mercola.
The Epoch Times contactó a los CDC para recibir sus comentarios.
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