Personas de todas las edades tienen un mayor riesgo de muerte por inflamación del corazón después de la vacunación contra COVID-19 en comparación con la ocurrencia habitual de muerte por miocarditis, según un nuevo estudio.
Los investigadores de Japón analizaron las muertes causadas por miocarditis, una forma de inflamación del corazón, en las que la miocarditis se produjo en los 28 días siguientes a la vacunación. Treinta y ocho muertes se ajustaron a la definición, de las cuales aproximadamente la mitad se diagnosticaron mediante autopsia o biopsia, y las demás se determinaron mediante herramientas como análisis de sangre y electrocardiograma.
Los autores del estudio tomaron entonces la tasa de mortalidad de los vacunados y la compararon con la tasa de muertes por miocarditis de la población en general antes de la pandemia, entre los años 2017 y 2019.
«Utilizando los datos divulgados por el gobierno japonés, observamos una mayor proporción de la tasa de mortalidad por miocarditis en la población vacunada contra SARS-CoV-2 en comparación con la población general durante los tres años anteriores a la pandemia, especialmente en adultos jóvenes», dijeron los investigadores, el Dr. Sintaroo Watanabe de la Japan Marine United Corporation y el Dr. Rokuro Hama del Instituto de Farmacovigilancia de Japón. SARS-CoV-2 es el nombre del virus que causa COVID-19.
«Sin embargo, no solo en los adultos jóvenes, sino también en los de mediana edad (40 años) y en los ancianos y vacunados en general, el aumento del riesgo de muerte por miocarditis se asoció a la vacunación, incluso sin tener en cuenta el efecto del vacunado sano», añadieron los investigadores.
El «efecto del vacunado sano» se refiere a que a veces las vacunas no se administran a personas con mala salud, un factor que puede sesgar los resultados de los estudios a favor de la vacunación.
Sobre la muerte por miocarditis, incluso estimando el nivel más bajo del efecto, el riesgo de la vacuna contra COVID-19 sería al menos cuatro veces mayor que el riesgo de mortalidad no ajustada, señalaron los autores Watanabe y Hama. Además, hay indicios de que algunas muertes posteriores a la vacunación no se notificaron correctamente, dijeron los investigadores.
«Basándonos en los resultados de este estudio, es necesario informar al público acerca [sic] que el riesgo de miocarditis grave, incluida la muerte, puede ser mucho más grave que el riesgo notificado hasta ahora y que se produce no solo en personas jóvenes, sino también en ancianos», dijeron los autores.
El estudio se publicó como preimpresión antes de la revisión por pares en medRvix (pdf).
Entre las limitaciones del trabajo se encuentra que el diagnóstico de muerte por miocarditis tras la vacunación se basa en el diagnóstico de un médico.
Expertos de diferentes partes del mundo han encontrado vínculos causales entre la miocarditis y una condición de salud asociada, la pericarditis, con las vacunas contra COVID-19. Un estudio reciente realizado en Inglaterra descubrió que se produjeron 345 muertes en personas que recibieron la vacuna contra COVID-19.
El riesgo de miocarditis es mayor en los varones jóvenes. Los informes de EE. UU. han indicado una tasa superior a la habitual en hombres de hasta 49 años, así como en mujeres de 12 a 29 años.
Según un análisis de datos realizado por las autoridades japonesas, la proporción de informes por miocarditis postvacunación en varones de 10 a 19 años fue de 102 por millón de personas que recibieron una segunda dosis de la vacuna de Moderna, y de 15 por millón entre los que recibieron una segunda dosis de la vacuna de Pfizer.
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