Los investigadores dijeron en un nuevo estudio que tanto la vacuna contra COVID-19 de Moderna como la producida por la alianza Pfizer-BioNTech pueden proporcionar una protección duradera contra el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
El estudio revisado por pares, publicado el 28 de junio en Nature, concluyó que las vacunas de ARN mensajero (ARNm) fabricadas por Moderna y el equipo de Pfizer-BioNTech indujeron una respuesta «persistente» dentro de los tejidos linfoides secundarios, «permitiendo la generación de una inmunidad humoral sólida».
El efecto fue más pronunciado en personas que habían sido previamente infectadas con el virus del PCCh, y también se concluyó que las vacunas producían altos niveles de anticuerpos neutralizantes contra tres variantes emergentes del virus.
La implicación de las conclusiones es que las personas que recibieron las vacunas de ARNm pueden estar protegidas a largo plazo—durante años o, potencialmente, por el resto de sus vidas.
El estudio no analizó otras tecnologías de vacunas contra COVID-19, como la de Johnson & Johnson, el cual en lugar de ARNm utiliza un adenovirus modificado para transmitir información genética del virus del PCCh a las células humanas para producir una respuesta inmune.
El autor principal del estudio, el Dr. Ali Ellebedy, inmunólogo de la Universidad de Washington en St. Louis, dijo a The New York Times que él no cree que la respuesta inmune sea tan fuerte con las vacunas sin ARNm.
Esto se desprende de un estudio distinto que indica que las vacunas Pfizer-BioNTech—así como la producida por AstraZeneca—son en general efectivas contra las cepas altamente contagiosas Delta y Kappa del virus.
Mientras que el estudio de la Universidad de Oxford, del cual se publicó una prueba preliminar revisada por pares en Cell (pdf), concluyó que tanto los sueros de sangre de convalecientes como los de vacunas tenían una capacidad reducida para neutralizar las variantes Delta y Kappa en comparación con «cepas ancestrales relacionadas con Wuhan”, no había “evidencia de un escape generalizado de anticuerpos» como se ve con la variante Beta (B.1.351, anteriormente “Sudáfrica”), “indicando que la generación actual de vacunas brindará protección contra el linaje B.1.617.»
Sin embargo, los investigadores observaron que la capacidad reducida de la vacuna y los sueros de convalecientes para neutralizar las variantes Gamma y Kappa «puede conducir a algunas infecciones posvacunación».
El científico en jefe de la Organización Mundial de la Salud dijo recientemente que la variante Delta se está convirtiendo en la versión globalmente dominante de la enfermedad.
Mientras tanto, la Administración de Drogas y Alimentos de EE. UU. (FDA) agregó recientemente una advertencia sobre el riesgo de desarrollar inflamación cardíaca a la información sobre las vacunas contra COVID-19 de Moderna y Pfizer-BioNTech.
Los funcionarios de salud dijeron que los beneficios de la vacuna superan los riesgos de desarrollar inflamación del corazón.
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