Un nuevo estudio publicado en la revista JAMA Network concluyó que el ARNm de las vacunas contra COVID puede transmitirse en pequeñas cantidades a través de la leche materna.
Después de administrarse las vacunas de ARNm de Pfizer o Moderna, los autores del estudio examinaron a 11 «personas lactantes».
Nueve de ellas eran blancas, una negra y una asiática.
A cinco de las participantes «se les detectó el ARNm de la vacuna en la leche materna».
Tres de ellas recibieron la vacuna que contenía ARNm de Pfizer y dos de Moderna.
Las madres, de entre 22 y 37 años, se vacunaron entre 4 y 25 semanas después del parto.
Los autores del estudio utilizaron una técnica llamada reacción en cadena de 2 pasos de la polimerasa cuantitativa con transcriptasa inversa.
La publicación fue una sorpresa para la Dra. Christiane Northrup, exmiembro del Colegio estadounidense de Obstetras y Ginecólogos.
«Cuando un grupo de nosotros comenzamos a ver problemas de sangrado inusuales y, a veces, graves en mujeres y niños, solo por estar entre las personas que habían recibido vacunas contra COVID, lanzamos un programa llamado My Cycle Story, una base de datos para recopilar las historias y los datos de las mujeres que estaban siendo afectadas negativamente”, dijo Northrup a The Epoch Times.
“A pesar del hecho de que tenemos investigadores y científicos de clase mundial involucrados en nuestro grupo, los resultados de nuestra investigación han sido repetidamente rechazados por las principales revistas como British Medical Journal. Así que nos sorprendió mucho que este estudio que insta a la precaución a los efectos secundarios de las vacunas contra COVID en la leche materna lograra publicarse en una revista médica tan importante”, agregó Northrup.
En los 3 años anteriores a marzo, JAMA contó entre sus publicaciones con el artículo más citado y fue el anfitrión de 20 de los principales 50 artículos en el ámbito de las revistas médicas generales de acceso abierto.
¿Es segura o no?
Los resultados del estudio mostraron que se detectaron entre 1.3 picogramos por mililitro (pg/mL) y 16.78 pg/mL de ARNm de la vacuna. El límite de detección fue de 1 pg/mL.
Un picogramo es una billonésima parte de un gramo y un gramo es aproximadamente 1/30 de onza.
La Dra. Nazeeh Hanna, autora principal del estudio, dijo a The Epoch Times por correo electrónico que “lo más probable es que sea segura después de la vacunación materna. Sin embargo, como precaución, no amamanten durante dos días después de la vacuna y luego vuelvan a la normalidad».
Respecto al estudio, Viki Male, una inmunóloga, escribió en Twitter que “la concentración máxima es de 0.1 partes por billón” y “esto es más o menos equivalente a una sola lágrima en una piscina olímpica.
«Yo no estaría preocupada por esto, pero los autores señalan que cualquiera que lo esté podría preferir ser ‘cauteloso’, (yo supongo ¿bombeando y tirando?) durante 48 horas después de la vacunación», dice Male en otro posteo en las redes sociales.
El Dr. James Thorp, un experto en medicina materno-fetal, comentó extensamente sobre el estudio.
«Incluso pequeñas cantidades de ARN mensajero podrían potencialmente tener ramificaciones significativas en el recién nacido y podrían potencialmente ser amplificadas por el sistema inmunitario. Esta es una excusa extremadamente pobre y ellos están tratando de minimizar las implicaciones de este hallazgo preocupante. Presentar un estudio de este tipo 20 meses después de que han estado promoviendo la vacuna a las mujeres embarazadas y madres lactantes es inaceptable y es una importante violación de la ciencia”, dijo Thorp a The Epoch Times.
El “Impacto Real”
Hanna señaló que «el impacto real es lo que se dijo en la discusión», refiriéndose al siguiente párrafo:
«Estos datos demuestran por primera vez, según nuestro conocimiento, la biodistribución del ARNm de la vacuna contra COVID-19 a las células mamarias y la capacidad potencial de los tejidos de las EV (vesículas extracelulares) para empaquetar el ARNm de la vacuna que puede transportarse a células distantes. Poco se ha informado sobre la biodistribución y localización de nanopartículas lipídicas en tejidos humanos después de la vacunación contra COVID-19 con ARNm. En las ratas, hasta 3 días después de la administración intramuscular, se detectaron niveles bajos de ARNm de la vacuna en los tejidos del corazón, los pulmones, los testículos y el cerebro, lo que indica una biodistribución tisular. Nosotros especulamos que, tras la administración de la vacuna, las nanopartículas lipídicas que contienen el ARNm de la vacuna se transportan a las glándulas mamarias por vía hematógena y/o linfática”, se lee en el estudio.
Thorp además comentó que “el estudio informado en JAMA Network es preocupante y una admisión flagrante de un completo fracaso abyecto y una culpa de los corruptos de los CDC y FDA. Uno solo necesita seguir el rastro del dinero (pdf) para exponer la corrupción de los CDC/FDA, otras agencias gubernamentales, las juntas especializadas y todo el complejo industrial médico».
“Yo sospecho que la historia reflejará que muchos de los 21 asesores de la FDA que votaron para impulsar las vacunas contra COVID-19 en los niños no revelaron los principales conflictos de intereses”, dijo Thorp.
A principios de septiembre, The Epoch Times solicitó a la FDA que proporcione estudios/datos que la FDA cita para recomendar las vacunas contra COVID-19, incluidos las dosis de refuerzo, para las mujeres que están dando de amamantar.
La FDA respondió con un enlace a una página de los CDC que recomienda las vacunas para mujeres embarazadas.
The Epoch Times luego envió un correo electrónico de seguimiento preguntando por qué no han actualizado su hoja informativa para proveedores de atención médica si afirman que es seguro que las mujeres que están en lactancia se vacunen. La hoja informativa aún establece que no hay datos disponibles para determinar los efectos de las vacunas contra COVID en bebés que están siendo amamantados o en la producción / excreción de leche.
La FDA no respondió al correo electrónico de seguimiento.
El 30 de agosto, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) escribieron por correo electrónico a The Epoch Times que “la vacunación contra el COVID-19 se recomienda para las personas que están embarazadas, en lactancia, tratando de quedar embarazadas ahora o que podrían quedar embarazadas en el futuro. Además, todas las personas que son elegibles, incluidas las que están embarazadas, en lactancia, tratando de quedar embarazadas ahora o que podrían quedar embarazadas en el futuro, deberían recibir una dosis de refuerzo y mantenerse al día con sus vacunas contra COVID-19. Si tiene pregunta sobre la administración de la vacuna, puede ser útil hablar con su profesional de la salud, pero no es obligatorio».
El gobierno del Reino Unido declaró en agosto que las vacunas contra COVID-19 no deben administrarse a madres embarazadas y madres lactantes.
El Consejo Mundial para la Salud pidió la prohibición y moratoria mundial de la vacuna contra COVID-19 en todos los pacientes, especialmente en madres embarazadas y lactantes.
«Este es un axioma de la medicina, el que nunca se da a las mujeres embarazadas o lactantes ningún fármaco o terapia nueva que no se haya probado exhaustivamente durante muchos años. Dar a las mujeres embarazadas o lactantes una inyección acelerada para una infección con una tasa de supervivencia del 99 por ciento va en contra del sentido común”, dijo Northrup.
The Epoch Times contactó a Pfizer, Moderna, la FDA y los CDC para recibir sus comentarios.
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